martes, 30 de abril de 2019

DUMBO. UNA BELLA AVENTURA SURREALISTA DE BAJO PRESUPUESTO


"Dumbo", basada en el libro homónimo para niños de Helen Aberson, fue una película realizada por los estudios de Walt Disney con menos medios que la anterior, "Fantasía", y con una animación más simple.

El musical estrella del creador de Mickey Mouse, una de sus obras más arriesgadas y queridas, aunque hoy es un filme de culto, en su día no tuvo el éxito esperado, y había que rentabilizar las pérdidas y, además, el estallido de la Segunda Guerra Mundial no permitía precisamente grandes alardes monetarios.


"Dumbo", sin embargo, es, al igual que las tres anteriores grandes producciones de Disney ("Blancanieves y los siete enanitos", "Pinocho" y la mencionada "Fantasía") y a pesar de su carga ideológica conservadora de siempre, una delicia del cine de animación.

Cuenta el filme la conocida historia de autosuperación de un elefante mudo y con orejas enormes que, gracias a la amistad de un ratón (hay un posicionamiento contra el tópico de que los efelantes y estos roedores se odian y una exaltación de la camaradería entre personas de toda clase y condición) y de un grupo de cuervos consigue volar gracias a sus mencionadas orejas y demostrar al mundo que es un ser único.


Los referidos valores de la amistad, la fraternidad y la solidaridad son las claves de la película junto a la superación (el Sueño Americano está ahí, cómo no) y al elogio de la diferencia, a los que se une una vez más la exaltación de la familia unida por medio de la tierna historia de Dumbo y su madre.

Existe también en la cinta, como en las posteriores "Bambi", "La dama y el vagabundo" o "101 Dálmatas", un mensaje a favor del buen trato a los animales que parece hacer ataques agudos al mundo del circo, muy cruel con ellos.


Por supuesto, quedan ahí también en la película las arengas destinadas a asustar a los niños para llevarlos por "el buen camino", que aunque no son tan brutales como las de "Pinocho" (que a mi me sigue pareciendo una película-pesadilla), están bien presentes en esos obreros explotados que cantan su desdicha por verse montando la carpa de un circo por "no haber querido estudiar" y, sobre todo, en ese pasaje surrealista (delicioso y siniestro en el plano animado y visual) en el que Dumbo y el ratón Timoteo, tras una borrachera, empiezan a ver elefantes rosas por todas partes (pasaje claramente alegórico sobre los peligros del alcohol, las drogas y demás substancias propias "de la mala vida").


Otros pasajes polémicos quedan: los cuervos que ayudan a Dumbo fueron vistos por muchos como una sátira racista de los afroamericanos, que según denunciaron los indignados por el asunto eran retratados como desharrapados, vagos, juerguistas (algo mal visto por muchos sectores en la época, ya saben), incultos, maleducados y vagabundos.

No sé hasta dónde es cierto esto, ya que, si bien es verdad que los cuervos tienen una connotación negativa cuando aparecen, finalmente acaban como he señalado ayudando a Dumbo y resultan tan bondadosos como los mejores personajes de Disney (además de encarnar, para otros críticos, el espíritu libre y sin ataduras).

Con sus luces y sombras, "Dumbo", a pesar de tener una animación algo más simple que la de anteriores filmes de Disney, es una joyita del cine encantadora y con un toque delirante y surrealista muy divertido.


jueves, 25 de abril de 2019

NOCTUARIO. LOVECRAFT REINVENTADO EN UNA NARRATIVA FILOSÓFICA Y EXPERIMENTAL


Thomas Ligotti no ha sido demasiado conocido, en líneas generales, hasta hace bastante poco. No es nada amigo de las apariciones públicas ni de las entrevistas, pero, gota a gota, su obra ha ido calando en un público ansioso de un terror diferente y ya tiene de una forma u otra la etiqueta de "clásico contemporáneo".

La primera obra que he leído de él es "Noctuario", una particular colección de pequeñas piezas dividida en tres partes diferenciadas: "Estudios de sombra", "Discurso con la negrura" y "Cuaderno de noche".

Las dos primeras contienen cuentos más o menos definidos: la tercera, pequeñas narraciones y piezas filosóficas. Porque Ligotti es también un filósofo, y trae sus ideas a sus escritos narrativos y poéticos.


