lunes, 22 de abril de 2019

GANTZ. UNA BOMBA ADICTIVA DE ACCIÓN, VIOLENCIA Y "WEIRD"


Reconozco que "Gantz" es un cómic irregular. Sin embargo, también tengo que decir, y en eso coinciden muchos de sus detractores incluso, que tiene una personalidad única tanto en lo que es su trama como en su dibujo.

Hiroya Oku, que hace poco nos trajo la también espléndida "Last Hero Inuyashiki", crea en la obra que le hizo famoso un mundo inquietante, evocador, lleno de misterios oscuros, que atrapa desde el primer momento.


Un grupo de personas que han muerto son resucitados por una extraña bola de color negro que les envía a matar a unos también extraños monstruos. El lector se queda dentro en las primeras viñetas. Otra cosa es que las explicaciones y el desenlace le convenzan, pero, desde luego, no puede parar de leer.

Oku consigue una simbiosis perfecta entre su dibujo y la historia que cuenta para sumergirnos en una vorágine de enigmas y de acción constante que no deja un segundo de respiro. Estoy seguro de que los que habéis leído "Gantz" no habéis parado de devorar tomos y tomos en algún momento de su trama.


Éste cómic conjuga la mencionada acción, el thriller sobrenatural, el drama cotidiano y la ciencia ficción "weird" en un cóctel único del que no quiero revelar demasiado pero que es perfectamente coherente y que trata asuntos universales como la amistad, el amor, la justicia, la locura o el mismo sentido de la vida.

Los personajes, muchísimos, son todos una bomba de carisma, desde los protagonistas principales hasta los secundarios pasando por los villanos. Los monstruos a los que se enfrentan, extraídos del folclore y del "pop" japonés y de más allá, homenajes grotescos a nuestra cultura, son una delicia de la imaginación.


Y las escenas de acción son inolvidables, así como el mencionado dibujo. Hiroya Oku va mejorando en una curva vertiginosa: llega un momento en el que sus viñetas son un lujo para los sentidos, así como el ritmo que les imprime. Creo que este autor es uno de los más grandes creadores de escenas de acción de los últimos años (y se vuelve a comprobar en "Last Hero Inuyashiki").

"Gantz" no es, como he dicho, perfecto. Tiene un problema: se alarga demasiado y tiene unas cuantas subtramas que no vienen a cuento y que sólo sirven para estirar el chicle del éxito (y además, de forma bastante descarada). Igualmente, se olvida de algún que otro personaje o lo despacha de forma apresurada y chapucera.


También deja montones de cabos sueltos, lo reconozco. Se intuyen muchas explicaciones, ojo: no se quedan realmente los hechos volando en la nada. Pero, después de haber estirado tanto la historia, se le pediría al autor mucha más concreción en las explicaciones más básicas y necesarias y mucho menos dar vueltas en las subtramas que aportan poco o nada.

Se le ha criticado también a este cómic el excesivo "fanservice" porno que tiene, especialmente en sus inicios, lleno de desnudos gratuitos para vender números. Tengo que decir que, conforme la serie se asienta, va reduciéndose notablemente hasta casi desaparecer (salvo para lo necesario).


"Gantz", éxito brutal en Japón y fuera de sus fronteras, tuvo novelas, series y videojuegos y otras obras de las viñetas derivadas, como el "spin-off" del grupo de Osaka, que no tuvieron demasiado éxito (y que ciertamente se podrían haber aprovechado para cerrar agujeros del desenlace apresurado y algo desastrado de la serie principal).

Con sus fallos, con sus incongruencias, con sus mini-sagas de relleno, "Gantz" es uno de los cómics que más he disfrutado tanto por su trama, dinamita adictiva, como por sus personajes (todos inolvidables) y su dibujo (una maravilla que llega en los últimos tomos a cotas de auténtica preciosidad).


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