TAROT de Spenser Cohen y Anna Halberg - 2024 - ("Tarot")
El cine de terror es un cine difícil, desde luego. Y la literatura de terror. Y el cómic de terror. Asustar no lo consigue cualquiera, y eso es un hecho. Posiblemente se fracase tantísimo en este género por su problema de partida. Pero ojo, también creo que hay productos que no se lo curran lo más mínimo, y uno de ellos es "Tarot".
Un grupo de jóvenes universitarios se ponen a jugar con una baraja de tarot y se imaginan lo que va a pasar. No hay ni una sorpresa en el filme, pero ni una, en este sentido. Terror del tópico, del que llevamos décadas viendo una y otra vez. Vale, ok: se puede hacer terror tópico bien hecho. Pero tampoco.
"Tarot" se limita a llevarnos por una trama tonta llena de personajes carne de cañón donde todo ocurre porque sí (hay lagunas por todas partes, y gordas) y donde las reglas se ajustan y se rompen según le conviene al guión, que es completamente chapucero y que está forzado no, lo siguiente. Lo que sirve con unos personajes y con unos hechos no sirve con otros, y punto. Y claro, nada se sostiene de esta manera.
Los mencionados personajes por otra parte no van más allá de ser los típicos jóvenes listos para morir a manos de un villano que es otro tópico andante y que mezcla elementos de villanos del género que hemos visto millones de veces. Y la trama te la sabes de memorieta: ¿va a pasar lo que imaginas? ¡Exacto! ¿Este secundario nuevo no sirve para nada? ¡Exacto! ¿El villano es a veces muy listo y a veces tontísimo? ¡Por supuesto!
Sustos apañados tampoco hay, por cierto. Casi ninguno es decente. Y la ambientación es absolutamente descuidada y basada en la oscuridad forzada y adiós muy buenas.
En fin: que "Tarot" es otro completo desastre de película de terror de temporada que está hecha para consumir y tirar. Se ha estrenado ahora en primavera y antes de que llegue el verano ya te habrás olvidado por completo de ella.
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