El estilo de este autor bebe claramente de H.P. Lovecraft. Es un hecho: trabaja el terror cósmico y metafísico, las entidades que están más allá de toda comprensión inicial. No van a encontrar aquí "monstruos habituales" como fantasmas, vampiros o zombies, por poner ejemplos gruesos: sí van a encontrar entes inexplicables, horrores demenciales, locuras alegóricas con formas terroríficas.

También, muchos de sus personajes son inadaptados investigadores de lo oculto, caracteres masculinos solitarios y ensimismados, que no parecen tener vidas sociales amplias y que se sumergen en enigmas monstruosos y viven aventuras desasosegantes.

El ambiente que describe Ligotti, que por cierto me recuerda mucho al del David Lynch más oscuro (es un escritor muy visual), es el de ciudades opresivas y grises, exteriores amenazantes, interiores que parece que van a devorar a sus personajes, lugares abandonados.


ESTUDIOS DE SOMBRA

En "Estudios de sombra" el relato "La medusa", con el que empieza la colección, es profundamente inquietante, obsesivo, y abierto a muchas interpretaciones. "Conversaciones en una lengua muerta", el segundo, me parece de los mejores: espeluznante, atrapante, evocador del más puro horror cotidiano y negro.

Los dos siguientes hacen incapié de una forma u otra en el mundo de los sueños y del subconsciente: "El prodigio de los sueños" y "El ángel de la señora Rinaldi". Me parecen inferiores a los dos primeros pero muy apreciables.


DISCURSO CON LA NEGRURA

En este espacio está uno de los mejores relatos de Ligotti: "El Tsalal". Y uno de los mejores, intuyo, de toda su producción. Una ciudad maldita, un culto monstruoso, un padre y un hijo con una relación delirante, y una irrupción de las fuerzas oscuras en la vida cotidiana que debería estar en toda antología de terror moderno que se precie. Imprescindible.

"Demente velada de expiación" nos trae dos constantes que se repiten en otros relatos de Ligotti: los locos iluminados y los muñecos malditos, que parodian al ser humano. Y un asunto que la humanidad lleva preguntándose desde casi siempre: la creación de vida.


En "El extraño diseño del mago Rignolo" se repiten estas constantes, aunque con otras variantes. Tenemos un nuevo genio loco, esta vez un mago, que da vida a un espectáculo oscuro y retorcido ante audiencias que no le comprenden. Creo que es otro de los mejores cuentos y con un ambiente de diez, de gignol maldito, muy personal.

Termina el segmento con "La voz en los huesos", un relato de corte algo más experimental, más críptico, que se asemeja a una suerte de ensayo de pesadilla como los que veremos en el siguiente tramo del libro.

CUADERNO DE LA NOCHE

Finaliza "Noctuario" con una colección de narraciones cortas, muy cortas (algunas de una página incluso) en las que Ligotti da rienda suelta a un popurrí de pensamientos filosóficos, de narraciones poéticas, de cuentos (algunos hay, son los menos) y de experimentos con las palabras.


Puede ser la parte del libro más complicada, y reconozco que, en mi caso, se me ha hecho algo plomiza (muchos conceptos están repetidos también: el autor vuelve una y otra vez sobre muchos de sus asuntos predilectos, como el pesimismo, la incapacidad de controlar el universo, la visión de los seres humanos perdidos en un ambiente absurdo que no pueden comprender).

"Noctuario" es un compendio fantástico para iniciarse, pienso, a un autor bastante irrepetible, que aún bebiendo claramente de Lovecraft, consigue reinventar el terror cósmico dotándolo de afmósferas muy personales, conceptos novedosos y vueltas de tuerca inesperadas.

lunes, 22 de abril de 2019

GANTZ. UNA BOMBA ADICTIVA DE ACCIÓN, VIOLENCIA Y "WEIRD"


Reconozco que "Gantz" es un cómic irregular. Sin embargo, también tengo que decir, y en eso coinciden muchos de sus detractores incluso, que tiene una personalidad única tanto en lo que es su trama como en su dibujo.

Hiroya Oku, que hace poco nos trajo la también espléndida "Last Hero Inuyashiki", crea en la obra que le hizo famoso un mundo inquietante, evocador, lleno de misterios oscuros, que atrapa desde el primer momento.


Un grupo de personas que han muerto son resucitados por una extraña bola de color negro que les envía a matar a unos también extraños monstruos. El lector se queda dentro en las primeras viñetas. Otra cosa es que las explicaciones y el desenlace le convenzan, pero, desde luego, no puede parar de leer.

