TINTÍN Y LOS PÍCAROS de Hergé - De 1975 a 1976 - ("Tintin et les Picaros")
El último álbum que Hergé acabó fue "Tintín y los Pícaros", que había comenzado a realizar antes de "Vuelo 714 para Sidney" como "Tintín y los Bigotudos" pero que aparcó hasta años después. Sin ser tan brillante como tantos anteriores, me parece destacado y políticamente demoledor.
Tintín, ahora con la ropa actualizada a la moda de los años setenta (con vaqueros y un casco de moto con el símbolo hippie de la paz), el Capitán Haddock y el Profesor Tornasol viajan a San Teodoros, donde el primero estuvo en "La oreja rota", ante una un tanto rocambolesca provocación política del General Tapioca, y acaban ayudando a su rival, el bien conocido ya General Alcázar, a echarlo del poder.
Un tanto improvisada en su inicio, la aventura se va asentando con coherencia y se va alternando luego con agilidad con varios toques de thriller y con una sátira política absolutamente despiadada que a la izquierda de su momento no le hizo ninguna gracia. El paralelismo de San Teodoros con la Cuba de Fidel Castro (y con sus alianzas con la Unión Soviética) es, pienso, evidente, y en aquellos años una parte amplia de la izquierda defendía a aquella dictadura en un incomprensible acto de incongruencia (la izquierda debería estar en contra de toda dictadura por definición).
Tuviera la ideología que tuviese Hergé, aquí denunciaba algo que ya había denunciado en otros álbumes: cómo el pueblo es utilizado por dictadores de bandos enfrentados y cómo es quien paga siempre los platos rotos (y cómo su situación nunca mejora con los cambios supuestamente revolucionarios: el final de "Tintín y los Pícaros" es apoteósico y su última viñeta es un bofetón de realidad a esa izquierda inexplicable que defiende tiranías).
El resto del álbum es una buena aventura con los toques habituales, con personajes de vuelta (además de Alcázar, el Coronel Sponz como villano, Serafín Latón, los periodistas del París-Flash, Pablo y el inglés Ridgewell) y con otras críticas a los medios de comunicación (ya presentes en otros como "Las joyas de la Castafiore") o al turismo de masas.
"Tintín y los Pícaros", tema político aparte, tuvo también críticas mixtas en lo artístico. Muchas de ellas dijeron que era "una aventura más" en el sentido más despectivo, y señalaron fallos en los que coincido: que Tintín ceda y vaya a San Teodoros está forzado, y la traición de Pablo no tiene sentido. También se las llevó el dibujo, que muchos vieron más tosco y sobresaturado (a mí sólo me choca un color algo chillón en este aspecto).
Como curiosidad, aquí conocemos el nombre de pila del Capitán Haddock, ya de forma muy tardía: se llama Archibald (en la versión en español Archibaldo).
El 3 de marzo de 1983 Hergé falleció desgraciadamente a causa de la leucemia. "Tintín y los Pícaros" fue su último álbum acabado, pero el último era realmente "Tintín y el Arte Alfa", que no está terminado pero que sí que está publicado con el material que había disponible a su muerte. Mañana la comentaré y con él cierro este ciclo a todo Tintín que he hecho en el blog.





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