EL CUENTO DEL CORTADOR DE BAMBÚ - Anónimo - 909 - ("Taketori Monogatari")
"El cuento del cortador de bambú", del siglo IX, es considerado el texto japonés más antiguo del que se tiene noticia y, también, el texto que inaugura la literatura de ficción en este país.
Obra anónima, fue al parecer escrita por alguien intelectual, con cultura (hombre o mujer, hay diversas teorías a este respecto), que se basó posiblemente en leyendas previas japonesas o incluso de más allá (historias muy similares están presentes en otras culturas asiáticas como la china).
Un cortador de bambú encuentra, dentro de un tallo de este vegetal, a una niña minúscula a la que adopta. A partir de aquí, se teje una historia en la que se entrelazan otras cuantas (las de los pretendientes que querrán casarse con ella en el futuro).
"El cuento del cortador de bambú" tiene dos temas clave. El primero, es la crítica a la nobleza japonesa del momento, expuesta en modo de sátira en las mencionadas historias de los pretendientes, casi todos ellos hombres de clase alta pagados de sí mismos, altaneros, soberbios, pero en el fondo hipócritas, falsos y tramposos.
Este objetivo del cuento lo veo bastante claro. Si bien estos nobles no son todos de la misma catadura, predomina el tipo chulesco y clasista que, finalmente, no está a la altura de las circunstancias.
Hay, además, un elemento osado en todo esto: los nombres de estos nobles (y de más personajes del cuento) están emparentados con los de personajes reales de su época. La sátira es redonda, atrevida, mordaz. El autor o la autora se la jugaba bastante, pienso.
No obstante, a pesar de dicha crítica a los nobles, la figura del Emperador es situada en un plano superior y divino. Me recuerda este cuento en este aspecto a muchas obras del español Lope de Vega, que ponía a la nobleza por los suelos pero que ensalzaba la figura del monarca ("El mejor alcalde, el rey", "Fuenteovejuna"...).
Estamos de todas formas en el Japón del siglo IX: a pesar de esta concesión final, el simple hecho de burlarse de la nobleza en este contexto me parece digno de elogio.
El cuento se sirve también, además, de una protagonista sobrenatural para crear a una mujer atípica en su tiempo, que lanza opiniones polémicas y que es capaz incluso de rechazar a los mencionados nobles o al mismo Emperador.
El otro tema central es el de la comparación entre el mundo de la ilusión y el mundo real. Uno, supuestamente perfecto; el otro, feo e imperfecto.
Sin embargo, es el mundo terrenal en donde bullen los sentimientos más reales, más dolorosos tal vez, pero más auténticos. Es lo que descubrirá la protagonista femenina del cuento, que entrará en conflicto con una humanización que se abre paso en su interior y que no conocía.
En última instancia, también el autor o la autora reflexiona sobre el amor, sobre todo su poder pero, también, sobre su imposibilidad de dar de por sí la solución a los problemas de toda vida diaria.
"El cuento del cortador de bambú" es un cuento romántico, con trazas de humor satírico, como he dicho, pero escrito en un estilo poético y delicado, lleno de metáforas, y que se sirve además de los contextos del Japón legendario para articular dichos populares e historias mitológicas del país e incluso de más allá (China, La India...).
Ha sido visto, además, en muchas ocasiones, como una suerte de antecesor de la ciencia ficción, al presentar a seres misteriosos que viven en la Luna (elemento siempre presente y también cargado de alegorías) y que viajan a la Tierra en una suerte de "nave espacial".
"El cuento del cortador de bambú" ha sido adaptado u homenajeado en la literatura japonesa desde siempre. Está presente en mangas, en animes, en pinturas.
La más famosa de estas versiones posiblemente sea la maravillosa última película de Isao Takahata, "El cuento de la Princesa Kaguya". No dejo de recomendarla junto con este maravilloso libro (del que además recomiendo la edición comentada de Cátedra, a cargo de la experta Kayoko Takagi).
Obra anónima, fue al parecer escrita por alguien intelectual, con cultura (hombre o mujer, hay diversas teorías a este respecto), que se basó posiblemente en leyendas previas japonesas o incluso de más allá (historias muy similares están presentes en otras culturas asiáticas como la china).
Un cortador de bambú encuentra, dentro de un tallo de este vegetal, a una niña minúscula a la que adopta. A partir de aquí, se teje una historia en la que se entrelazan otras cuantas (las de los pretendientes que querrán casarse con ella en el futuro).
"El cuento del cortador de bambú" tiene dos temas clave. El primero, es la crítica a la nobleza japonesa del momento, expuesta en modo de sátira en las mencionadas historias de los pretendientes, casi todos ellos hombres de clase alta pagados de sí mismos, altaneros, soberbios, pero en el fondo hipócritas, falsos y tramposos.
Este objetivo del cuento lo veo bastante claro. Si bien estos nobles no son todos de la misma catadura, predomina el tipo chulesco y clasista que, finalmente, no está a la altura de las circunstancias.
Hay, además, un elemento osado en todo esto: los nombres de estos nobles (y de más personajes del cuento) están emparentados con los de personajes reales de su época. La sátira es redonda, atrevida, mordaz. El autor o la autora se la jugaba bastante, pienso.
No obstante, a pesar de dicha crítica a los nobles, la figura del Emperador es situada en un plano superior y divino. Me recuerda este cuento en este aspecto a muchas obras del español Lope de Vega, que ponía a la nobleza por los suelos pero que ensalzaba la figura del monarca ("El mejor alcalde, el rey", "Fuenteovejuna"...).
Estamos de todas formas en el Japón del siglo IX: a pesar de esta concesión final, el simple hecho de burlarse de la nobleza en este contexto me parece digno de elogio.
El cuento se sirve también, además, de una protagonista sobrenatural para crear a una mujer atípica en su tiempo, que lanza opiniones polémicas y que es capaz incluso de rechazar a los mencionados nobles o al mismo Emperador.
El otro tema central es el de la comparación entre el mundo de la ilusión y el mundo real. Uno, supuestamente perfecto; el otro, feo e imperfecto.
Sin embargo, es el mundo terrenal en donde bullen los sentimientos más reales, más dolorosos tal vez, pero más auténticos. Es lo que descubrirá la protagonista femenina del cuento, que entrará en conflicto con una humanización que se abre paso en su interior y que no conocía.
En última instancia, también el autor o la autora reflexiona sobre el amor, sobre todo su poder pero, también, sobre su imposibilidad de dar de por sí la solución a los problemas de toda vida diaria.
"El cuento del cortador de bambú" es un cuento romántico, con trazas de humor satírico, como he dicho, pero escrito en un estilo poético y delicado, lleno de metáforas, y que se sirve además de los contextos del Japón legendario para articular dichos populares e historias mitológicas del país e incluso de más allá (China, La India...).
Ha sido visto, además, en muchas ocasiones, como una suerte de antecesor de la ciencia ficción, al presentar a seres misteriosos que viven en la Luna (elemento siempre presente y también cargado de alegorías) y que viajan a la Tierra en una suerte de "nave espacial".
"El cuento del cortador de bambú" ha sido adaptado u homenajeado en la literatura japonesa desde siempre. Está presente en mangas, en animes, en pinturas.
La más famosa de estas versiones posiblemente sea la maravillosa última película de Isao Takahata, "El cuento de la Princesa Kaguya". No dejo de recomendarla junto con este maravilloso libro (del que además recomiendo la edición comentada de Cátedra, a cargo de la experta Kayoko Takagi).
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