Y en 2017 ocurrió lo que temíamos: "Black Mirror" se empezó a repetir descaradamente y se quedó anclada en la falta de ideas.
Yo no soy nada "hater": si una película o una serie da un pelotazo y el éxito mundial se la come, no deja de gustarme automáticamente y no puteo a sus secuelas sólo por ser sus secuelas.
Ahora bien, esta cuarta temporada de la que ha sido una de las producciones de la pequeña pantalla más alucinantes, lúcidas, imaginativas, rompedoras y críticas de las últimas décadas, ya no presenta nuevas ideas y, lo que es peor, sus artífices optan por la repetición a lo bestia y sin ningún tipo de vergüenza.
Con todo el dolor de mi corazón, tengo que decir que solamente me sorprende un capítulo de los seis de esta cuarta temporada de "Black Mirror": el segundo. Los otros cinco, o son refritos de conceptos ya vistos en la serie, o son bonitos experimentos, o directamente son auténticos timos. Sí, he dicho timos.
Después de todo, parece que las distopías a Charlie Brooker y a su equipo se les han agotado: es cierto que la tecnología avanza a pasos monstruosos y que se están creando unas normas sociales idiotas y hasta peligrosas a causa de ello. Eso nos lo dejaron claro en las tres primeras temporadas de la serie.
Pero, una vez exploradas todas las posibilidades que se exploraron en aquellas, no da la cosa para mucho más. En algún momento, el cansancio y la falta de ideas llegan. Es normal, y hay que saber cuándo retirarse y pasar a una nueva historia.
Pero como "Black Mirror", poco a poco, se ha convertido en una producción de culto y hoy por hoy directamente arrasa, pues hay que exprimir la naranja creativa sin sentido ni sensibilidad y hacer más y más capítulos salgan como salgan.
Es una pena, pero es lo que hay, y que cada uno de ellos esté dirigido por un director o una directora de calidad no consigue salvarlos, lo siento. Lo peor de todo es que las siguientes temporadas, hasta ahora, tampoco han levantado cabeza. Pero vamos hoy a por ésta.
-USS CALLISTER
Esta cuarta temporada arranca con un episodio gracioso, "USS Callister", que, sin embargo, no deja de ser un refrito de conceptos ya vistos en la serie y, sobre todo, del especial de Navidad de 2014, "White Christmas", del que toma descaradamente la base para darle una vuelta de tuerca poco original y sacarse de la manga una nueva historia con un toque friki que se piensan que va a justificar la poca imaginación y las lagunas de guión bestiales que tiene la trama (con personajes que directamente se teletransportan a terrazas de rascacielos... En fin).
Entretenido, pero nada más, y de muy bajo nivel para lo que esta serie nos tiene acostumbrados. Y además, como he dicho, refrito, y con aceite requemado.
-ARKANGEL
El segundo capítulo de la temporada, "Arkangel", por suerte, es mejor, mucho mejor. De hecho, es el único capítulo que es original (no del todo, pero sí un poco) y el que presenta un posible conflicto tecnológico creíble a medio plazo.
Es también el más emparentado con las primeras temporadas de la serie, el que describe un mundo como he dicho creíble, cercano al nuestro, en el que una aplicación malévola sienta la terrible diferencia. Muy bien.
Esta es, pienso, la línea que debería seguir en general la serie: la línea de sus inicios. Es como conecta más con el público y con sus problemas reales.
-CROCODILE
Pasamos a "Crocodile", que tiene buenas ideas y que desarrolla bien su historia, aunque el ritmo le falla y tiene algunas lagunas de guión bastante evidentes que ponen a los personajes de idiotas para arriba.
Buena alegoría moral, pero el concepto del tratamiento de los recuerdos estamos también hartos de verlo en la serie a esta alturas. Muy, muy hartos. Porque al final lo que tenemos aquí otra vez más es un nuevo refrito de los viejos conceptos a los que ya nos hemos acostumbrado.
