viernes, 15 de mayo de 2020

BEN-HUR. LA NOVELA DE PROPAGANDA CRISTIANA QUE INSPIRÓ LA PELÍCULA


La película de "Ben-Hur" de 1959 ha eclipsado a la novela en la que se basa, publicada en 1880 por Lewis Wallace, escritor y también militar y político que combatió con el ejército nordista durante la Guerra de Secesión y que llegó a ser gobernador del Territorio de Nuevo México y embajador en el Imperio Otomano.

"Ben-Hur" es una novela de aventuras y propaganda cristiana que gozó de un éxito instantáneo y enorme y que fue llevada, antes del cine, al teatro con idéntica buena recepción.

Según el propio Wallace, él no era un gran creyente, pero documentándose para escribir esta historia acabó convenciéndose de que Jesús de Nazaret realmente existió.


"Ben-Hur" es, como he dicho, una novela de propaganda religiosa. Su nombre completo en el momento de su publicación fue "Ben-Hur: Una historia de Cristo". Sabemos lo que nos vamos a encontrar en sus páginas.

La trama, con muchos ecos de "El Conde de Montecristo" de Alexandre Dumas (padre) y su colaborador Auguste Maquet, narra cómo el príncipe judío ficticio Judá Ben-Hur, que vive durante la dominación romana, tira sin querer un ladrillo desde su terraza a la cabeza del procurador de Judea, por lo que es condenado a las galeras, como los peores criminales del imperio.


Un golpe de suerte y su fuerza para vencer a las adversidades le harán volver a su tierra para ajustar cuentas. Sin embargo, en su camino conocerá de casualidad al mencionado Jesús de Nazaret, que le hará cambiar muchas cosas de su vida.

"Ben-Hur" es maniquea. Mucho. Es de 1880. Los romanos son prácticamente todos auténticos monstruos y las culturas que dominan, en especial los judíos y los cristianos, suelen ser dechados de virtudes y superación.

Además, Ben-Hur, que es un hombre maltratado por la vida, condenado por un crimen que no ha cometido, traicionado por su amigo, que se ha abierto paso obligado por la brutalidad de sus circunstancias, encuentra el camino en la nueva fe que está naciendo, la cristiana, retratada como claramente superior en todo a las que la rodean.


Bien, dicho todo esto, también tengo que decir que la novela es entretenida y tiene, como historia de aventuras, encanto. No es la quintaesencia de la literatura (de hecho, el estilo de Wallace a veces es plomizo y se pierde en explicaciones excesivas y largas), pero es una parte de su historia y, sobre todo, del sentir del norteamericano blanco medio de finales del siglo XIX.

En "Ben-Hur" vamos a tener carreras de cuádrigas, peleas con gladiadores, batallas navales contra piratas, naufragios, encuentros con los Reyes Magos de Oriente, una trama de amistad y de venganza, otra de amor y otra de fraternidad entre pueblos diferentes. También, por supuesto, moralina y discursos sobre la fe, que no interesarán a todos los lectores.


La adaptación cinematográfica de 1959, de William Wyler, y que tuvo a Charlton Heston como protagonista principal, es la más famosa (y genial) de esta novela. También ha tenido otra reciente, en 2016, de manos de Timur Bekmambetov, aunque sin el encanto de ésta.

Como he dicho, "Ben-Hur" no es literariamente un portento y es de clara propaganda religiosa, pero es parte de la literatura norteamericana y explica también parte de la idiosincracia de su sociedad en aquel momento tan convulso.


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