EL CONSEJERO de Ridley Scott - 2013 - ("The Counselor")
"El consejero", con guión del escritor Cormac McCarthy, es una obra maestra. Del propio McCarthy y de Ridley Scott, que después del fiasco de "Prometheus" entregó la que es su mejor película con diferencia desde "Red de mentiras". El cineasta inglés es así: ahora una cinta mediocre, ahora una metedura de pata, ahora una obra maestra.
Protagonizada por un reparto en total estado de gracia (y en especial hay que quitarse el sombrero ante una Cameron Diaz inmensa, brillante, que da miedo de verdad), el filme bucea en la locura capitalista y en el drama de la avaricia.
Perversión extrema del Sueño Americano, "El consejero" narra una historia más de personajes con posiciones acomodadas, ricos algunos, que nunca tienen suficiente. Nunca tienen suficiente prestigio, ni suficientes cosas, ni suficientes caprichos, ni suficiente dinero. Por eso, por dinero, se meten en líos infames que les destrozan las vidas.
Una escena de la película ejemplifica perfectamente su mensaje: la de la mencionada Cameron Diaz "tirándose" a un coche caro, refregando su sexo por la máquina. Se tira al coche, se tira al dinero, se tira al capitalismo. Y en el mundo capitalista no hay ni amigos ni familia, sólo intereses y puñaladas por la espalda.
McCarthy, un escritor "de lo oscuro", realiza un retrato atroz, brutal, sin concesiones, feo y deprimente de este mundillo de yonkis del dinero y del poder, y Ridley Scott lo lleva a la pantalla de una forma maravillosa, con una sobriedad perfecta y marcando un ritmo riguroso que atrapa al espectador y lo hunde en el abismo poco a poco, con inteligencia y horror.
"El consejero" es una película extremadamente dura, triste, salvaje, sádica. Es un retrato del mal en estado puro (como lo son muchas de las novelas de su guionista), del mal que vive en el mundo más cotidiano imaginable.
Su cuadro fronterizo de un ambiente brutal, de mafiosos que se asemejan a dioses antiguos, es extremadamente personal y Scott sabe darle el tono gris y abrupto ideal tanto al escenario como a la propia narración (con unos diálogos, por cierto, magníficos).
Es increíble que Ridley sea tan irregular, tan abrupto él mismo en la calidad de sus trabajos. Es algo que tal vez vaya implícito en el ser tan ecléctico, en el tocar tantos palos. El caso es que "El consejero" es una obra maestra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario