viernes, 31 de diciembre de 2021

MIS OBRAS PREFERIDAS DE ESTE 2021 QUE YA TERMINA Y... ¡FELIZ AÑO 2022!

LO MEJOR DE 2022 (SEGÚN MI HUMILDE OPINIÓN)

Vamos a terminar el año, como siempre, con mis productos culturales preferidos de estos últimos doce meses. Son personales: posiblemente se me hayan escapado otras cosas que merecían estar aquí (y además, uno de cada categoría es algo injusto, desde luego: lo sé). Pero son los que están y a mí me han encantado. ¡Vamos allá!

Y mi libro del año es... "Parisia", de Damián Cordones. Porque, aunque parezca imposible, cada novela de este escritor es aún mejor que la anterior. Porque es un estudio del poder y de sus mecanismos lúcido y brutal. Porque es un clásico instantáneo.

Y mi cómic del año es... "Tales from the Crypt". Porque sus historias de terror irónico son clásicos fascinantes cargados de imaginación y de sorpresas que merecían esta pedazo de edición.

Y mi serie del año es... "Misa de Medianoche" de Mike Flanagan. Porque, aunque creo que en su último capítulo mete algo la pata con soluciones fáciles, me parece un estudio espectacular sobre el fanatismo religioso y sobre la superioridad moral con diálogos impresionantes.

Y mi película del año es... "Spider-Man: No Way Home". Objetivamente no es la mejor, tal vez, pero esta película ha conseguido algo que pocas han logrado nunca: convertirme de nuevo en un niño en la sala del cine. Ojalá hubiese tenido 11 años en este 2021.

Y mi disco del año es... "If Words Were Flowers"de Curtis Harding. Porque, aunque ha tenido críticas tibias (injustas, pienso) el tercer trabajo de estudio Curtis Harding es otra vez un portento de soul maravilloso y emotivo.

Dicho esto, pasad una genial Nochevieja y empezad el año 2022 con el mejor pie posible, con toda la energía y con todas las ganas. :)

Y yo volveré la semana que viene con más reseñas (y mientras tanto, en mi Twitter y en mi Instagram ando).

¡FELIZ 2022!

jueves, 30 de diciembre de 2021

FULLMETAL ALCHEMIST. UNA COMBINACIÓN PERFECTA DE ESPECTÁCULO Y TEMAS HONDOS

FULLMETAL ALCHEMIST de Hiromu Arakawa - De 2001 a 2010 - ("Hagane no Renkinjutsushi")

No es fácil, pienso, combinar las constantes de un manga de estilo "shonen" (la aventura, la batalla épica, la acción, el humor, el compañerismo) con un mensaje plenamente adulto preñado de filosofía y hasta de política y comentario social.

No hablo desde el prejuicio: es perfectamente posible alcanzar esa combinación, pero no todas las personas que se dedican a este tipo de manga lo logran, ni mucho menos. Hiromu Arakawa sí lo consigue en "Fullmetal Alchemist".

Publicada entre 2001 y 2010 con un gran éxito que trajo dos series de televisión (de ellas hablaré en otro momento, porque son bastante diferentes y tienen una historia complicada) y diverso material complementario (como novelas y videojuegos), "Fullmetal Alchemist" es un espléndido cómic de aventuras y, también, una excelente y certera parábola filosófica y política.

Hiromu Arakawa nos ambienta su historia en un mundo de corte "steampunk" y de cultura europea emparentada con la Revolución Industrial en donde algunos seres humanos son capaces de manejar la alquimia y transformar los elementos o alternar la realidad (con unas reglas específicas). En este mundo se desarrolla una intriga política y una lucha por el poder en un contexto de posguerra. 

Los protagonistas principales son los hermanos Edward y Alphonse Elric, aunque podemos afirmar que estamos ante una obra prácticamente coral: la cantidad de personajes es verdaderamente enorme y la importancia que tienen casi todos ellos es, si no básica, muy destacada.

La trama combina la lucha, la acción, el viaje y a la aventura, el drama y el humor con un balance ideal entre todos estos elementos. Es divertida, es frenética en ocasiones y, a la vez, elabora, como he dicho, una parábola certera e interesantísima.

En primer lugar, "Fullmetal Alchemist" nos habla de la guerra desde un punto de vista antibelicista y antimilitarista. La crítica al estamento del ejército está servida en un lugar donde los altos mandos corruptos conspiran sin cesar por el poder y por salirse con la suya y aplicar su propia idea de cómo deben ser las cosas.

La guerra es un monstruo moral que lo engulle todo y que es la culpable de los principales problemas de gran parte de los personajes: ya sean ganadores o perdedores, ya hayan participado o no en ella.

Alrededor de esta guerra giran otros temas como el racismo, el imperialismo, la superioridad en la que se creen unos pueblos sobre otros, los genocidios y los exterminios de culturas, el exilio, la corrupción, el terrorismo o el terrorismo ejercido por el propio estado.

Es bastante fácil encontrar similitudes entre situaciones geopolíticas de nuestros días y las situaciones que plantea "Fullmetal Alchemist". No sé si es algo consciente, pero me da que sí: hay lecturas que pienso que se parecen, y no por ninguna casualidad, a casos como el de Israel y Palestina o como el de Afganistán o Irak y los Estados Unidos (no olvidemos que el manga se publicó entre 2001 y 2010).

Alrededor de estos asuntos pivotan ya los filosóficos y los universales. El amor, la amistad, la justicia, la integridad, la redención, la ambición, la lealtad, el odio, el altruismo, la muerte, el trauma, la humanidad y la deshumanización, el sentido de la existencia, el querer jugar a controlar las fuerzas que no se pueden comprender o a usarlas con propósitos egoístas u oscuros. 

Los siete pecados capitales de la moral cristiana tienen un papel básico en la trama, así como las diferencias entre oriente y occidente (aquí con una forma de practicar la alquimia que difiere bastante) o los principios que giran alrededor del "intercambio equivalente", la piedra angular del funcionamiento de la mencionada alquimia.

"Fullmetal Alchemist" es un manga además con un dibujo que me parece fantástico: es de una línea clara y limpia pero llena de detalle y muy personal y carismática.

Otro punto fuerte son sus personajes: son carismáticos, valga la redundancia, y tienen dilemas en los que podemos sentirnos bien reconocidos. 

Sólo veo, eso sí, un defecto en este aspecto: Hiromu Arakawa se lía a meter secundarios a lo bestia (son decenas y decenas, y en todos los bandos) y a muchísimos los desarrolla muy poco o directamente no los desarrolla y los deja como meras comparsas para "hacer bulto". Es prácticamente el único defecto que encuentro al manga.

Finalmente, la obra está llena de acción y de dinamismo, y aunque es cierto que en sus inicios puede ser algo confusa por la mencionada cantidad de caracteres que presenta (y por un puñado de subtramas que en un principio parecen sueltas pero que se van uniendo poco a poco), engancha con prontitud y llega hasta un final épico y donde todo queda cerrado.

"Fullmetal Alchemist" es un "shonen" que va de menos a más y que, como he dicho, combina a la perfección asuntos serios y profundos con un sentido del espectáculo comercial perfectamente llevado. Uno de los cómics que más he disfrutado en los últimos tiempos.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

EL RETORNO DEL REY. EL ÉPICO CIERRE DE LA GRAN SAGA DE LA FANTASÍA ÉPICA

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: EL RETORNO DEL REY de J.R.R. Tolkien - 1955 - ("The Lord of the Rings: The return of the King")

Inicialmente llamado por Tolkien "La Guerra del Anillo", "El retorno del Rey" (título final a pesar de que el autor pensaba que revelaba demasiado de la historia) comprende los dos últimos volúmenes de los seis de su obra magna (estos dos volúmenes iban a llamarse "Guerra del Anillo" y "El final de la Tercera Edad", respectivamente).

Los defectos de "Las dos torres", el que creo que es el libro más flojo de la trilogía, aparecen aquí subsanados: la acción se dispara hacia la resolución final, los diálogos dejan de ser tan excesivamente engolados y exaltaos (aunque algunos quedan) y las dos tramas separadas se van uniendo poco a poco y recuperando el ritmo.