-HANG THE DJ Y METALHEAD
"Hang the DJ", el cuarto episodio de la temporada, me parece directamente indignante. Volvemos a coger cosas de episodios pasados, valga la redundancia, y las remezclamos en una metáfora facilona y simple que no es propia de una serie que siempre se había caracterizado por escapar de lo esperable y de lo sencillo. Muy mal. Fatal.
Algo parecido sucede con "Metalhead", el siguiente segmento, que es muy bonito y que está rodado en un blanco y negro precioso y que tiene unas escenas de acción fantásticas, pero que cae de nuevo en la alegoría facilona y que no dibuja un escenario de ningún tipo, un error que la serie siempre se ha encargado de esquivar con limpieza.
Es un buen capítulo en lo técnico y en lo estético, muy imaginativo a nivel visual, muy poético también, pero muy decepcionante en lo argumental. ¡Hay que currarse una historia, amigos!
-BLACK MUSEUM
Terminamos "Black Mirror IV" con "Black Museum", que tiene algunos momentos buenos y otros no tan buenos.
Su condición de nuevo refrito de conceptos ya vistos en la serie, a estas alturas, llega a molestar, pero de verdad.
Y para intentar salvar la papeleta, el propio capítulo es plenamente consciente de ser un refrito integrador y lleno de homenajes autoreferenciales. Vale, ok, pero la capacidad de sorpresa no existe, y eso en esta serie siempre ha sido una sorpresa constante.
Se puede ver bien, con agrado, pero no es nada original y dice bastante poco, y algunas de las historias secundarias que contiene son flojas, pero flojas de verdad.
En fin, tristemente, esta serie está a punto de morir artísticamente de éxito. Lo confirman los capítulos que siguieron a esta cuarta temporada, que llegaron a ser incluso peores y que llegaron a ser incluso más explotación descarada de lo mismo de siempre.
Yo no soy nada "hater": si una película o una serie da un pelotazo y el éxito mundial se la come, no deja de gustarme automáticamente y no puteo a sus secuelas sólo por ser sus secuelas.
Ahora bien, esta cuarta temporada de la que ha sido una de las producciones de la pequeña pantalla más alucinantes, lúcidas, imaginativas, rompedoras y críticas de las últimas décadas, ya no presenta nuevas ideas y, lo que es peor, sus artífices optan por la repetición a lo bestia y sin ningún tipo de vergüenza.
Después de todo, parece que las distopías a Charlie Brooker y a su equipo se les han agotado: es cierto que la tecnología avanza a pasos monstruosos y que se están creando unas normas sociales idiotas y hasta peligrosas a causa de ello. Eso nos lo dejaron claro en las tres primeras temporadas de la serie.
Pero, una vez exploradas todas las posibilidades que se exploraron en aquellas, no da la cosa para mucho más. En algún momento, el cansancio y la falta de ideas llegan. Es normal, y hay que saber cuándo retirarse y pasar a una nueva historia.
Pero como "Black Mirror", poco a poco, se ha convertido en una producción de culto y hoy por hoy directamente arrasa, pues hay que exprimir la naranja creativa sin sentido ni sensibilidad y hacer más y más capítulos salgan como salgan.
Es una pena, pero es lo que hay, y que cada uno de ellos esté dirigido por un director o una directora de calidad no consigue salvarlos, lo siento. Lo peor de todo es que las siguientes temporadas, hasta ahora, tampoco han levantado cabeza. Pero vamos hoy a por ésta.
-USS CALLISTER
Esta cuarta temporada arranca con un episodio gracioso, "USS Callister", que, sin embargo, no deja de ser un refrito de conceptos ya vistos en la serie y, sobre todo, del especial de Navidad de 2014, "White Christmas", del que toma descaradamente la base para darle una vuelta de tuerca poco original y sacarse de la manga una nueva historia con un toque friki que se piensan que va a justificar la poca imaginación y las lagunas de guión bestiales que tiene la trama (con personajes que directamente se teletransportan a terrazas de rascacielos... En fin).
