BATMAN: ARKHAM ASYLUM de Gran Morrison y Dave McKean - 1989 - ("Arkham Asylum: A Serious House on Serious Earth")
Una de las obras más aclamadas tanto de Grant Morrison como de Dave McKean, así como de la franquicia de Batman en general, es "Batman: Arkham Asylum". A nivel argumental y a nivel estético.
Grant Morrison, alternando constantemente entre sus creaciones propias de corte independiente y sus trabajos para personajes de ficción famosos, nos regala aquí uno de los retratos del hombre murciélago más personales de toda su historia, retrato que para algunos críticos ha sido tan básico para su universo como el de "La broma asesina" de Alan Moore.
Es curioso que ambos autores, que además llevan décadas enfrentados (su rivalidad es tan legendaria que incluso se han escrito ensayos sobre ella), afronten a la figura de Batman en sus aportaciones principales sobre ella desde el prisma de la locura.
Porque "Arkham Asylum" enfrenta, como la obra mencionada de Moore, a Bruce Wayne con dicha locura. Capitaneados por el Joker, que aquí, como en "La broma asesina", tiene un papel básico, los internos del manicomio de Gotham se han rebelado y han tomado el edificio.
Cuando Batman acude, se encontrará con un ambiente alucinógeno y delirante, oscurísimo, en el que tendrá que enfrentarse una vez más a sus peores miedos y a algunos de sus peores enemigos.
La narrativa de este cómic es conscientemente plomiza y dura: Batman parece por momentos abúlico, como si estuviese dentro de una obra de teatro ya conocida o dentro de un sueño. Interactúa con sus enemigos como en una conversación amenazante pero inofensiva a la vez, y pelea como si le pesase la capa, como si estuviese debilitado de antemano.
El lector siente lo mismo que él. El ritmo es denso y la trama casi psicodélica, y el aspecto visual de la obra, inolvidable, termina de crear esta sensación de que se está dentro de una pesadilla.
Porque lo visual en este cómic es sencillamente único. Dave McKean, en su estilo de trabajo artesanal, crea una obra de arte en cada viñeta. Es imposible no detenerse ante el dibujo, los colores, la concepción expersionista, oscura y retorcida, de un mundo conocido como es el de DC.
Se mezclan además con los dibujos, como es habitual en muchos de sus trabajos, la fotografía y el collage, que vienen unidos a la imagen como parte indisoluble de ella y que otorgan una sensación de que cada página es palpable, de que está en relieve.
También me parece una maravilla su versión del Joker: es, como bien han apuntado muchos, absolutamente satánica. Parece un Mefistófeles enloquecido, un presentador de teatro de variedades. Igualmente, hay que destacar también el atormentado Dos Caras de McKean, que le da al personaje un giro mesiánico muy acertado.
La trama de Grant Morrison para este Batman rompe la linealidad sin cesar, presenta varias líneas (valga la redundancia) de acción y temporales, echa mano constantemente de lo onírico y está llena de metáforas visuales y de símbolos.
Mezcla además la fantasía ocultista con el psicoanálisis, y a personajes tan aparentemente opuestos como Aleister Crowley, Carl Jung o Lewis Carroll, de los que se extraen teorías y citas que complementan a un descenso a la locura en espiral muy lúcido en el que, una vez más, los conceptos de Batman y del Joker se solapan cara a cara (insisto: le veo muchos puntos en común, por lo menos de partida, con "La broma asesina").
"Batman: Arkham Asylum" es una obra maestra deliciosa de la franquicia del defensor de Gotham. Una relectura fiel a la esencia de la serie pero atrevida en sus propuestas y conclusiones. Para mi es otra saga imprescindible de este personaje.
Grant Morrison, alternando constantemente entre sus creaciones propias de corte independiente y sus trabajos para personajes de ficción famosos, nos regala aquí uno de los retratos del hombre murciélago más personales de toda su historia, retrato que para algunos críticos ha sido tan básico para su universo como el de "La broma asesina" de Alan Moore.
Es curioso que ambos autores, que además llevan décadas enfrentados (su rivalidad es tan legendaria que incluso se han escrito ensayos sobre ella), afronten a la figura de Batman en sus aportaciones principales sobre ella desde el prisma de la locura.
Porque "Arkham Asylum" enfrenta, como la obra mencionada de Moore, a Bruce Wayne con dicha locura. Capitaneados por el Joker, que aquí, como en "La broma asesina", tiene un papel básico, los internos del manicomio de Gotham se han rebelado y han tomado el edificio.
Cuando Batman acude, se encontrará con un ambiente alucinógeno y delirante, oscurísimo, en el que tendrá que enfrentarse una vez más a sus peores miedos y a algunos de sus peores enemigos.
La narrativa de este cómic es conscientemente plomiza y dura: Batman parece por momentos abúlico, como si estuviese dentro de una obra de teatro ya conocida o dentro de un sueño. Interactúa con sus enemigos como en una conversación amenazante pero inofensiva a la vez, y pelea como si le pesase la capa, como si estuviese debilitado de antemano.
El lector siente lo mismo que él. El ritmo es denso y la trama casi psicodélica, y el aspecto visual de la obra, inolvidable, termina de crear esta sensación de que se está dentro de una pesadilla.
Porque lo visual en este cómic es sencillamente único. Dave McKean, en su estilo de trabajo artesanal, crea una obra de arte en cada viñeta. Es imposible no detenerse ante el dibujo, los colores, la concepción expersionista, oscura y retorcida, de un mundo conocido como es el de DC.
Se mezclan además con los dibujos, como es habitual en muchos de sus trabajos, la fotografía y el collage, que vienen unidos a la imagen como parte indisoluble de ella y que otorgan una sensación de que cada página es palpable, de que está en relieve.
También me parece una maravilla su versión del Joker: es, como bien han apuntado muchos, absolutamente satánica. Parece un Mefistófeles enloquecido, un presentador de teatro de variedades. Igualmente, hay que destacar también el atormentado Dos Caras de McKean, que le da al personaje un giro mesiánico muy acertado.
La trama de Grant Morrison para este Batman rompe la linealidad sin cesar, presenta varias líneas (valga la redundancia) de acción y temporales, echa mano constantemente de lo onírico y está llena de metáforas visuales y de símbolos.
Mezcla además la fantasía ocultista con el psicoanálisis, y a personajes tan aparentemente opuestos como Aleister Crowley, Carl Jung o Lewis Carroll, de los que se extraen teorías y citas que complementan a un descenso a la locura en espiral muy lúcido en el que, una vez más, los conceptos de Batman y del Joker se solapan cara a cara (insisto: le veo muchos puntos en común, por lo menos de partida, con "La broma asesina").
"Batman: Arkham Asylum" es una obra maestra deliciosa de la franquicia del defensor de Gotham. Una relectura fiel a la esencia de la serie pero atrevida en sus propuestas y conclusiones. Para mi es otra saga imprescindible de este personaje.
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