THE WITCHER de Lauren Schmidt - De 2019 a 2023 - ("The Witcher")
Dos elementos hicieron mala a la primera temporada de "The Witcher": su línea temporal incomprensible y su cutrez visual en general. Ambos fueron subsanados en la segunda, que, acertadamente, esquivó el error de base que tuvo su antecesora, el de haber sido diseñada ya desde el guión para las personas que están familiarizadas o bien con los libros de Andrzej Sapkowski o bien con los videojuegos que ha tenido la saga.
Debido a esto, y sin ser una maravilla, aquella segunda temporada mejoró bastante: yo, que soy profano tanto en los mencionados libros como en los también mencionados videojuegos, empecé a vislumbrar un mundo con un mínimo de sentido y unos personajes a los que ya sí iba entendiendo.
La tercera temporada, llegada después del desastre de esa precuela de cuatro capítulos desafortunados que fue "The Witcher: El origen de la sangre", sigue en la línea de la segunda y mejora lo que ésta ofrecía (por cierto que toda la saga la tenéis comentada en esta etiqueta).
Aquí tenemos un evento grande, importante: tal vez el más decisivo de los que hemos visto hasta ahora en la serie. Los protagonistas también se desarrollan y avanzan de forma decisiva, valga la redundancia (incluso secundarios que pensaba que no iban a crecer lo hacen, y mucho -en este sentido Jaskier es toda una sorpresa y adquiere una profundidad que nunca le esperé-) y los antagonistas principales toman de una vez el relieve que se les escapaba en las anteriores temporadas.
Todo se sigue con un interés aceptable, y hay capítulos como el de la fiesta que están espléndidamente ideados y montados. También se mejora el despliegue del universo de la saga: sus intrigas van cobrando solidez y sus facciones enfrentadas también.
Por otra parte, el aspecto visual es otro punto que sigue mejorando: los escenarios, los combates, los efectos especiales, ya están más unificados en calidad desde la segunda temporada y aquí continúan tratando de mantener esa uniformidad al alza (en la primera se alternaban momentos muy bien hechos con otros franca y extrañamente cutres).
Hay fallos también, desde luego: muchos secundarios necesitan más protagonismo y hay varios hechos que ocurren deprisa y corriendo y sin tomarse tiempo para que maduremos lo que significan. También es cierto que, si bien el aspecto visual como he dicho ha mejorado, sigue sin llegar a alcanzar en espectacularidad y realismo al de otras series del mismo género (sí, hablo de las de "Juego de Tronos": las comparaciones son odiosas pero aquí en concreto son del todo inevitables).
En este sentido, es muy poco creíble que los personajes vayan siempre inmaculados, que nunca se manchen siquiera. También que los escenarios, basados en una Edad Media europea ficticia, casi siempre luzcan casi impecables (en la segunda temporada, por ejemplo, esto no ocurría tanto).
A "The Witcher" le sigue quedando lejos el ser la gran serie de fantasía épica y oscura que se prometió tanto que iba a ser. Coge su pulso, pero le está costando (tal vez por todo lo que arrastra de la mentada primera temporada).
Veremos cómo sigue avanzando, porque ahora va a entrar en un punto clave: Henry Cavill ya no estará en la cuarta temporada y será sustituido por Liam Hemsworth. Estamos en un momento delicadísimo: este cambio, y posiblemente cómo sea recibido, podrá relanzar la serie o hundirla, pienso.
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