Sigo prefiriendo como conjunto "La Comunidad del Anillo" por su combinación perfecta de libro de viajes, de aventura, de drama y de descripción de un mundo, pero "El retorno del Rey", leído ahora, a mis treinta y ocho años de edad, me sigue pareciendo una gran experiencia épica.

De un lado los hobbits Merry y Pippin junto a Aragorn, Gandalf, Legolas y Gimli y junto a otros caracteres como Theoden, Eomer, Eowyn o Faramir, viven la brutal batalla final contra las fuerzas de la oscuridad de Sauron en Gondor.

Del otro, Frodo, Sam y Gollum se terminan de adentrar en lo más profundo de Mordor para, aprovechando que está en guerra con la mencionada Gondor y que por ello tiene muchas extensiones desiertas, acabar de una vez y para siempre con el poder del Anillo Único.

Me ocurre aquí justo al revés que en "Las dos torres": mi parte preferida del libro es la primera, la que transcurre en Gondor. Es un segmento más largo que el otro, lleno de potencia, de emoción y de escenas inolvidables.

Tolkien destapa aquí sus mejores esencias y despliega con todo detalle un combate épico de corte homérico entre el bien y el mal que ha sido imitado y parodiado hasta la saciedad.

Los buenos están desesperados pero van a resistir hasta el final y les cueste lo que les cueste. Los malos, en cambio, están creídos de su fuerza y de la oscuridad que traen con ellos y esto les puede costar la perdición.

La atmósfera de fin del mundo y de fatalidad está conseguida a la perfección, y las escaramuzas y batallas a las puertas de la ciudad, unidas a escenas de locura como las de Denethor y Faramir, crean uno de los momentos conjuntos más sombríos, heroicos y míticos de la historia de la literatura de fantasía.

No olvido, por supuesto, la mejor escena de este momento: la dejo como plato fuerte. Sí, es la escena de Eowyn: un giro de empoderamiento femenino que, como comenté en la reseña de "La Comunidad del Anillo" (en esta etiqueta la tenéis) no era muy habitual en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX y menos en un género que solía estar acotado en su mayor parte a los lectores varones. Absolutamente inolvidable.

La otra parte del libro, si bien no es tan espectacular, sí me resulta igualmente querida y tiene momentos geniales. Conserva, además, todo ese a veces olvidado poder de Tolkien para retratar ambientes sombríos, agobiantes, terroríficos incluso, y, también, para desarrollar giros inesperados de personajes como Gollum, que son la prueba fehaciente de que no todos sus caracteres eran buenos o malos sin escalas de grises.

Queda comentar el epílogo de "El Señor de los Anillos", uno de los más largos de la historia y uno de los extensos pasajes de este libro que todavía sigue dividiendo a sus fans. Para algunas personas es innecesario; para otras, es el ideal.

Yo creo que este epílogo de tantos capítulos es necesario. Recordemos que, además de ante un relato épico y de aventuras, estamos ante un mundo en construcción y, dentro de este mundo, estamos ante el fin de una era.

Tolkien necesita cerrar esta era en la que la Tierra Media, a pesar de haberse salvado del terror de Sauron, experimenta cambios que son tristes. Esto desmonta también el mito de que en el universo de este escritor todo es alegría y finales brillantes: el desenlace de "El Señor de los Anillos" es una despedida que en demasiados momentos de alegre tiene poco.

También, da fe, en los capítulos del retorno a la Comarca, de cómo los cuatro hobbits que partieron de ella siendo débiles han vuelto convertidos en cuatro personajes fuertes y valientes. Se completa el periplo, el viaje de iniciación, y este viaje trae con ellos sus mejores versiones.

Con "El retorno del Rey" termina el libro de fantasía más decisivo de la historia de la literatura fantástica moderna. Sus copias, parodias, imitaciones o directos clones siguen llegando todavía.

Tras el éxito masivo de esta obra, Tolkien empezó a trabajar en una secuela llamada "La nueva sombra" que iba a estar protagonizada por Eldarion, el hijo de Aragorn. No le cuajó demasiado y no la terminó, aunque sí que acabó otros cuentos y otras historias y sí que siguió desarrollando su universo hasta su muerte, a los 81 años, en 1973. 

