lunes, 1 de diciembre de 2025

CONAN, EL BÁRBARO, I. SUS MÍTICOS PRIMEROS TRECE RELATOS DE 1932 Y 1933

CONAN, EL BÁRBARO. RELATOS DE 1932 A 1933 - Robert E. Howard - De 1932 a 1933 - ("Conan, the Barbarian")

De Conan, el bárbaro de Robert E Howard, hay mil escritos en libros o en Internet y mil expertos ante cuyo conocimiento yo palidezco. Dicho esto, voy a comentar mis impresiones sobre sus aventuras usando como referencia los tres tomos en los que Timun Mas las dividió, que son los que yo tengo.

El primero de ellos, el que hoy nos ocupa, abarca los años 1932 y 1933 y sus trece primeros relatos. De Howard en este blog, en esta misma etiqueta, tenéis por cierto ya comentados los cuentos de otros de sus grandes personajes: Solomon Kane, Red Sonya y Cormac Mac Art.

Robert E. Howard es considerado el padre de la literatura de espada y brujería y es una figura clave de la fantasía épica junto a J.R.R. Tolkien. Boxeador apuesto y fuerte, tuvo pocos amigos debido a su carácter huraño salvo los epistolares (entre ellos, H.P. Lovecraft y Clark Ashton Smith), y publicó sus historias principalmente en la mítica revista Weird Tales antes de quitarse la vida a los treinta años abrumado por la enfermedad de su madre y sus problemas económicos y literarios.

Fanático y erudito de la Historia, Howard inventa para su personaje Conan el bárbaro la llamada Era Hiboria, una etapa de la proto-historia ficticia basada en civilizaciones reales y en sus mitos situada tras la caída de la Atlántida. Aquí, entre pueblos que son antepasados de pueblos reales de nuestro mundo (para así ser más reconocibles para los lectores) se movía este bárbaro individualista pero con un particular y lógico en sus tiempos brutales sentido del honor.

Conan, de las tierras salvajes de Cimmeria, es un guerrero que vive aventuras diversas que van saltando en el tiempo en su continuidad de publicación (Howard siempre vio esta continuidad como si el propio Conan le contase sus peripecias salteadas) y que cree en la fuerza y en la individualidad por encima de todo.

Hay un tema que se repite constantemente en sus cuentos y que está en otras obras de Howard: el enfrentamiento entre la barbarie y la civilización, siendo la primera, sin ser ideal, más sincera, coherente e íntegra que la segunda, que habitualmente es mostrada como corrupta, hipócrita, decadente y falsa (y además, unida a una autoridad en la que Conan no cree y a la que nunca rinde la más mínima pleitesía).

La magia representa a menudo a dicha civilización y se opone a lo físico: los hechizos no son tangibles como las espadas, y habitualmente los magos suelen ser traicioneros o, incluso cuando son aliados, poco de fiar en apariencia, mientras que los bárbaros, con sus códigos brutales, son claros en sus intenciones, van de cara y no son retorcidos en su lógica moral salvaje.

Esta ideología de Howard plasmada en su personaje más mítico ha sido relacionada muchas veces con las ideas del superhombre de Friedrich Nietszche, y también ha sido vista como una representación emocional del arquetipo del hombre rural profundo de los Estados Unidos y concretamente de Texas, el estado en el que él vivía.

Los relatos de Conan el bárbaro son una delicia de la aventura, del pulp, de la espada y brujería. El estilo de su escritor es directo, potente: zanja las escenas de forma tajante, como lo haría el propio Conan, con una violencia brutal y vistosa, pero además está también cargado de una exuberancia llena de sugerencia sensorial salvaje.

"El fénix en la espada" es el primer relato de sus aventuras, y es curioso porque empieza con Conan siendo ya rey del reino de Aquilonia. Esto se debe a que el relato originalmente estaba escrito para Kull de Atlantis, otro de los personajes de Howard, pero él cambió esto a última hora. Es un cuento fantástico donde ya están todos los ingredientes de la saga: acción, violencia, magia, seres diabólicos y una conspiración palaciega producto de una civilización corrupta que no quiere a un rey de origen bárbaro a pesar de que este rey es un buen rey.

El siguiente es "La hija del gigante de hielo": el salto hacia atrás en el tiempo es gigantesco y tenemos a Conan como guerrero persiguiendo, tras una batalla en unas montañas heladas, a una figura femenina misteriosa. Relato brutal, salvaje, con unas escenas de lucha geniales y un choque entre lo humano y lo mágico y divino espléndidamente representado.

El tercero es "El dios del cuenco", una historia con toques de thriller con una intriga con sorpresa y un combate final magníficamente recreado. El tema central es el de la honestidad de Conan, aquí en su etapa de ladrón, frente a una justicia corrupta que le acusa de un asesinato que no ha cometido.

El cuarto es uno de los más míticos y mejores: "La torre del elefante". Acción, magia, terror y un escenario inolvidable en las aventuras del cimmerio, que se sumerge en el horror cósmico impartiendo una justicia real para un ser torturado y oprimido. Aquí vemos que Conan tiene un sentido del honor claro y que muestra compasión por los maltratados.

Otro de los grandes es "La ciudadela escarlata", en donde retomamos al personaje como rey de Aquilonia en una historia espectacular, larga y completísima, en la que hay batallas épicas, intrigas oscuras, aventura pura, terror aberrante, villanos y aliados con carisma y un clímax absolutamente inolvidable. Lo tiene todo.

El nivel sigue altísimo con "La reina de la costa negra", la que posiblemente sea la gran historia de amor de Conan, que inicia una relación apasionada con la reina pirata Bêlit, una mujer guerrera como él al que él trata en plena igualdad de condiciones en una época extremadamente machista. Howard canta al amor libre y salvaje, desprejuiciado, en una historia épica y trágica con un desenlace desolador. Es también bastante racista, pero es algo que era propio de su época: se publicó en 1934. Una joya de relato.

Otra gran historia es "El coloso negro": un brujo maldito y unas batallas inolvidables en una aventura en la que vemos cómo Conan, antes de ser rey, se convierte en el líder de un ejército, al que forma y entrena, y cómo se revela como un excepcional estratega. Magnífica de nuevo.

Nos vamos ahora al terror puro con otro relato genial: "Sombras de hierro a la luz de la Luna". Malrollero cien por cien, muestra la enorme capacidad que tenía Howard para, dentro de la espada y la brujería, introducir otros géneros sin fisuras. Olivia, la chica de turno de la trama, sin ser Bêlit, tiene además una cierta autonomía y ayuda a Conan en momentos decisivos.

Seguimos con el terror en "Xuthal del crepúsculo", una historia genial y también malrollera donde el autor vuelve a mezclar de nuevo espada y brujería con terror (ahora de corte a lo Lovecraft) con una ambientación de matrícula que es uno de los alegatos más frontales de Howard contra la civilización decadente, aquí recreada en su estado más atroz y onírico y, además, como todo un reto para Conan, que tendrá que usar otras armas además de la fuerza para superar su prueba.

"El estanque del negro" es otro cuento de aventuras excelente, con un Conan de vuelta a la aventura épica y ahora en un ambiente de nuevo de piratas con un efectivo toque de, de nuevo, terror. También tiene ecos racistas, pero volvemos a recordar la época a la que pertenece.

"Villanos en la casa" es uno más de los imprescindibles del personaje y del autor. Fascinante, genial, inolvidable, es una clase magistral de cómo tomar la espada y la brujería y mezclarla con el thriller y darle además un toque mágico que demuestra su facilidad para transitar entre géneros sin cesar y mezclarlos de nuevo sin fisuras.

"El valle de las mujeres perdidas" sí me parece algo flojo, sobre todo en comparación con tantos anteriores magistrales y especialmente porque es en general un refrito de elementos que hemos visto ya antes, y bastantes veces. Fue escrito en 1933 pero incluso para su época me parece machista y racista, además, a pesar de que muestra a Conan como un hombre honesto que siempre cumple su palabra.

Termino esta reseña con "El diablo de hierro". Sé que es muy famoso este cuento, pero me ha parecido también un poco refrito de elementos de otros que me han gustado más, la verdad. No obstante, tiene grandes momentos como sus escenas de terror y Khosatral Khel es uno de los villanos más memorables de toda la saga, eso no lo puedo negar. Y a pesar de todo, insisto: después de tantos grandes relatos me ha parecido una mezcla algo manoseada.

En la siguiente reseña de las tres que tendrán los escritos de Robert E. Howard de Conan el bárbaro hablaré de lo recopilado en el segundo tomo de Timun Mas. En unos meses la tendréis por aquí: ahora mismo estoy leyendo justo este libro.

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