miércoles, 25 de diciembre de 2019

LA PRIMERA LEY III: EL ÚLTIMO ARGUMENTO DE LOS REYES


Con "El último argumento de los reyes" se cerró la trilogía de "La primera ley" hasta hace muy poco tiempo. Joe Abercrombie ha anunciado un nuevo tríptico de novelas que continuarán la trama de estas tres.

Es algo que agradezco, porque uno de los principales problemas que les veo como saga es que esta tercera parte que hoy comento termina dejando todos los frentes abiertos.

Es algo que puede resultar decepcionante, especialmente cuando uno se ha tragado tres tomos de seiscientas páginas y de hasta más (éste en concreto llega a las ochocientas).


El mundo de Abercrombie es un mundo abierto y en constante expansión y evolución. Los personajes de "La primera ley", uno de sus grandes relatos base, se distribuyen tras su cierre en otras de las novelas del autor. Guste o no, es lo que ocurre con estos mundos abiertos, valga la redundancia.

"El último argumento de los reyes" me gusta más que "La voz de las espadas" (que como he dicho tenía el problema de ser un gigantesco prólogo) pero menos que "Antes de que los cuelguen", la que es para mi la entrega perfecta de la epopeya.


Ahora, tras los viajes de los personajes por las diversas zonas del mapa del universo de Abercrombie, casi todos vuelven a encontrarse en un núcleo principal básico: Auda, la capital de la Unión.

Todos vuelven más redondeados, con más experiencia, pero también con fracasos a sus espaldas y, para colmo, tienen que enfrentarse a un reto más: el clásico combate final (o combates finales) que caracteriza a todas estas trilogías.

Uno de ellos, en la mencionada Auda, que va a ser invadida por el imperio sureño de los gurkos. Otro, en el helado norte, en donde el rey Bethod parece estar a punto de ganar (este norte sigue siendo también un lugar básico en la saga, y lo será en libros posteriores).


Todos los personajes se cruzan definitivamente, y todos ponen ya sus últimas cartas sobre la mesa. Hay sorpresas. Muy grandes y muy inesperadas. 

Joe Abercrombie es un gran constructor de caracteres, y sabe meternos en el bolsillo y seguir dejándonos con la boca abierta tras dos libros de seiscientas páginas y reinventar a sus creaciones una y otra vez con coherencia.

También, hay nuevas adquisiciones: llegan personajes nuevos, en especial de Estiria, un conjunto de naciones al este de la Unión que parece asemejarse a la Italia de estados independientes de antes de su unificación (y que cobrará más importancia en posteriores novelas del autor).


Volveremos a tener intrigas políticas y grandes batallas, y todo con ese tono trágico, terrible, épico, que anuncia el fin de un gran ciclo y una gran lucha final. Todo muy bien llevado y con ritmo (y con grandes momentos y alguna que otra parábola política muy sutil e inesperada que nos pilla completamente por sorpresa y que hace referencia a nuestros días).

El "pero" que le pongo al cierre de "La primera ley" es que de cierre tiene poco. Todo se queda abierto. Con una sensación agridulce, de "victoria pírrica", muy consciente y muy bien llevada, pero también con otra sensación de cierta decepción al ver que prácticamente todos los personajes se quedan también abiertos, y de par en par.


Lo dije al principio: el mundo de Abercrombie es un mundo en constante evolución. Si se asume eso, y si se asume que hay que leer otros libros suyos para completarlo y para volver a encontrarse con sus queridos caracteres, "La primera ley" es una trilogía de novelas fantástica, muy entretenida, muy divertida y con pasajes de mucha lucidez.

En los próximos años, llegará la continuación de esta saga. Ya están anunciados los títulos en inglés: "A little hatred" (que en España se va a llamar convenientemente "Un poco de odio"), "The trouble with peace" y "The beautiful machine".


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