miércoles, 30 de julio de 2025

TINTÍN EN AMÉRICA. TINTÍN CAMBIA POCO A POCO Y VA DEJANDO ATRÁS LA PROPAGANDA

TINTÍN EN AMÉRICA - De 1931 a 1932 - ("Tintin en Amérique")

"Tintín en América", tercer álbum del reportero belga de Hergé, empieza, poco a poco, a dejar atrás el estilo de los dos primeros, "Tintín en el país de los Soviets" y "Tintín en el Congo". No sólo el dibujo sigue mejorando y definiéndose más, sino que los retratos maniqueos, racistas y propagandísticos van desapareciendo poco a poco.

La trama sí que sigue siendo bastante simple y a veces tonta: tras los hechos de la mencionada "Tintín en el Congo" el protagonista viaja a los Estados Unidos en busca del jefe mafioso Al Capone, que fue quien urdió todos los intentos de asesinato que sufrió en tierras africanas, y de nuevo intentan matarle otras mil veces y él se busca la manera de acabar con el dominio de toda esa mafia con la única ayuda de Milú.

Sigue el infantilismo y la trama absurda, porque además todo va deprisa y corriendo saltando de una eventualidad a otra y sacándose de la manga soluciones chorras y hasta olvidando a personajes por el camino. No obstante, ya hay algunas escenas que sugieren lo que va a ser Tintín en el futuro: un defensor de los oprimidos.

Especialmente es significativa esa en la que, con un sentido de la comedia loca e irónica magnífico, un pueblo indio es expulsado por la fuerza de sus tierras ancestrales para que en un sólo día se levante allí una ciudad entera sólo porque se ha descubierto petróleo en éstas. Hergé, al que le fascinaban los pueblos nativos americanos, rompe aquí una clara lanza a su favor y critica a las grandes empresas petrolíferas, a la corrupción y al capitalismo más desmedido y agresivo "made in USA". Esto sí es ya "puro Tintín".

Aún así, encontramos de nuevo a un Hergé que se inventa básicamente los Estados Unidos y que los llena de tópicos que incluso incurren en anacronismos descarados: mafiosos, cowboys, indios, tiroteos, trenes del salvaje oeste... De hecho, este cómic no fue publicado en este país hasta 1973.

Como hizo con "Tintín en el Congo" en 1946, en 1945 Hergé redibujó, coloreó y modificó "Tintín en América" para cambiar algunas escenas polémicas (como algunos personajes negros también basados en tópicos racistas del momento) y otras que estaban mal dibujadas o llenas de errores.

"Tintín en América" no representa tampoco lo que sería el personaje en el futuro ni de ninguna manera la ideología final de Hergé, pero sí que abre ya algunas puertas aisladas de lo que encontraríamos a partir de sus siguientes aventuras. En "Los cigarros del faraón" ya todo cambiaría y el álbum sería casi cien por cien Tintín y casi cien por cien Hergé.

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