Su hijo, Christopher Tolkien, publicó en 1977 "El Silmarillion", su gran testamento y el gran libro de historia y mitología de su mundo. En los próximos meses pretendo releerlo y comentarlo por aquí.

 

martes, 28 de diciembre de 2021

LAS DOS TORRES. EL LIBRO DE TRANSICIÓN Y EL MÁS FLOJO DE LA TRILOGÍA

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LAS DOS TORRES de J.R.R. Tolkien - 1954 - ("The Lord of the Rings: The two towers")

"Las dos torres", que incluye los volúmenes III y IV de la saga de "El Señor de los Anillos", me parecido siempre, con sus méritos, el más irregular de los tres libros que componen esta trilogía.

El primero de los volúmenes, que originalmente, cuando Tolkien pensaba en ponerle a cada uno de los seis libros un nombre se iba a llamar "La traición de Isengard", recoge de un lado la aventura de Aragorn, Gimli y Legolas tras la separación de la Comunidad del Anillo y su colaboración con los Jinetes de Rohan en la guerra contra Saruman y, de otro, el encuentro de Merry y Pippin con el pueblo de los ents. Esto, muy a grandes, grandísimos rasgos.

El segundo, que iba a ser llamado "El viaje de los Portadores del Anillo" o "El Anillo va hacia el este" (Tolkien siempre barajó ambos), narra cómo Frodo y Sam se van introduciendo poco a poco en las sombrías profundidades de Mordor (y los diversos encuentros que tienen allí o en sus alrededores).

Las dos partes de "Las dos torres" son radicalmente diferentes: la primera conjuga la aventura con las escenas de batalla y la segunda es un relato de aventuras, valga la redundancia, pero de un estilo bastante diferente: es un viaje oscuro, agobiante y terrorífico a la desesperación. 

Las dos ocurren a la vez, aunque a veces la estructura temporal puede llegar a ser confusa porque ambas están separadas (tampoco sabemos cómo habría sido todo si Tolkien, por ejemplo, las hubiese estructurado en base a saltar de personaje a personaje en cada capítulo).

En esta segunda novela de "El Señor de los Anillos" creo que al gran autor de fantasía se le va un poco la mano tanto en las descripciones como en los diálogos como en la extensión de los episodios. 

El estilo de Tolkien es el que es: es descriptivo, es exaltado, es romántico y, a veces, es acumulativo. Sin embargo, aquí abusa de todo ello, algo que pienso que no ocurre, por lo menos a estos niveles, en "La Comunidad del Anillo". 

Los capítulos se alargan demasiado, pienso, y la acción a menudo es interrumpida por poemas, cánticos o historias que no siempre vienen a cuento (estamos en un mundo que se ha de desarrollar conforme la trama avanza, sí, y que es además riquísimo, pero creo que hay otras formas más ágiles de hacer esto).

Mientras, los diálogos se vuelven afectados y engolados hasta el exceso, especialmente en el primer volumen y en todas las escenas que se desarrollan en las tierras de Rohan. A veces, los personajes, en escenas de conversaciones que son completamente cotidianas, están incluso declamando arengas enteras. Ni siquiera en un mundo de héroes élficos y enanos alguien puede hablar así.

Por otra parte, el maniqueísmo se vuelve aquí también muy, muy acusado, y este maniqueísmo viene de la mano de esa exaltación de la nobleza, de la realeza y de la sangre azul que está en tantas obras de Tolkien. 

Especialmente, en la mencionada trama de Rohan llaman la atención caracteres que, si bien tienen carisma, son planos hasta el mero estereotipo: reyes bondadosos pero engañados, vasallos y familiares fieles a ellos incluso cuando los están denigrando y el culmen de todo, que es un personaje como Grima Lengua de Serpiente, que es vil hasta en su mismo nombre (Grima Wormtongue en el original). 

Esto, por suerte, queda subsanado en el segundo volumen con Faramir y especialmente con Gollum. Ambos son personajes mucho más interesantes y con más aristas y el segundo se erige aquí prácticamente como el mejor de toda la saga junto con Boromir: un ser consumido, atormentado, reducido a la pura miseria y enloquecido por años y años de soledad, paranoia y miedo que tiene dilemas inesperados.