Oku consigue una simbiosis perfecta entre su dibujo y la historia que cuenta para sumergirnos en una vorágine de enigmas y de acción constante que no deja un segundo de respiro. Estoy seguro de que los que habéis leído "Gantz" no habéis parado de devorar tomos y tomos en algún momento de su trama.


Éste cómic conjuga la mencionada acción, el thriller sobrenatural, el drama cotidiano y la ciencia ficción "weird" en un cóctel único del que no quiero revelar demasiado pero que es perfectamente coherente y que trata asuntos universales como la amistad, el amor, la justicia, la locura o el mismo sentido de la vida.

Los personajes, muchísimos, son todos una bomba de carisma, desde los protagonistas principales hasta los secundarios pasando por los villanos. Los monstruos a los que se enfrentan, extraídos del folclore y del "pop" japonés y de más allá, homenajes grotescos a nuestra cultura, son una delicia de la imaginación.


Y las escenas de acción son inolvidables, así como el mencionado dibujo. Hiroya Oku va mejorando en una curva vertiginosa: llega un momento en el que sus viñetas son un lujo para los sentidos, así como el ritmo que les imprime. Creo que este autor es uno de los más grandes creadores de escenas de acción de los últimos años (y se vuelve a comprobar en "Last Hero Inuyashiki").

"Gantz" no es, como he dicho, perfecto. Tiene un problema: se alarga demasiado y tiene unas cuantas subtramas que no vienen a cuento y que sólo sirven para estirar el chicle del éxito (y además, de forma bastante descarada). Igualmente, se olvida de algún que otro personaje o lo despacha de forma apresurada y chapucera.


También deja montones de cabos sueltos, lo reconozco. Se intuyen muchas explicaciones, ojo: no se quedan realmente los hechos volando en la nada. Pero, después de haber estirado tanto la historia, se le pediría al autor mucha más concreción en las explicaciones más básicas y necesarias y mucho menos dar vueltas en las subtramas que aportan poco o nada.

Se le ha criticado también a este cómic el excesivo "fanservice" porno que tiene, especialmente en sus inicios, lleno de desnudos gratuitos para vender números. Tengo que decir que, conforme la serie se asienta, va reduciéndose notablemente hasta casi desaparecer (salvo para lo necesario).


"Gantz", éxito brutal en Japón y fuera de sus fronteras, tuvo novelas, series y videojuegos y otras obras de las viñetas derivadas, como el "spin-off" del grupo de Osaka, que no tuvieron demasiado éxito (y que ciertamente se podrían haber aprovechado para cerrar agujeros del desenlace apresurado y algo desastrado de la serie principal).

Con sus fallos, con sus incongruencias, con sus mini-sagas de relleno, "Gantz" es uno de los cómics que más he disfrutado tanto por su trama, dinamita adictiva, como por sus personajes (todos inolvidables) y su dibujo (una maravilla que llega en los últimos tomos a cotas de auténtica preciosidad).


lunes, 15 de abril de 2019

SHAZAM. EL UNIVERSO DC PARECE APOSENTARSE EN LA ESTABILIDAD


¡SHAZAM! de David F. Sandberg - 2019 - ("Shazam!")

Llevan meses (o años incluso) augurando, muchas voces, la caída del Universo DC en el cine. Yo mismo, reconozco, he especulado con ello. Porque lo cierto es que las cosas, en comparación con los dos mundos abiertos de Marvel actuales, no les estaban saliendo nada, pero que nada bien.

Por suerte, y a pesar de las huidas de actores, parece estar la saga levantando el vuelo. Lo hizo con "Wonder Woman" y hace unos meses con "Aquaman", y ahora lo ha vuelto a hacer con "¡Shazam!", dirigida por David F. Sandberg, que realizó hace un par de años una notoria película de terror: "Nunca apagues la luz".


"¡Shazam!" no es la quintaesencia de su género, pero, desde luego, iguala a las películas de superhéroe en solitario más notorias de Marvel. Es otro homenaje más (indirecto pero ahí está) al cine de aventuras de los años ochenta y es una película claramente cómica.

Los mensajes, los de siempre: la amistad, la familia, la lucha del bien contra el mal. Pero bien expuestos, y con un humor acertado, que no cansa, y con un drama suave que aparece también en el momento justo.


Los personajes no son el colmo de la hondura, pero tienen carisma de sobra. Desde los protagonistas hasta los secundarios pasando por un villano muy divertido al que da vida Mark Strong, experto en este tipo de papeles que parece de veras disfrutarlos.

