TRANSFORMERS: EL ÚLTIMO CABALLERO de Michael Bay - 2017 - ("Transformers: The Last Knight")
La quinta parte de "Transformers" nos trae de vuelta una vez más toda su pirotecnia absurda de siempre y todo su patrioterío para tontos de siempre, aunque ahora, por suerte, no nos comemos con patatas la sobredosis de barras y estrellas que nos comimos en la cuarta entrega, una película que claramente estaba orientada a animar a la población americana en 2014, cuando se acababan de superar los peores años de la crisis mundial que empezó en 2008.
El resto está igual, no se hagan ilusiones de todas formas: personajes chorras, explosiones gratuitas, escenas de acción confusas, lagunas en la trama de la saga por todas partes, diálogos diarreicos y un humor lleno de gags de pura vergüenza ajena.
Hay personajes nuevos que tampoco nos importan un pepino (un grande como Anthony Hopkins se une a Whalberg en hacer el pamplina con un papel lamentable) y los robots dinosaurios que en la cuarta película eran lo más de lo más aquí sólo sirven para hacer el tonto un rato y ahora la última moda son unos transformers medievales de rollo artúrico para aprovechar el tirón de la versión de las aventuras del Rey Arturo que aquel mismo verano de 2017 estrenó Guy Ritchie.
La historia de "Transformers: El último caballero" es un despropósito que da risa y que mezcla a los robots cansinos y molones de Bay con la historia del mencionado rey de Camelot con explicaciones que producen la hilaridad cuanto menos (si no te dan ganas de ponerte a llorar).
Luego, tenemos como he dicho un humor vergonzante (especialmente representado por ese robot mayordomo supuestamente chistoso al que dan ganas de desintegrar), tenemos glorificación a todo tren de la vida militar (marca de la casa), tenemos mucho fuego y mucho grito y mucha carrera imposible de corte de videojuego, tenemos incongruencias con las otras partes de la saga (y faltan personajes) y, por supuesto, un metraje al que le sobran por lo menos cuarenta y cinco minutos.
Dos horas y media de robots dándose hostias y diciendo paridas es insoportable, aunque los efectos especiales sean preciosos (es cierto, al César lo que es del César). Valoración: basura (otra vez). Menos mal que luego llegó "Bumblebee".
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