También en este segundo volumen hay momentos en los que emerge el mejor Tolkien, el que se sumerge en el lado oscuro del cuento de hadas clásico para regalarnos escenas que lindan una vez más con el puro terror.

La soledad constante de Frodo y Sam, el viaje cansadísimo e interminable a Mordor, el agobio de la desprotección total y del tener que estar constantemente vigilando a Gollum y en especial el estremecedor capítulo de Ella-Laraña son ejemplos claros de que "El Señor de los Anillos" tiene también su parte oscura, y bien oscura.

No obstante, en el primer tomo de "Las dos torres" hay también momentos excelentes, como el desarrollo pleno de la amistad de Gimli y Legolas y, sobre todo, la que creo que es la mejor batalla de toda la saga: la impresionante Batalla del Abismo de Helm.

"Las dos torres" es el libro de transición (de transición pero lleno de hechos básicos) al final de este largo periplo épico. Mañana me toca cerrarlo y comentar "El retorno del Rey", donde creo que Tolkien levanta de nuevo las alas.

lunes, 27 de diciembre de 2021

LA COMUNIDAD DEL ANILLO. PURA AVENTURA EN UN MUNDO INMENSO E INIMITABLE

EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA COMUNIDAD DEL ANILLO de J.R.R. Tolkien - 1954 - ("The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring")

"El Señor de los Anillos", el libro que más ha influido en la fantasía épica del siglo XX, fue planificado inicialmente por J.R.R. Tolkien como una continuación directa de "El Hobbit", su primera novela (está comentada en esta etiqueta).

Sin embargo, poco a poco, todo fue convirtiéndose en una historia más extensa y de más alcance del inicialmente ideado: la acabó terminando entre 1937 y 1949 en periodos de trabajo divididos en etapas y fue publicada a partir de 1954. En ella, volcó todos los temas que le obsesionaban y amplió su mundo imaginario hasta unos niveles absolutamente brillantes e inauditos en su momento y que todavía hoy nos dejan con la boca abierta. 

Inspirado en los escritos épicos y mitológicos nórdicos o en los cuentos de hadas clásicos (yo también veo, sin embargo, algunos elementos grecolatinos), el universo de Tolkien alcanzó aquí unas cotas de desarrollo, de detalle y de profundidad que pocos autores han logrado conseguir a tal nivel de perfección (y posteriormente llegaría "El Silmarillion").

En "El Señor de los Anillos" vamos a encontrar, mientras disfrutamos de su trama en sí, una cantidad absolutamente abrumadora de información relacionada con el mundo en el que nos vamos moviendo. Tolkien creó este mundo con su propia mitología e historia, con sus leyendas, con sus canciones y poemas, con sus idiomas incluso, y también con sus países, pueblos, costumbres, personajes históricos. Es una auténtica delicia adentrarse en este universo gigantesco que viene además con su correspondiente mapa (y el mapa es además una parte pequeña de dicho universo). 

Tolkien elaboró en esta monumental novela dividida en varios tomos una metáfora de la lucha del bien contra el mal. Soldado en la Primera Guerra Mundial, en la que perdió a la mayoría de sus mejores amigos (lo que le dejó traumatizado de por vida), fue un antibelicista declarado que despreció públicamente a Adolf Hitler y, a su vez, criticó las brutalidades que cometieron los propios Aliados en la Segunda Guerra Mundial.

Su concepción del bien y el mal sí que hay que decir que es bastante extrema y maniquea: no hay muchos blancos y negros en "El Señor de los Anillos", como tampoco los había en "El Hobbit". Los personajes malvados son feos, monstruosos, sucios y sanguinarios, y los buenos son buenísimos, guapos y de portes majestuosos y armaduras y armas brillantes.

De un lado hay orcos, trasgos, magos viejos y corruptos, demonios, arañas gigantes y de otro hay guerreros honorables, caballeros brillantes, elfos inmaculados, enanos valientes o hobbits humildes. Tolkien era un hombre cristiano y el mal para él es una metáfora grande, oscura y deshumanizada.