Zachary Levi (que por cierto había sido ya Frandal en la saga de Thor) hace especialmente un papel notorio: su gesticulación de adolescente, su capacidad para el gag, brillan con luz propia en un personaje muy, muy divertido.


Y luego, las escenas de acción y las batallas cumplen, y el ritmo es el adecuado, y está todo bien equilibrado.

Insisto: no es ésta la quintaesencia de su género. Sin embargo, aporta dignidad, estabilidad y un toque entrañable en un universo tambaleante, al que le está costando bastante coger su pulsación y aprovechar a sus personajes.

Como héroe de corte cómico, Shazam puede darle un aire muy fresco a una Liga de la Justicia que hasta este momento ha sido bastante sosainas. Veremos cómo evoluciona la serie, pero con él y con Aquaman y Wonder Woman parece estar todo enderazándose; con trabajo, pero enderezándose.


miércoles, 10 de abril de 2019

LOS OTROS BATMAN VIII. EL CABALLERO OSCURO. LA LEYENDA RENACE, DE CHRISTOPHER NOLAN


"El Caballero Oscuro. La leyenda renace" es la culminación de la saga del hombre murciélago de Christopher Nolan, culminación que no llega al nivel de la perfecta "El Caballero Oscuro" pero que la cierra casi sin fisuras y con una historia que hace que casi tres horas de metraje se pasen en un soplido.

Es bien cierto que las expectativas estaban aquí altísimas. La mencionada "El Caballero Oscuro" se transformó en un clásico de culto instantáneo el mismo día de su estreno y hechos como la triste muerte de Heath Ledger el mismo 2008 han hecho de ella, para bien o para mal, una leyenda.


A esto hay que sumarle los cuatro años de tensa espera y especulaciones sobre cómo terminaría la trilogía: es suficiente para poner el listón del fin de la saga por las nubes.

Yo, personalmente, no me he sentido decepcionado por "El Caballero Oscuro. La leyenda renace". Todos los conflictos personales de Batman se cierran en esta película, y de manera definitiva: el personaje encuentra una nueva vida y puede pasar página a su traumático sacrificio por el bien de Gotham, ciudad que vuelve a verle como el héroe que es, mientras que vuelve a enfrentarse al concepto de justicia férrea y brutal que tenía su primer gran enemigo, Ra's Al Ghul, aquí personificado en sus descendientes (aunque con excelente cameo sorpresa de Liam Neeson).


Se cierran también las vidas de los que le rodean: el comisario Gordon vuele a ser insobornable y a dejar bien claro por qué cree en lo que cree, Lucius Fox y Alfred vuelven a abrir los ojos del héroe y a revelarse como compañeros indispensables, el Espantapájaros vuelve a hacer de las suyas en un momento bastante divertido e hilarante y la memoria de Rachel y Harvey Dent tiene el peso justo y suficiente en la trama.

Sí, queda el Joker... ¿Qué ocurrió con él? Pues yo imagino que, al igual que el Espantapájaros, anduvo por ahí liándola cuando Bane abrió las prisiones... Es una pena que el personaje del mítico payaso asesino no quede cerrado, pero no es culpa de nadie.


Tenía inicialmente un papel principal en esta tercera parte de la saga, pero la prematurísima muerte de Ledger cambió todos los planes y no se optó por cambiar al actor (personalmente, yo lo habría hecho para cerrar al personaje: creo que había intérpretes igual de grandes que Ledger).

El otro elemento que hace de esta tercera aventura del nuevo Batman una maravilla son sus nuevos personajes, tanto protagonistas como antagonistas. Bane, interpretado de manera maravillosa por Tom Hardy (que actorazo, tan eclipsado hasta aquel momento), tiene el porte necesario para aterrorizar al público con su fuerza bestial y su inteligencia retorcida (nada que ver con aquella bestia babeante e imbécil de "Batman & Robin").


¿Que no es el Joker? Pues claro: es OTRO villano, con OTRAS motivaciones y OTRA forma de actuar. Muchos criticaron que no llegase a tener el carisma del payaso. Para mi sí tiene carisma, aunque se trata de otra clase de carisma. ¿Hay que comparar a Ra's Al Ghul con el Joker o con Dos Caras? Absurdo, ¿no? Pues lo mismo aquí.