Entretenido, pero nada más, y de muy bajo nivel para lo que esta serie nos tiene acostumbrados. Y además, como he dicho, refrito, y con aceite requemado.
-ARKANGEL
El segundo capítulo de la temporada, "Arkangel", por suerte, es mejor, mucho mejor. De hecho, es el único capítulo que es original (no del todo, pero sí un poco) y el que presenta un posible conflicto tecnológico creíble a medio plazo.
Es también el más emparentado con las primeras temporadas de la serie, el que describe un mundo como he dicho creíble, cercano al nuestro, en el que una aplicación malévola sienta la terrible diferencia. Muy bien.
Esta es, pienso, la línea que debería seguir en general la serie: la línea de sus inicios. Es como conecta más con el público y con sus problemas reales.
-CROCODILE
Pasamos a "Crocodile", que tiene buenas ideas y que desarrolla bien su historia, aunque el ritmo le falla y tiene algunas lagunas de guión bastante evidentes que ponen a los personajes de idiotas para arriba.
Buena alegoría moral, pero el concepto del tratamiento de los recuerdos estamos también hartos de verlo en la serie a esta alturas. Muy, muy hartos. Porque al final lo que tenemos aquí otra vez más es un nuevo refrito de los viejos conceptos a los que ya nos hemos acostumbrado.
-HANG THE DJ Y METALHEAD
"Hang the DJ", el cuarto episodio de la temporada, me parece directamente indignante. Volvemos a coger cosas de episodios pasados, valga la redundancia, y las remezclamos en una metáfora facilona y simple que no es propia de una serie que siempre se había caracterizado por escapar de lo esperable y de lo sencillo. Muy mal. Fatal.
Algo parecido sucede con "Metalhead", el siguiente segmento, que es muy bonito y que está rodado en un blanco y negro precioso y que tiene unas escenas de acción fantásticas, pero que cae de nuevo en la alegoría facilona y que no dibuja un escenario de ningún tipo, un error que la serie siempre se ha encargado de esquivar con limpieza.
Es un buen capítulo en lo técnico y en lo estético, muy imaginativo a nivel visual, muy poético también, pero muy decepcionante en lo argumental. ¡Hay que currarse una historia, amigos!
-BLACK MUSEUM
Terminamos "Black Mirror IV" con "Black Museum", que tiene algunos momentos buenos y otros no tan buenos.
Su condición de nuevo refrito de conceptos ya vistos en la serie, a estas alturas, llega a molestar, pero de verdad.
Y para intentar salvar la papeleta, el propio capítulo es plenamente consciente de ser un refrito integrador y lleno de homenajes autoreferenciales. Vale, ok, pero la capacidad de sorpresa no existe, y eso en esta serie siempre ha sido una sorpresa constante.
Se puede ver bien, con agrado, pero no es nada original y dice bastante poco, y algunas de las historias secundarias que contiene son flojas, pero flojas de verdad.
En fin, tristemente, esta serie está a punto de morir artísticamente de éxito. Lo confirman los capítulos que siguieron a esta cuarta temporada, que llegaron a ser incluso peores y que llegaron a ser incluso más explotación descarada de lo mismo de siempre.
-ESPACIO PARA SPOILERS:
¿No hay otro concepto argumental para explorar que no sea el del rollo de las consciencias duplicadas y los mundos virtuales?
Brooker y su equipo se han vuelto ya cansinos con este asunto. Ya abusaron de esto en la temporada tercera, pero aquí ya es que es directamente de puro órdago: de seis capítulos, tres tienen como base principal este concepto, y además prácticamente calcado de unos a otros.
Por favor, innoven o dejen la serie ya, en su mejor momento. No hagan más y más temporadas repitiendo lo mismo una y otra vez para pasar la gorra. Es lo justo y lo digno. Gracias.
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