Por otra parte, esto funciona también, todo hay que decirlo, a nivel de, como he dicho, metáfora. Para los más pequeños y para los más jóvenes, esta concienciación de lo malvado y de lo oscuro es efectiva (para mí, cuando lo leí por vez primera a los diez años, lo fue: imagino que para personas jóvenes que conocían frescos los estragos de las dos Guerras Mundiales también).

No obstante, también hay que señalar que no absolutamente todos los personajes son monocromos. En "El Hobbit" Thorin era un enano con claroscuros, bondadoso pero soberbio y avaricioso, y aquí otros como Gollum (verdaderamente patético y triste, un carácter redondo en todo su horror), Boromir (inolvidable retrato del terror mezclado con el orgullo herido y a la vez con la valentía), Denethor o razas como los elfos (muchos de ellos buenos pero egoístas) sí que tienen escalas de grises.

Por otra parte, "El Señor de los Anillos" está impregnado constantemente de un aura fatalista que no deja el relato ni siquiera en su epílogo: hay un mundo que termina y unas culturas que se marchan para siempre de todo un continente. Es el fin de una era y esta era va a acabar incluso aunque el bando de los héroes gane la guerra.

Tiene también esta novela pasajes siniestros, como los tenía "El Hobbit". El Bosque Viejo, las Quebradas de los Túmulos, el viaje de Frodo y Sam a las profundidades de Mordor, la persecución de los Nazgul o el Ejército de los Muertos son momentos o elementos de la trama muy tenebrosos y hasta macabros algunos de ellos.

"El Señor de los Anillos", como "El Hobbit", es una obra de formación. Ahora los protagonistas son hobbits más jóvenes. Sin embargo, esta formación se extiende también ya a la pura épica y esto da pie a tratar numerosos asuntos.

Al antibelicismo, hay que sumar el ecologismo. Tolkien era ecologista, y el maltrato a la naturaleza se puede personificar en el villano Saruman y en los destrozos que hace en las tierras de los ents. 

También hay un elogio de la humildad: los héroes que en última instancia salvan al mundo pertenecen a una raza, los hobbits, a la que casi nadie conoce, que vive apartada en su propia tierra tranquila y pacífica y que a veces es hasta despreciada como insignificante. Son ellos los que extraen una fuerza de voluntad enorme para llevar su cometido hasta el final.

Por otra parte, y si bien es cierto que apenas hay personajes femeninos en "El Señor de los Anillos", Tolkien se marca un tanto con uno de los mejores de toda la saga: el de Eowyn. El mito de la mujer que quiere luchar con los hombres está en muchas historias de varias culturas, pero él sabe darle una vuelta de tuerca interesante y regalarnos una escena de empoderamiento que, en la primera mitad de los años cincuenta del siglo XX (y que posiblemente fue escrita realmente o por lo menos ideada en la de los cuarenta o incluso a finales de la de los treinta) es verdaderamente revolucionaria en un género que solía estar acotado en mil aspectos a los hombres.

Hay otro, además, que a menudo se olvida y que es igual de empoderado: el de Galadriel. No sólo es una mujer líder e independiente, sino que es uno de los seres más poderosos de todo el universo de la Tierra Media.

Tolkien también es hijo de su tiempo y de su situación social y política: sí bien por una parte se pone contra el racismo y contra el enfrentamiento cultural con la emotiva historia de amistad de Gimli y Legolas, deja a pueblos con atributos emparentados con culturas africanas y orientales del lado de Sauron y de Mordor. 

También pienso que es un autor bastante clasista en muchos aspectos: hay en todo "El Señor de los Anillos" una obsesión por la nobleza, por las monarquías y por la sangre azul que llega a extremos que hoy chocan pero que son propios de su tiempo y que comparten el cóctel ideológico con el elogio de la humildad presente en los hobbits. 

Tengamos en cuenta que John Ronald Reulen Tolkien nació en 1892 en el Estado Libre de Orange (hoy parte de Sudáfrica). Y aún así, pienso que ya estaba en parte adelantado a su tiempo: no todo el mundo en su generación era antibelicista, ecologista o creaba personajes como Eowyn y Galadriel. La historia avanza casi siempre a golpe de escalas de grises.

