viernes, 1 de mayo de 2020

FROM HELL. UN COMPENDIO UNIVERSAL EN LA HISTORIA DE JACK EL DESTRIPADOR


FROM HELL de Alan Moore y Eddie Campbell - De 1989 a 1998 - ("From Hell")

Hay obras cuyas reseñas se antojan titánicas: uno no sabe ni por dónde empezarlas. Una de ellas es sin ninguna duda "From Hell", el cómic magistral de Alan Moore y Eddie Campbell que bucea en la figura del mítico Jack el Destripador.

"From Hell" es una de esas creaciones redondamente universales. Todo está en su compendio. Desde historia hasta retrato social y humano pasando por metafísica o psicogeografía.

El propio Moore afirmó en la revista "Taboo", donde se empezó a publicar "From Hell", que con este cómic pretendía examinar la historia del misterioso asesino de 1888 y que todos los personajes que aparecen en ella existieron realmente. También, que sus motivaciones y palabras están basadas en la medida de lo posible en la más rigurosa investigación sobre la época.


Sin embargo, afirmó igualmente en el mismo texto de esta misma revista que lo que el armó basándose en todo esto es, a la vez, ficción. Que podría haber ocurrido de esta forma, o no.

"From Hell" no es un "caza al asesino". De hecho, al asesino lo conocemos ya en los primeros capítulos. "From Hell" es un fresco histórico y un intento de examinar un acontecimiento humano que Moore considera "fenomenal".

El autor de "Watchmen" piensa que no se puede hablar de una clara "verdad" en la historia cuando el tiempo ya ha pasado y lo que ha quedado, ha quedado, valga la redundancia, en los libros.


"From Hell" es una historia de terror, pero no es un thriller de suspense. No hay suspense ninguno, como he dicho. Sí que hay, sin embargo, un enorme y caudaloso río de hechos, personajes, conjeturas y horrores cotidianos.

Está inspirado en las teorías expuestas por Stephen Knight en su libro "Jack the Ripper: The Final Solution", el cual, sin embargo, es denostado por muchos académicos y expertos.

No obstante, como he señalado, todo lo que Alan Moore narra va mucho más allá del simple hecho histórico en seco.


Este cómic, como he dicho también antes, es redondamente universal. Retrata la Inglaterra y especialmente el Londres de 1888 y de varios de sus años anteriores y posteriores, cercanos en el tiempo. Sin embargo, sus raíces van mucho, mucho más allá, porque se hunden tanto que llegan a nuestra edad contemporánea.

Revisamos la historia en sí, pero también viajamos a través de las desigualdades sociales brutales de esta época, de sus prejuicios, de su machismo, de su homofobia, de su corrupción, de sus dicotomías, de sus problemas políticos.


Todo ello aparece ligado a temas que se repiten en otras obras de Alan Moore. La metafísica y la psicogeografía convierten a Londres en un personaje más y tratan de desvelar los entresijos de su historia espiritual, de su mezcla de culturas, de su esencia, de su mística interna.

El famoso (y para muchos pesado) capítulo de la descripción de la capital británica por parte del doctor Gull es la quintaesencia de esta intención del autor, que convierte a estas mencionadas metafísica y psicogeografía en partes indisolubles y explicativas de la mencionada historia y también de la política y de la sociedad de ese momento y de la Inglaterra actual, cuya herencia de este tiempo es puesta en la picota.


Igualmente explora Moore la naturaleza del tiempo y del espacio, la visión limitada que los humanos tenemos de ellos, y cómo las "inmortalidades" que nos ofrecen los hechos históricos en los que tomamos parte pueden hacernos trascenderlos (este tema también está presente en otras obras suyas como la mentada "Watchmen").

Alrededor de todo ello, están a la deriva unos personajes impotentes ante los acontecimientos que les han tocado vivir: son presas de la crueldad del azar y unos lo afrontan con dignidad, otros con interés, otros con perfidia, otros con tormento y otros con locura.


Todos están perfectamente construidos, al igual que la trama, ágil y siempre interesante, llena de detalles y homenajes, que lo articula todo por medio de unos diálogos frescos y naturalistas. 

La referencia en "From Hell" es también básica: en cada capítulo encontraremos lugares conocidos de Londres y personajes reales de todas las disciplinas.

Porque, quien quiera que fuese Jack el Destripador, compartió tiempo con seres tan relevantes como Buffalo Bill Cody, el Hombre Elefante, Oscar Wilde o un Adolf Hitler que estaba a punto de nacer.


"From Hell" es una obra gigantesca, difícil de describir en una simple reseña corta, que ha dado y da todavía para libros enteros de estudio sobre todo lo que tiene que mostrar (y a cada lectura se descubren nuevos elementos en sus páginas).

No he hablado todavía, por cierto, de su dibujo. Y merecería también todo un capítulo aparte. Eddie Campbell, otro grande de su campo, es el encargado de ilustrar la visión de Moore de esta época, y, desde mi punto de vista, lo hace no solo magnificamente bien, sino de una forma inimitable que le da al cómic su definitiva personalidad.


Todavía hoy hay polémica con respecto al aspecto visual que Campbell le otorgó a "From Hell". A muchos, su arte les desagrada, y además profundamente.

Yo creo, sin embargo, que es el ideal. Basado en las rayas toscas, y en estricto blanco y negro, el dibujo de Eddie Campbell construye una Londres oscura, sucia, en la que se palpan, además de la niebla y la lluvia, la pobreza y la miseria.

Esta Londres, alejada de esa Londres victoriana esplendorosa de mansiones enormes, de nobles y burgueses bien vestidos que hemos visto en montones de películas, es más cercana a la que se sabe que fue la Londres real, donde convivía una minoría acomodada o directamente rica con una gran mayoría de pobres que malvivían "al día" y peleaban cada minuto con la miseria, el hambre, la violencia, el alcoholismo o la prostitución.


Con un dibujo diferente al de Eddie Campbell, "From Hell" no habría sido el mismo. Habría sido diferente, tal vez ni mejor ni peor, pero no el mismo. Y éste "From Hell" es riquísimo, sugestivo, evocador, precioso.

De "From Hell" podríamos llenar libros. Yo no soy ningún experto en Jack el Destripador, pero sí conozco la obra de Moore bastante bien como para rastrear sus temas básicos en ella y recomendar este cómic, que me parece capital.

Para mi, es de los imprescindibles, y, además, tanto guionista como dibujante tuvieron tiempo y libertad para explayarse a su gusto y trabajar sin presiones. Se publicó desde 1989 hasta 1998 en la mencionada revista Taboo y, posteriormente, fue recopilada con Top Shelf Productions.


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