APOCALYPTO de Mel Gibson - 2006 - ("Apocalypto")
Creo que la visión del cine histórico de Mel Gibson es insólita, sin concesiones y originalísima y "La pasión de Cristo" y sobre todo "Apocalypto" son los ejemplos perfectos de esto. Especialmente esta última, que hoy comento y que para mí es su mejor película hasta la fecha y que está centrada, además, en la cultura de los mayas, muy poco tratada en el séptimo arte.
Sin ningún tipo de prejuicio, Mel Gibson presentó en 2006 una cinta histórica que mezclaba el aire de documental con el cine de acción y que fue rodada en escenarios completamente naturales, en el idioma maya, con actores no conocidos y con extras de comunidades aisladas.
"Apocalypto" es una experiencia irrepetible a todos los niveles. La primera parte del filme muestra cómo una comunidad pacífica es arrancada con una crueldad sin par de su mundo de paz. La tribu de los protagonistas vive felizmente de la caza, lo que se muestra en unos primeros momentos cargados de tranquilidad y de humor. La sombra de la amenaza aparece sin embargo muy presente: el espectador empieza a temer que algo va a ocurrir.
Después, el poblado es invadido y destruido y la tribu esclavizada y llevada, a lo largo de un interminable y penoso camino selvático, hasta la gran ciudad, en la que van a ser sacrificados a los dioses.
Es magistral la forma en la que Gibson introduce al público en la pesadilla del cautiverio. La violencia se desata con una brutalidad terrible que, unida al extremo desprecio por la vida humana que tienen los captores, contrasta poderosamente con los esplendorosos y bellísimos paisajes naturales que se muestran durante este viaje, que ensalzan la naturaleza frente a la mencionada ciudad, mostrada como un lugar de polvo y de ruinas, de decadencia, de perversión, de miedo y de supersticiones.
En dicha ciudad, los espectadores pasan momentos de horrible tensión frente a las pirámides de los dioses: Gibson hace el trayecto largo y lento a propósito, y especialmente agónico en el ascenso al zigurat. Llegan escenas muy duras: los sacrificios, mostrados con gran lujo de detalles. Es entonces cuando el formato del filme cambia radicalmente, cuando un golpe del destino permite que uno de los protagonistas pueda huir de regreso a la selva.
Finaliza un tramo de “Apocalypto”, más o menos su primera mitad, que no ha sido más que un documental de ficción sobre el proceso de captura y sacrificio que se practicaba en la época. Viene ahora una pura película de acción: el protagonista escapa y sus captores le persiguen. Pero la jungla no es la ciudad, y aquí el antiguo cautivo es el poderoso y el que toma las riendas, desatando un combate contra sus enemigos que se asemeja al de un filme bélico y que tiene ciertos parecidos con las luchas que se muestran en películas como "Depredador" o en las de la saga de "Rambo".
Con una cámara frenética Gibson desmadeja una contienda también frenética que no deja parar un segundo al espectador. El protagonista es ahora el que da caza a los que le cazaron a él y se reafirma como protector de su tribu exterminada y de su familia. La película es extensa y agónica, pero es lo que busca: los momentos de tensión y terror son magistrales. Gibson quería que se pasase mal con ella, y lo consigue con creces.
Por supuesto, la obra sigue desatando polémica en lo referente a la visión que da sobre la cultura maya. Es cierto que, en lo que se refiere a esta civilización, Gibson muestra todo lo horrible y tétrico que en ella existía (las guerras, la esclavitud, los sacrificios, los juegos crueles...) sin haber enseñado también, por ejemplo, lo avanzados que estaban en matemáticas, en arquitectura, en pintura, en agricultura o en medición del tiempo (entre otras miles de cosas).
Claro que, por otra parte, el mundo maya que se muestra es el que se está descomponiendo y el que avanza hacia su destrucción entre guerras, conspiraciones, malas cosechas, epidemias... Imaginen por un momento que, ante un "peplum", se desatase la polémica porque dicha película mostrase, por ejemplo, combates de gladiadores. ¿Por retratar este juego romano denigrante se está atacando a la cultura clásica occidental? Yo creo que no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario