sábado, 16 de mayo de 2020

VIDEO GIRL AI. MACHISMO Y AMOR TÓXICO EN EL JAPÓN DE LOS PRIMEROS NOVENTA


Hoy voy a meterme con uno de los grandes. Con una de sus obras, más bien. Él es Masakazu Katsura y esta obra es la archifamosa y mítica "Video Girl Ai".

No quiero ser, tampoco, injusto con este autor japonés y, por ello, quiero matizar que "Video Girl Ai" (y su secuela, "Video Girl Len") son sólo parte de una obra extensísima que ha tocado toda clase de géneros y en la que destacan otros mangas, mejores y peores, como "Shadow Lady", "Zetman", "DNA2" o "I'S".


Hay que tener en cuenta para analizar "Video Girl Ai" el contexto del que viene: del Japón de los primeros años noventa. Concretamente, esta serie se publicó, con su mencionada secuela, desde 1990 a 1993. 

Ni otros cómics de su autor son como éste, ni sabemos (o yo por lo menos no lo sé ni lo he encontrado en Internet) qué opina él hoy en día de esta obra que le hizo famoso hace treinta años.

"Video Girl Ai" es un manga machista. Extremadamente machista. Insisto: estamos en Japón y en 1990. Hace tres décadas, muchos países eran así. El nuestro, también, a pesar de que empezaban los "enrollados años noventa".


La sola historia del cómic, que mezcla la comedia y el drama románticos con la fantasía con cierto corte ciberpunk, es indignante: un chico de buen corazón encuentra a una chica mágica creada para consolarle en un un videoclub mágico (y no, no hay "hombres consoladores" para las mujeres; no están ni se les espera).

La visión de la mujer en "Video Girl Ai" es de partida, y casi constantemente, de mujer sumisa y supeditada al hombre. Ojo, Katsura trata de transmitir valores positivos en su cómic, como los del amor, que aparece como valor supremo. Sin embargo, insisto: estamos en 1990 y en Japón.

El protagonista, Yota Moliga, es un clásico personaje de este autor: un chico tímido y bondadoso que no liga y que se enamora de las chicas más guapas que hay a su alrededor, que, de una forma u otra, acaban peleando por él. 


Sobre esta trama principal orbitan otras entre las que destaca la de la conspiración del videoclub mágico del que el Moliga saca la cinta que contiene a Ai, que está dirigido por unos dioses que no creen en el mencionado amor y que por ello se han vuelto crueles y despiadados. 

La mezcla de romance y fantasía funciona básicamente, aunque la trama principal termina, salvo momentos puntuales, eclipsando a la secundaria, lo cual hace que el cómic pierda mucho interés porque Katsura alarga y alarga la historia de amor del trío principal hasta exprimirla y dejarla seca (sobre esto volveré más tarde).

"Video Girl Ai" funciona muy bien como documento de lo que fueron, en muchos aspectos, las relaciones personales y de pareja de hace tres décadas. Sé que eran similares en otros países diferentes a Japón: se pueden rastrear en muchas películas o series, por ejemplo.


Las mujeres y los hombres en este cómic pertenecen a mundos radicalmente diferentes. Ellas son retratadas como celosas, conspiradoras (incluso las que no son malas personas), misóginas, y siempre aparecen perdidas en el dilema de tener o no sexo con el chico con el que salen (vayan a pensar que son "unas frescas o unas golfas"). La que no es así, es criticada por ser "poco femenina".

Ellos, por el contrario, o son machos incapaces de demostrar sentimientos o son completos pringados que, precisamente por no ser machos, no se comen un rosco (y son criticados por las propias chicas también, que por lo general no quieren nunca de partida al tío débil).


También se da una visión muy tóxica del amor en "Video Girl Ai": todo se consigue a golpe de celos. Igualmente, el cómic da fe de la existencia, por lo menos en aquellos primeros noventa en Japón, de una sociedad absolutamente centrada en la pareja, en el tener pareja a toda costa: quien no la tiene, es un apestado.

A todo esto hay que sumar una represión sexual bestial, donde el sexo es visto como algo deseable y a la vez oscuro, que se usa como moneda de cambio y que sólo se practica en muy contadas ocasiones y con personas muy, muy especiales, y fin de la historia.


Lo gracioso es que paralelamente a esta visión del sexo, Katsura nos mete "fanservice" por un tubo: nos hartamos de ver planos de tías en pelotas o casi desnudas, y culos, y tetas, y bragas, y sujetadores. Es un contraste tremendísimo que creo que da fe de una sociedad que, por lo menos en aquel momento, debía de estar sexualmente frustradísima.

Estaréis pensando, posiblemente, que menudo pasote me estoy metiendo con "Video Girl Ai". Bueno, esto es una reseña, y esto es lo que este cómic me ha transmitido.

Tiene cosas positivas también, por supuesto. Katsura elabora una fábula a favor del amor por encima de todas las cosas y trata de enviar mensajes positivos contra, precisamente, el "amor dependiente", el amor visto como una necesidad de tener atrapada a la otra persona a toda costa.


También toca asuntos como el de la violación y los traumas que deja, lo cual es interesante en su época, todo hay que decirlo. Igualmente, apuesta por la amistad y por la bondad a la hora de tratar a las demás personas.

El dibujo es también una pasada, y tiene una personalidad única. En esto, Masakazu Katsura siempre ha sido, y es, un maestro total. Desde los personajes a los fondos, todo es una delicia.

La trama flojea, eso sí. Aparte de todo lo dicho antes, de todas sus ideas tóxicas, está extendida a lo largo de trece tomos de los que sobran (lo digo muy en serio) casi la mitad, aproximadamente.


El trío principal, el de Yota, Ai y Moemi, se retuerce y se retuerce, no avanza durante capítulos y capítulos, y se vuelve soporífero. Ahora sí, ahora no, ahora esta, ahora la otra, ahora te voy a dejar, ahora no sé qué hacer. Se podía contar perfectamente en muchos menos volúmenes de lo mismo y lo mismo una y otra vez.

Mucho más interesantes son los secundarios, aunque por desgracia sus tramas son las menos desarrolladas y la mayoría de ellos se quedan colgando de una forma u otra. Takashi, el mejor amigo de Moliga; Natsumi, la chica enferma del corazón, o el Abuelo, el trabajador del videoclub mágico, daban para muchísimo, muchísimo más. Amén de los villanos, totalmente desperdiciados.


El desenlace tampoco ayuda a subir el valor de la obra: después de tantos tomos de idas y venidas románticas, de trío en espiral interminable, Katsura lo despacha todo a toda leche y en un "pis pas", y se deja varias subtramas prácticamente sin cerrar.

"Video Girl Ai" es un manga hijo de su tiempo, como su autor. He sido muy duro con un cómic que mucha gente considera una obra básica del medio japonés, pero, sinceramente, creo que no es una buena obra, aunque sea tan famosa. Mañana, "Video Girl Len", su corta secuela.


1 comentario:

  1. Vaya, años de no escuchar de esta serie. Jamás la leí realmente, aunque me encantaban sus ilustraciones. Mi hermano era fan del manga en aquel tiempo, y tenía muchas ilustraciones.
    Gracias por compartir tu reseña.

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