Bane es un antagonista al nivel de todos los de la saga: de órdago, con una historia desarrollada, con un interés creciente y con una capacidad brutal para poner a Batman en jaque mate (y lo consigue como nunca nadie lo ha hecho antes).

Por otra parte, la sorpresa de Talia Al Ghul está excelentemente cuadrada y Marion Cotillard le aporta al personaje la enjundia justa para el cierre circular de la función.


Siguiendo con las novedades, Catwoman es una heroína en la línea realista del propio Batman, con una química excelentemente desplegada con el héroe y personificada en una Anne Hathaway estupenda.

Es difícil construir e interpretar a una Catwoman que no caiga en el histrionismo gratuito, y Hathaway lo logra, como lo logró aquella también fascinante mujer gata de Michelle Pfeiffer del genial "Batman Returns" de Tim Burton. 


Y todavía más meritorio es el hecho de saber colocar con acierto y sin que quede ridículo a uno de los personajes más odiados por fans y no fans de la franquicia de DC: a Robin. El Chico Maravilla aparece en "El Caballero Oscuro. La leyenda renace", y a todos nos deja con un palmo de narices.

Sí, Nolan lo logró: metió a Robin en su saga, lo que nadie se esperaba, y lo hizo sin vestirlo con mayas chillonas, sin hacer de él un adolescente irritante, sin convertirlo en un lastre para el superhéroe o para la seriedad del filme. Bien por Nolan, y bien por el genial Joseph Gordon-Levitt. 


Queda ya la ambientación casi postapocalíptica que el filme tiene (magistral), esa siempre acertada combinación de thriller y acción que caracteriza a la saga, esas espectaculares escenas de lucha (la paliza de Bane a Batman en la oscuridad y sin sonido ninguno quedará para los anales), esos emotivos diálogos, el humor fino e irónico (desde los tiritos de Batman y Catwoman al cinismo sádico de Bane pasando por las eternas coñas de Alfred), la caracterización (Bane no parece salido de otro mundo, es perfectamente creíble), el coherente desenlace (a muchos no les gustó: yo creo que es el lógico y acorde al tono de la cinta) y la manera en que todo, absolutamente todo (bueno, menos el Joker, pero aquí no se puede hacer nada) queda perfectamente ensamblado y cerrado.

Y ese ritmo: la friolera de 164 minutos que el filme dura se pasa en un vuelo; es que ni se entera uno. Christopher Nolan lo volvió a conseguir. ¿Con un poco de menos maestría? Quizas, pero como he dicho el listón estaba demasiado alto. Esta trilogía ya tiene su lugar en la historia del cine.


martes, 9 de abril de 2019

LOS OTROS BATMAN VII. EL CABALLERO OSCURO, DE CHRISTOPHER NOLAN


Christopher Nolan rizó el rizo de la maestría y nos regaló en 2008 otra soberbia película de Batman que incluso llegó a superar a "Batman Begins" en algunos aspectos.

La historia continúa en donde aquella se quedó: Batman sigue consolidándose como defensor de Gotham junto al comisario Gordon, aunque ahora tiene un nuevo enemigo, el clásico Joker (un sobrecogedor Heath Ledger que ha pasado a la historia) y un nuevo aliado, el incorruptible abogado Harvey Dent, cuya historia ya conocemos todos.


Vuelve, además, una trama todavía más seria, complejísima y cargada de hondura que hace justicia al género de los superhéroes como pocas lo han hecho.

Si “Batman Begins” era un filme sobre el miedo y sobre la lucha entre dos concepciones radicalmente opuestas de justicia, “El Caballero Oscuro” se centra en la lucha del orden contra el caos puro y profundiza en un asunto con el que cualquiera de nosotros puede identificarse: el del compromiso con cualquier causa justa, compromiso que puede implicar la incomprensión, la burla, la persecución, la marginación e incluso la muerte, pero que no puede ser eludido ni por Batman, ni por sus compañeros.


Nolan y sus guionistas, David S. Goyer y su hermano Jonathan Nolan, trabajan excepcionalmente este aspecto de la trama colocando al Joker como un agente del caos que, además de convertirse (por su propia voluntad) en el complemento oscuro de Batman, le recuerda constantemente con palabras y con hechos que su compromiso le costará su vida y la de sus seres queridos y que, debido a su concepción del mundo, tendrá que resignarse irremisiblemente al sacrificio. 