Si bien la recepción inicial de "El Señor de los Anillos" en su momento fue bastante tibia (con críticas tan entusiastas como destructivas), se convirtió en un clásico en Inglaterra y en los Estados Unidos y con el tiempo su influencia a nivel mundial ya se ha visto que ha sido clave en su género.

"La Comunidad del Anillo" incluye los dos primeros volúmenes de la saga y es mi libro conjunto preferido. Es la mezcla perfecta entre aventura, viaje de iniciación y drama, y presenta a casi todos los personajes principales de la saga mientras rescata a varios de los clásicos como Bilbo Bolsón.

Es, como sus compañeros de serie, un libro muy descriptivo (el estilo de Tolkien era éste), casi un libro de viaje, pero surcado por escenas de acción inolvidables, por combates épicos, por momentos de terror incluso y por largos capítulos de descanso y diálogos.

Las constantes antes mencionadas están ya aquí junto a un buen puñado de momentos inolvidables que forman parte indisoluble de la historia de la fantasía épica; desde la despedida de Bilbo hasta las Quebradas de los Túmulos pasando por la llegada y la marcha de Bree, la visita a Elrond o a Galadriel o mi parte preferida: toda la de las Minas de Moria. 

Me sobra, como a otras personas, el capítulo de Tom Bombadil. Creo que, si bien es un personaje muy importante en la mitología de Tolkien, aquí al autor le quedó bastante fuera de lugar y creo que entorpecía algo el ritmo general. Tampoco es un error grande de este tomo, de todas maneras.

Por supuesto, no termino hoy sin mencionar que "El Señor de los Anillos" ha tenido sus adaptaciones cinematográficas (conocidas de sobra, en especial de la Peter Jackson, la mejor). Mañana, comentaré "Las dos torres".

domingo, 26 de diciembre de 2021

LA GRAN APUESTA. CÓMO SE GESTA LA CRISIS DE 2008 Y CÓMO SE FORRAN LOS DE SIEMPRE

LA GRAN APUESTA de Adam McKay - 2015 - ("The big short")

A veces la vida es muy curiosa: tuvo que venir en 2015 Adam McKay, un director hasta aquel momento de comedia por lo general casposa y cutre, para dirigir una de las mejores cintas que se han dirigido hasta ahora en los Estados Unidos, valga la redundancia, sobre la crisis global de 2008-2014. 

Escrita por el propio McKay y basada en el libro del mismo nombre de Michael Lewis, narra la forma en la que la mencionada crisis hizo estragos a partir de 2007 y la historia de una serie de personas que fueron capaces de verla venir en 2005, cuando todo era una fiesta y cuando se ataban a los perros con longanizas. 

"La gran apuesta" es un filme crudo, triste, brutal, sin concesiones, que deja bien patente la manera en la que un grupo de desalmados se forran especulando con el sufrimiento ajeno. 

McKay sabe concentrar perfectamente una gran cantidad de conceptos económicos complicados para el espectador "no ducho" en la materia (y me meto yo mismo en este conjunto) y desglosarlos poco a poco pero sin pausa y siendo capaz de hacer que cualquiera entienda perfectamente que es que lo que tuvo que ocurrir para que de repente, en 2008, el planeta se viese metido en el descalabro monetario que nos amargó la vida durante aquellos duros años. 

El cinismo domina un relato inteligente, poseedor de una mordacidad que duele, sagaz, extremadamente critico con el sistema que rige las relaciones económicas mundiales y con todas las incoherencias de los que lo manejan o en sus entresijos se mueven.

Los desmanes de los tiempos de la burbuja de la vivienda son puestos en la picota de forma despiadada, y los culpables despellejados. Ya saben, la banca siempre gana, y el pato lo pagan, como se dice bien en el filme, la gente de la calle, que le echa el muerto a su vez a los inmigrantes y a los más pobres. 

Adam McKay dirige con un ritmo trepidante, dosifica la informacion de forma ejemplar, atrapa al espectador desde el primer minuto y se lo mete en el bolsillo con el maravilloso y terrible desenlace del filme, que por cierto no es nada sin su impagable plantel de actores. 

