Aunque pareciese increíble, la bazofia de "El Motorista Fantasma" tuvo una secuela todavía peor. De nuevo protagonizada por un Nicholas Cage cada vez más desganado y perdido, la cinta reincide en todo lo horrendo que tenía su antecesora metiéndole ahora con calzador un toque de humor canalla que da vergüencita ajena (esa escena sonrojante del Motorista meando fuego es para "mear y no echar gota", nunca mejor dicho).
La dirigieron en 2012 Mark Neveldine y Bryan Taylor, autores de las películas de la saga de "Crank" o de "Gamer".
Volvemos a tener una trama lineal y tonta, unos personajes planísimos (y faltan bastantes importantes de la primera entrega de los que no se dice nada -total, para qué se van a preocupar en establecer bien los lazos entre ambas si nadie se va a acordar de casi nada de una a otra-), unos actores desganados locos por terminar para cobrar y largarse, unos diálogos patéticos, unas escenas de acción aburridas y unos efectos especiales horteras.
Y como he dicho, esta cosa inombrable está llena de incoherencias con respecto a su antecesora (y se subtitula claramente "El Motorista Fantasma II", que no es un reinicio precipitado de esos que ahora están tan de moda).
Faltan como he mencionado bastantes personajes, el carácter del Motorista ha cambiado y el del antagonista también, el protagonista ahora varía sus objetivos de un día para otro sin explicación, los secundarios actúan porque sí, la maldición contra la que luchan no tiene sentido...
Nada más hay que decir de "El Motorista Fantasma. Espíritu de Venganza". Es una de las peores películas de personajes del mundo de Marvel de la historia. Huyan de ella y de su primera parte como de la peste.
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