El ejemplo perfecto, ideado por el propio Joker, un psicópata lucidísimo y portador de un humor negro delirante (genial y a la vez estremecedora la escena de la desaparición del lápiz, su carta de presentación), es el de Harvey Dent, el ser más íntegro, valiente y entregado de la película, el ser que, tristemente, termina transformándose en el ángel caído de Gotham y, paradójicamente, en su esperanza final tras el sacrificio del propio Batman, que se convierte en un villano más para llevar la salvación a su ciudad después de que su teoría del caos al mismo Joker le haya propiciado un revés (tras las grandes sorpresas de los dos barcos).

Repite en “El Caballero Oscuro” prácticamente todo el reparto de “Batman Begins” exceptuando a Liam Neeson por razones obvias, a Rutger Hauer y a Tom Wilkinson (que tampoco pintaban ya mucho) y también a Katie Holmes, que es sustituida por Maggie Ghyllenhaal, mientras que se pueden disfrutar de pequeños cameos de secundarios de aquella (como el de Cillian Murphy, el Espantapájaros, muy divertido).


El viejo reparto sigue excelente (destacando a un genial Gary Oldman que repite como comisario Gordon y a un divertidísimo Michael Caine que hace lo propio como el mayordomo Alfred) y entre las caras nuevas brilla con luz propia la del fallecido Heath Ledger, que entrega un Joker verdaderamente terrorífico y capaz de poner los pelos de punta bastante alejado del mítico que Jack Nicholson entregó en el primer “Batman” de Tim Burton (aquel era más estrambótico y dandy, este es bastante más sucio y descuidado).


También Aaron Eckhart regala una interpretación excelente como Harvey Dent/Dos Caras (por fin uno digno después del horror que hizo Schumacher con él), bordando al que es el personaje más trágico de la película junto al de Rachel (correctísima Maggie Ghyllenhaal).

“El Caballero Oscuro” es una obra maestra que se configura, junto a “Batman Begins” y junto a su sucesora "El Caballero Oscuro. La leyenda renace", como una de las mejores películas de superhéroes creadas hasta la fecha.


lunes, 8 de abril de 2019

LOS OTROS BATMAN VI. BATMAN BEGINS, DE CHRISTOPHER NOLAN


Ocho años transcurrieron desde que (menos mal) Joel Schumacher abandonara la saga de Batman. Nadie volvió a tocar al personaje hasta el año 2005, cuando un fascinante reinicio llegó a las salas de la mano de la consolidada promesa Christopher Nolan, que había alcanzado la fama de manera fulminante con la genial “Memento”. 

Él por suerte sabía que los superhéroes son personajes que a menudo, y en contra de una prejuiciosa creencia generalizada, van más allá del concepto que habitualmente se tiene de ellos: el concepto del héroe infantil y maniqueo que Schumacher recuperó, concepto que él descartó de nuevo en “Batman Begins” para volver al estilo con el que Burton había creado escuela.


Batman, ahora un soberbio Christian Bale que por momentos llega a dar verdadero miedo, volvería a ser el super”héroe” humano que autores como Frank Miller, Alan Moore o Grant Morrison supieron reivindicar.

“Batman Begins” es una historia basada en algunas de las que estos creadores contaron y con la que cambiaron para siempre al personaje y todo su complejo mundo.

Nolan se apartó de la saga que conforman las anteriores películas para reiniciarla en una génesis del universo del hombre murciélago y de sus amigos y enemigos.


En ella es Batman por vez primera el verdadero y absoluto protagonista de la narración, sin ningún villano a su lado que le eclipse (aunque los villanos de esta entrega tengan un carisma excepcional).

Nolan ya ha tratado el miedo en otras obras suyas: “Memento” e “Insomnio” consiguen hacer reflexionar sobre este sentimiento, y “Batman Begins” no es una excepción. Bruce Wayne tiene miedo a los murciélagos, un miedo atroz, un terror irracional provocado por un susto infantil que le dejó marcado junto al trauma de ver a sus padres ser asesinados.

Aprende a enfrentarse a este miedo, a bañarse en él (inolvidable la escena de este baño de murciélagos en la caverna) y, posteriormente, a controlarlo para luchar contra sí mismo y contra el mal.


Por otra parte, la película plantea el complejo, contradictorio y polémico dilema de la lucha entre dos conceptos de justicia bien distintos: la de Batman, horrorizado por su pasado y que por momentos no llega a distinguir entre justicia y venganza pero que, finalmente, se aleja del camino de la Ley del Talión y del propio interés para servir, simplemente, al ser humano, y la de su maestro y posterior enemigo Ra’s al Ghul, que cree que la maldad ha de ser limpiada con fuego (genial Liam Neeson como uno de los villanos más importantes de la saga después del eterno Joker).


