viernes, 27 de agosto de 2021

LIBERTAD. TRES DÉCADAS DE HISTORIA FAMILIAR QUE CULMINAN EN LA ERA DE BUSH

LIBERTAD de Jonathan Franzen - 2010 - ("Freedom")

"Libertad" es la primera novela que he podido leer del norteamericano Jonathan Franzen, y me ha parecido una novela absolutamente subyugante. 

Llegó en 2010, casi diez años después de "Las correcciones", la cual no he leído pero la cual no dejan de recomendarme (fue la que le puso en el panorama de la fama: era su tercera creación literaria). Llegó también casi diez años después de los terribles acontecimientos del 11-S.

El trauma de las Torres Gemelas para los norteamericanos fue el fin de una era y el principio de otra, y en los años inmediatamente posteriores se ubica "Libertad", aunque fue realmente escrita durante el primer año de presidencia de Barack Obama. 

Si existe un libro, de los que yo he leído por lo menos, indicado para entender por completo la época de George W. Bush en los USA, es éste. Porque, además, retrata también las décadas anteriores, las que llevaron a estos convulsos Estados Unidos que en la actualidad no han cambiado demasiado.

Desde los ochenta hasta los últimos 2000 pasando por todos los años noventa, "Libertad" nos propone un periplo por la historia de una familia norteamericana de clase alta, los Berglund, y de sus más inmediatos e íntimos allegados.

Patty y Walter son el matrimonio, el centro de todo. Un matrimonio aparentemente perfecto: ella es la "ama de casa social ideal" y él es un abogado ecologista militante y célebre con contactos y proyectos grandes en su cartera política.

Alrededor de ellos orbitan sus hijos, sus otros familiares (como hermanos y hermanas, padres y madres), sus amigos más íntimos, sus compañeros de trabajo más cercanos, sus vecinos, sus amantes o las parejas de sus hijos.

Franzen articula la vida de todos estos personajes desde los mencionados años ochenta a través de retazos temporales que van saltando de un lado a otro y de un texto autobiográfico escrito por la propia Patty, que se convertirá en el carácter tal vez más básico de la trama.

A lo largo de las décadas, todos estos seres avanzarán y retrocederán en sus vidas, experimentarán triunfos y fracasos y alegrías y tristezas, y se relacionarán entre ellos. Subirán y bajarán de clase social, pasarán de la juventud a la madurez y evolucionarán con diversa fortuna y a veces incluso de forma cíclica.

Tras ellos, como telón de fondo, pero telón absolutamente imprescindible e indisoluble de sus idiosincracias, está el retrato crítico de una sociedad norteamericana que se tambalea ante un cambio radical, ante el enésimo fin de su Sueño (con mayúsculas).

"Libertad" nos habla de unas épocas concretas que, sin embargo, se tornan, como en las buenas novelas, absolutamente universales. 

Franzen pone en la picota a un país ultracompetitivo, hipócrita, enfermo de patriotismo y de soberbia pero a la vez políticamente enfrentado. Nos habla del culto a las apariencias, de frustraciones vitales y sexuales, de los costes de ascender de clase, de la ruptura generacional, de la soledad, de la depresión, de los claroscuros de la vida de los artistas, de la irrupción de la sociedad de Internet y de su revolución radical, de la falsa felicidad que es el vivir para contentar a los demás, de la distancia entre lo que se quiere ser y lo que se es, de la falsedad en la política, de la lucha ecologista, de las adicciones, de la religión, de la guerra de Iraq, de las relaciones entre oriente y occidente con la batuta de los USA por delante. 

Nada es fácil en esta obra. Como en la vida misma. Es lo que el autor quiere dejar claro. Los personajes son grises y están llenos de contradicciones. Como sus propios momentos históricos. Como la política en cualquier parte. 

Todo es complejo en "Libertad"; nada es de un solo color de forma constante. Este punto anti maniqueo es muy difícil de encontrar, y aquí se afianza y se mantiene fijo durante todo el relato. 

El estilo que cultiva Franzen es directo y rápido, a veces hasta vulgar. Reproduce el habla, pienso, de la gente normal de los Estados Unidos. Incluso fuera del diario que lleva Patty todo parece estar contando por una persona cualquiera en un bar cualquiera, o durante una barbacoa en un jardín cualquiera de una ciudad cualquiera este país.

"Libertad" es una obra universal, una obra compendio. Sus seiscientas páginas, que se leen sin perder el interés, nos hablan de todo, o de casi todo. Y lo hacen con lucidez siempre. A veces con humor, a veces con tristeza. 

El drama y la pasión se contraponen con momentos delirantes. Todo es cambio y giro constante en esta novela, que creo que permanecerá como una de las imprescindibles de la literatura norteamericana moderna. Leeré las demás de este autor, vaya que sí.

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