miércoles, 9 de octubre de 2019

DRÁCULA. LA NOVELA EPISTOLAR QUE CONFIGURÓ EL MITO DEL VAMPIRO


Es cierto que prácticamente toda la obra de Bram Stoker ha sido eclipsada por "Drácula". Su personaje ha supuesto tal golpe a la ficción mundial que creaciones suyas fantásticas como sus cuentos (algunos increíblemente negros y macabros) han quedado injustamente olvidadas.

Es también esta obra la que ha configurado el mito del vampiro y lo ha dejado enmarcado en la posteridad: aunque hoy en día ya se ha experimentado en la ficción con todo tipo de "chupasangres", una grandísima parte de todo esto, tanto en literatura, cine, cómic o videojuegos tiene alguna inspiración en ella.


"Drácula" no fue el primer vampiro, pero fue capaz Stoker, con gran sagacidad y erudición, de reunir y ordenar toda la información legendaria que existía sobre ellos y fundirla en un personaje inmortal.

En este cruel conde de Transilvania están las leyendas de demonios balcánicos y eslavos, la historia de personajes reales como Vlad Tepes o la condesa Erzsébet Bathory y las influencias de escritos de otros autores como Polidori, Hoffman, Le Fanu o Gautier.


La fuerza sobrehumana, la magia, el control mental, la posesión, el control de animales, la transmutación en estos animales o en fenómenos como la niebla, y los puntos débiles como la luz del día o los símbolos religiosos están aquí reunidos en una sola creación diabólica, monstruosa y sensual, que describe perfectamente al siglo XIX en su década final, de luces y sombras, de cambios, de lucha entre dicotomías, entre lo viejo y lo nuevo y la realidad y el mito.

También se aprecia este doble mundo en la moral cristiana que siguen los personajes en sus relaciones, en el amor sano que predomina en sus vidas y en el papel abnegado de la mujer de la época, y, por contra, el malditismo claro y abierto contra el que luchan, que resulta extremadamente seductor, lúdico a veces, sugerente y retorcido.


En un fino estilo epistolar, los personajes de "Drácula" (excepto él mismo) van delineando su mito. Cartas, noticias, telegramas, extractos de diarios, van saltando en el tiempo y dejando ver poco a poco a esa criatura que persigue a los protagonistas.

Stoker, en una novela muy larga, atrapa al lector con un gran ritmo y con una perfecta dosificación de datos. Hay además lugar para el drama, para el retrato psicológico, para la aventura y para un erotismo que en la época, 1897, tuvo que ser extraordinariamente morboso.


Los personajes que creó alrededor de su vampiro también han quedado para la historia. Mina y Jonathan Harker, John Seward, Arthur Holmwood, Lucy Westenra, Quincey P. Morris, el loco Renfield y sobre todo el profesor Van Helsing son hoy también parte indiscutible del imaginario de este monstruo.

"Drácula" ha tenido mil versiones, y las va a seguir teniendo. Ha tenido mil representaciones, mil vestimentas, mil estilos. Y lo que nos queda. Por mucho que lo maten, seguirá siendo inmortal. Y no hay que dejar de leer la fuente original de la que viene todo lo que ya damos por hecho sobre él.


1 comentario:

  1. Una gran obra maestra, pocos textos tan sugerentes han caído en mis manos. Suelo comentar que leí en unos meses (hace muchos años) "Drácula", "La montaña mágica", "El halcón maltés" y "Victoria" y la novela de Bram Stoker me pareció igual de lúcida y genial que las de —respectivamente— Thomas Mann. Dashiell Hammett y Joseph Conrad. Merecidísimo recuerdo el tuyo, José.

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