Todos los protagonistas de "La gran apuesta" brillan de forma soberbia: en especial un Christian Bale que se mete en la piel de un "nerd" ultrainteligente y que está del todo inolvidable o un Steve Carrell que simplemente lo borda (también están espléndidos Ryan Gosling y Brad Pitt).

"La gran apuesta" es una obra maestra inesperada de un director que a partir de aquí empezó a entregar películas geniales como la posterior "El vicio del poder".

sábado, 25 de diciembre de 2021

Y TAMBIÉN... FELIZ DÍA DE NAVIDAD

FELIZ 25 DE DICIEMBRE

Anoche os felicité la Nochebuena, y hoy os felicito la Navidad.

Sigo preparando reseñas. 

Pasad un día genial con vuestros seres queridos :)

viernes, 24 de diciembre de 2021

FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD

 

FELIZ NAVIDAD

Feliz Nochebuena y feliz Día de Navidad.

Gracias por leerme aquí, en mi Twitter, y en mi Instagram.

Sed felices :)

(Y estos días, más reseñas)

jueves, 23 de diciembre de 2021

PLOMO AL CUADRADO. UN WESTERN INIMITABLE DE PISTOLEROS MATEMÁTICOS

PLOMO AL CUADRADO de Stark Holborn - 2021 - ("Triggernometry")

Es una suerte que editoriales como El Transbordador se lancen a la aventura de traernos a España a autoras como Stark Holborn, creadora de fantásticas novelas y, también, escritora de videojuegos.

"Plomo al cuadrado" es un western. Pero es un western atípico, único, inimitable: un "weird western" casi, pero uno que escapa incluso a esta definición. 

Estamos en un mundo de pistoleros alternativo, una original ucronía donde, en las tierras de Norteamérica, gobierna un brutal Capitolio que ha proscrito a toda aquella persona que se dedique a las matemáticas (y a derivados como la geometría, la topología, el álgebra...).

Los matemáticos, capaces de "obrar milagros" como calcular las trayectoras de las balas, son considerados peligrosos para el poder dominante y viven camuflados en la soledad o en ciudades de proscritos que se van moviendo constantemente. El "worldbuilding" es ya, de partida, originalísimo e intransferible.

En este ambiente, la profesora Malago Browne (personaje genial e inolvidable) lidera a un grupo de personas que, como ella, son proscritas, en una supuestamente última misión que les sacará de la pobreza y del exilio. La misión, por supuesto, es peligrosa: mucho.

En "Plomo al cuadrado" Stark Holborn nos propone una aventura llena de acción y de tensión en la que se combina a la perfección el drama crepuscular, el humor amargo y también irónico y la mencionada acción. 

La autora juega con los tópicos y con los lugares comunes de las obras de todo tipo ambientadas en el salvaje oeste pero le da la vuelta de tuerca a todos ellos para crear un mundo, unos personajes y unas nuevas reglas completamente intransferibles (pocas obras y pocos golpes de efecto tan novedosos he visto en un género en el que pienso que es especialmente difícil innovar).

Su estilo es directo, cortante, preciso pero a la vez extremadamente descriptivo: con unas cuantas pinceladas levanta ambientes que se pueden palpar en paisajes evocadores que tienen un pie, sin fisuras, en la realidad histórica y otro en la fantasía.

Es especialmente habilidosa Holborn a la hora de retratar la tensión en la que viven los protagonistas: la sensación de ahogo, de persecución, es constante y se palpa como una amenaza en cada página. "Plomo al cuadrado" es un western pero también es casi un thriller.

También los personajes son un punto fuerte de esta novela: a la mencionada Malago Browne hay que sumar a un grupo de encantadores y delirantes desharrapados que se meten a quien está leyendo la novela en el bolsillo desde las primeras apariciones.

Además, hay que destacar las escenas de acción, perfectamente calibradas, que se disparan a ritmo de revólver y que se desarrollan con agilidad e imaginación. 

Estoy deseando leer la continuación de la obra de esta gran autora que he descubierto con esta originalísima novela. Sería genial poder tener más cosas suyas en nuestro país. Mientras tanto, no se pierdan este caramelito. Tanto si les gusta el western como si no.