martes, 29 de julio de 2025

TINTÍN EN EL CONGO. EL ÁLBUM RACISTA Y COLONIALISTA DEL PERSONAJE


TINTÍN EN EL CONGO de Hergé - De 1930 a 1931 - ("Tintin au Congo")

"Tintín en el Congo" es el segundo álbum de las aventuras del personaje y el más criticado, y con razón (por encima incluso de "Tintín en el país de los Soviets", el inmediatamente anterior). 

Publicado de nuevo en el suplemento Le Petit Vingtième del diario ultraconsevador Le XXe Siècle entre mayo de 1930 y junio de 1931, era un cómic brutalmente racista que hacía una apología del imperialismo belga en El Congo. Como el primero, la mencionada aventura de Tintín en la Unión Soviética, era un producto de su tiempo.

"Tintín en el Congo" fue otro éxito gigantesco en Bélgica que hizo que Tintín fuese exportado a Francia y que a partir de este momento quedase inaugurada la edad de oro de la llamada "línea clara", consistente en un estilo de dibujo que, a grandes rasgos, explotaba la "definición exacta de la línea" de forma que influyese también en cómo se contaba la historia del cómic de marras, enfocada con todos estos elementos a conseguir su máxima comprensión (Hergé fue su más famoso cultivador, pero ahí también estuvieron E.P. Jacobs, Jacques Martin o Bob de Moor -y ha tenido varios resurgimientos a lo largo de la historia-).

En este álbum el dibujo del autor ya toma bastantes de sus constantes básicas y se aleja de la tosquedad del anterior: Tintín y Milú están ya perfectamente definidos, como los demás personajes o los vehículos y animales, aunque los fondos todavía son bastante planos y vacíos. 

Hergé, como no había estado en la Unión Soviética, no había estado tampoco en El Congo, entonces el Congo Belga, y se basó en diversas experiencias de misioneros que habían trabajado allí y en objetos congoleños de museos. El resultado fue, como en "Tintín en el país de los Soviets", desastroso y disparatado.

"Tintín en el Congo" sigue una estructura similar a aquella primera obra: Tintín viaja al Congo para hacer otro reportaje maniqueo y simplista y alguien quiere matarlo y le pone trampas. Ahora, eso sí, por lo menos los villanos de turno están más personificados y tienen relación con el posterior álbum, "Tintín en América".

Mientras esto ocurre viajamos por una tierra congoleña donde sus habitantes son seres primitivos e infantiles que no pueden valerse por sí mismos, a veces ingenuos, a veces inútiles, a veces directamente estúpidos, y que necesitan que Tintín, el hombre blanco belga, les saque constantemente las castañas del fuego en una tierra que ellos habitan desde hace siglos y siglos. 

El cómic es racista y paternalista hasta lo insospechado, y es como he dicho clara y abierta propaganda del colonialismo belga. Posteriormente, el propio Hergé crearía una nueva versión para la reedición definitiva de 1946 que es la que tenemos en la actualidad publicada por ejemplo en España, en la que redujo las planchas de la historia, eliminó algunos elementos especialmente criticados y redibujó y coloreó todo. Aún así, sigue siendo un cómic profundamente ofensivo.

"Tintín en el Congo" tiene otro elemento además que sorprende muchísimo: el maltrato de animales. Tintín es aquí, aunque el cómic no muestra sangre o vísceras, un auténtico carnicero. Vamos a ver desde monos despellejados a serpientes abiertas en canal pasando por gacelas masacradas en masa o un rinoceronte que vuela por los aires con dinamita. 

Por todas estas cosas y especialmente por su racismo este cómic de Hergé sigue todavía hoy desatando polémicas frescas. Las podéis seguir todas en Internet: hay montones, y todas ellas desatadas, valga la redundancia, con razón.

"Tintín en el Congo" es, como he dicho, un producto propio de los años treinta en Bélgica y en prácticamente toda Europa. No representa, no obstante, como "Tintín en el país de los Soviets", a su personaje, que cambiaría de forma radical y más pronto que tarde, ni a la ideología final de Hergé.

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