jueves, 31 de enero de 2019

UNIVERSO CINEMATOGRÁFICO MARVEL. VENGADORES: INFINITY WAR


Se cierra un ciclo y se abre otro en el Universo Cinematográfico de Marvel con "Vengadores: Infinity War", en la que los hermanos Anthony y Joe Russo, ya muy cómodos en la franquicia, destapan una vez más sus esencias para regalarnos un evento cósmico colectivo en el que están implicados prácticamente todos los personajes de la saga (y los pocos que faltan tienen ausencias justificadas que imagino que serán explicadas en posteriores películas).

Reunimos, por vez primera, a todos los grupos y superhéroes en solitario que hemos ido viendo poco a poco a lo largo de la última década y celebramos los diez años de este universo en el cine desde el estreno en 2008 de la primera "Iron Man". 


Lo hacemos por todo lo alto: "Vengadores: Infinity War" es una de las tres mejores películas de esta serie junto con la primera "Los Vengadores" de 2012 y con "Capitán América: Civil War" de 2016.

Los Russo saben equilibrar, en casi tres horas, la acción, el toque cómico y el drama en un metraje vibrante, de aventuras bien delineadas, en el que cada personaje tiene espacio para hacer su pirueta y lucirse, en el que todo está perfectamente atado para que todos tengan el protagonismo y la importancia justa sin ser desperdiciados (incluso los secundarios, que habitualmente suelen ser bastante reducidos a simples comparsas "para dar tortas", especialmente en las películas más "colectivas").


Ninguno de estos personajes, además, pisa al otro en ningún momento: dos chulo-playas guaperas como Tony Stark y Star-Lord pueden convivir perfectamente en la misma escena soltando sus chascarrillos y sus "molonidades" sin que ninguno eclipse al otro en ningún momento, por ejemplo. Es muy de agradecer.

Los Vengadores y los Guardianes de la Galaxia comparten espacios comunes sin pisotearse el carisma mutuamente, y personajes tan serios como el Doctor Extraño o Visión interactúan sin problemas con otros más cachondos como el propio y mencionado Stark o Spiderman y el equilibrio se mantiene. Es algo que ocurre en los mejores cómics de la compañía, y algo que destaca muchísimo en esta primera gran película "crossover gigantesco".


Otro aspecto muy notable del conjunto es el villano: Thanos es, por un fin, un malvado de altura. Porque es cierto, y esto ha pasado en las películas de los superhéroes en solitario sobre todo, que los villanos, tal vez para no eclipsar al mentado héroe, han sido siempre o bastante flojos o directamente no han tenido carisma (salvo excepciones como Loki o El Soldado de Invierno, pero son pocas).

Thanos, interpretado muy bien por Josh Brolin, es un villano con un gran imán, con personalidad, y sobre todo con un objetivo que es realista y hasta comprensible. Thanos es uno de esos malos que cree fervientemente que hace lo correcto, aunque su interpretación de la justicia y la salvación sea una puta locura.


Y sufre por ello, porque no es malo porque sí, no quiere dominar el mundo por la cara, y tiene seres queridos y ha de tomar decisiones drásticas que a él mismo no le gustan. Muy, muy bien por la adaptación de este personaje, que en los cómics es uno de los mejores nunca creados para este universo de superhéroes.

No quiero decir mucho más de "Vengadores: Infinity War", especialmente porque hay bastante peligro de hacer spoilers y porque este año llega la conclusión de este gran ciclo cósmico en la segunda parte y cierre presumible de esta "Guerra Infinita".


Creo que esta película es excelente en todos los sentidos, que tiene escenas maravillosas (dentro de la lógica de lo que es un argumento de superhéroes americanos) y que, en general, descoloca para lo que suelen ser estas adaptaciones. Me lo he pasado muy bien con ella en tres horas que se me han pasado en un vuelo.


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