lunes, 3 de agosto de 2020

CICLO PIRATAS DEL CARIBE I. LA MALDICIÓN DE LA PERLA NEGRA


En 2003 el género de los piratas llevaba muerto demasiado tiempo y los intentos de resurrección por parte de la industria habían resultado hasta la llegada de “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra” completamente fallidos.

Ni un habitualmente genial creador como Roman Polanski pudo devolverle la vida con su terrible comedia “Piratas”, que fue un estrepitoso fracaso, y mucho pudo menos el mediocre Renny Harlin con la también mala “La Isla de las Cabezas Cortadas”, carísima superproducción que se dio otro enormísimo batacazo en las taquillas.


Basada en una atracción de Disneylandia, “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra” ha sido, además de uno de los mayores éxitos de su década, el filme que por fin pudo devolver al ruedo al género del que hablamos.

El irregular Gore Verbinski, que se mueve a menudo entre lo bueno y lo mediocre, demuestra aquí una habilidad pasmosa para regalar una película de aventuras “como las de antes” (frase hecha que creo que se ajusta muy bien al caso).


Todos los tópicos y lugares comunes del género y de más allá están reunidos en ella: las mencionadas aventuras aparecen mezcladas con la comedia familiar más delirante en una historia de acción frenética muy imaginativa que bebe tanto de los clásicos de Errol Flynn como de grandes e injustamente menospreciadas creaciones de serie B o del cine de acción y humor de los ochenta y los noventa (la sombra de Indiana Jones es alargada).

Dos horas y veinte minutos se pasan en un vuelo entre constantes peligros, batallas, trampas, desastres, enigmas, maldiciones y monstruos que se sitúan en un acertado ambiente de aura romántica y toques barrocos.


Los diálogos no son una maravilla (y tampoco pretenden serlo), pero sí que son ocurrentes y acertados en todo momento y se deslizan con una agilidad muy bien medida, y el humor, claramente familiar, no resulta por ello estúpido o vergonzante.

La trama es interesante desde el primer momento y con toda su información dosificada con gran acierto.


Los personajes, muy bien interpretados por un excelente reparto, resultan carismáticos desde su aparición, aunque haya que destacar el de los capitanes Barbossa y Jack Sparrow (geniales Geofrey Rush y Johnny Depp, que se han metido en el bolsillo al público con dos iconos del cine de aventuras moderno instantáneos).

La casi total falta de pretensiones eleva el conjunto más si cabe, un conjunto explosivamente disfrutable, un seguro de un gran rato de diversión de la buena, de la de calidad, buen hacer y cariño.


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