La trama de “Batman Begins” se centra en ambos personajes con especial detenimiento, aunque, casi, podríamos calificarla de trama coral. Una inmensa galería de personajes se abre ante el espectador, y todos tienen un protagonismo decisivo, desde la amiga de infancia de Wayne y futura abogada luchadora hasta el desquiciado Espantapájaros pasando por el mayordomo Alfred o por el Comisario Gordon (al que por fin se le hace justicia).

Todos están desarrollados como si de personajes principales se tratase, y todos tienen su momento de gloria y su escena decisiva (el trabajo de guión de Nolan y David S. Goyer es realmente grandioso). Están, además, interpretados por un elenco soberbio de principio a fin: Michael Caine, Katie Holmes, Morgan Freeman, Gary Oldman, Cillian Murphy, Rutger Hauer y Tom Wilkinson, nada más y nada menos.


La representación de Gotham vuelve al tenebrismo de Burton, pero otorgándole una mirada completamente realista. La ciudad sirve de símbolo de la decadencia de ella misma y del camino de la oscuridad que domina a su protector: en sus inicios aparece como una megalópolis luminosa, moderna, cuidada y limpia, y posteriormente se va oscureciendo hasta quedar apartada entre nieblas.

Es, a su vez, el tratamiento de la historia igualmente realista: Batman es un ser humano que se somete a un duro entrenamiento y que adquiere su condición de superhéroe gracias a éste y a un equipo especial que adquiere con su inmensa fortuna. 


No hay trucos ni fantasías (dentro de la propia fantasía que supone el trasfondo del héroe), todo está explicado y fundamentado en una “realidad” posible.

El filme mantiene, además, un ritmo excelente que nunca decae y que consigue que dos horas y media de metraje se pasen en un vuelo. Por si fuera poco, sus escenas de acción están meticulosamente dosificadas y tratadas con la espectacularidad justa y necesaria que requieren.

“Batman Begins” es un ejemplo que muchos directores deberían seguir a la hora de tratar a los superhéroes de una forma digna.


domingo, 7 de abril de 2019

LOS OTROS BATMAN V. CATWOMAN, DE PITOF


Una de las aberraciones más enormes del cine de superhéroes de todos los tiempos es esa película de 2004 llamada "Catwoman", que aprovechando descaradamente el tirón del personaje de Batman (y plenamente consciente de que Christopher Nolan estaba preparando su "Batman Begins") toma a una de sus más famosas villanas para presentar una historia sin nada que ver ni con el hombre murciélago ni con ella misma y verdaderamente horrorosa. 

Sí, antes de "Venom", estuvo esta cosa. Eso de coger a un personaje en solitario, desgajarlo de su universo y ponerlo a él solo en una aventura absurda a pasar la gorra sin ningún respeto por el espectador no era nuevo.


Esta Catwoman ni se llama Selina Kyle, ni vive en Gotham, ni tiene ninguna relación con Batman ni con nada que se parezca a su universo: es una joven perdedora que trabaja en un gran laboratorio de cosméticos (?), que se enamora de un policía (¿?), que es una especie de encarnación moderna de la diosa egipcia de los gatos (¿?¿?) y que lucha contra una supermodelo con piel de acero que conspira con cosméticos mutantes (¿????????????).


Halle Berry es la protagonista, y la malvada de turno es Sharon Stone. Ambas, como todos los secundarios, hacen un papel patético en una suerte de thriller de acción predecible a más no poder con efectos especiales malos (encima) y con diálogos y escenas de vergüenza ajena (ese final de lucha de gatas, ese partido de baloncesto, esos maullidos constantes, ese muñeco de Sharon Stone cayendo desde un rascacielos... de pesadilla).

El señor Pitof, autor de la para mi apreciable "Vidocq", fue el encargado de perpetrar el bodrio tras la dirección.


"Catwoman" fue una de esas basuras odiadas por todos desde antes de llegar a las salas y un fracaso tanto de crítica como de taquilla.

La incluyo en esta serie sobre Batman en el cine porque creo que es interesante también repasar las atrocidades que Hollywood hace tantas veces con personajes míticos, a los que trata sin ningún respeto. Una porquería infame.