Tras la genial aventura de Lupin III que supuso "El Castillo de Cagliostro", Hayao Miyazaki comenzó a desarrollar ya un estilo completamente propio en su cómic "Nausicaä del Valle del Viento", que tal como comenté en la entrada de ayer se comenzó a publicar en 1982 y no finalizó hasta 1994 (la reseña está en esta misma etiqueta).
Fruto de este manga nació la película del mismo título, que lo adaptaba y que es considerada plenamente como la primera película del Studio Ghibli porque, aunque fue desarrollada un año antes de su fundación en 1985 en el estudio Topcraft, la mayor parte de los creadores que trabajaron en ella estuvieron en la compañía posterior.
Por supuesto, es una maravilla tanto en su animación como en su trama, en la que se sientan las bases de lo que sería (ya lo era por otra parte en este filme) el ideario de Miyazaki: antibelicismo férreo, defensa de la naturaleza, buen trato a los animales y búsqueda de la fraternidad entre todos los seres vivos para poder afianzar una paz fuerte y duradera.
Y de fondo, aventuras, grandes batallas, mucha acción, humor fino y justo y exaltación de grandes valores universales como la amistad, el amor, la mencionada paz, la tolerancia y el respeto.
Por supuesto, la animación (realizada por animadores que fueron pagados por fotograma completado) es una absoluta maravilla, un ejemplo de fluidez, detalle y por supuesto imaginación.
Hayao Miyazaki delinea en "Nausicaä del Valle del Viento" su primer universo completo en un largometraje, universo en el que calca con éxito el panorama fantástico de su cómic previo, poblado de monstruos y seres producto de una imaginación desbordante y sembrado de escenarios tan delirantes y hostiles como bellos y evocadores.
La película fue un gran éxito en su día y se convirtió en una de las cintas clave del anime japonés de los años ochenta (junto con otras del autor que vendrían después como "El castillo en el cielo" o "Mi vecino Totoro").
Es cierto que, si se lee el cómic que la originó, la película resulta algo decepcionante. Ciertamente, es un resumen a lo bestia de éste, y faltan docenas de personajes, de reinos, de hechos, de elementos de la trama original.
Ocurre, como comentaba ayer, algo muy similar entre el manga de "Akira" de Katsuhiro Otomo y su adaptación a la gran pantalla. Ambos son míticos y geniales, pero en dos horas no caben años de publicación de números.
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