BATMAN FOREVER de Dennis O'Neal y Michal Dutkiewicz - 1995 - ("Batman Forever: The Official Comic Adaptation")
Ya conocemos de sobra el traumático cambio que supuso el sacar a Tim Burton de la saga de Batman que él comenzó y sustituirlo por el recientemente fallecido Joel Schumacher.
Esto se notó también en las dos adaptaciones a las viñetas de sus dos horripilantes películas: "Batman Forever" y "Batman & Robin".
En 1995, se estrena la tercera parte de esta malograda saga y llega este cómic que hoy comento, un producto estrictamente comercial, como los basados en las dos anteriores películas, para ser vendido en la edad dorada del videoclub, una época en la que Internet no estaba en los hogares y en las que los recorridos de los grandes estrenos en los cines eran mucho más largos que ahora.
Esta adaptación de "Batman Forever" pierde muchos enteros frente a sus antecesoras, incluso para los nostálgicos y los coleccionistas.
A nivel de guión, tenemos el horror infame que era la película. Y, a nivel de dibujo, pues tenemos la nueva estética de Schumacher.
El tenebrismo gótico y expresionista de Tim Burton ya saben que se va al carajo y llega una Gotham de circo, de luces de neón y de opereta barata.
Esto se traslada a estas viñetas, que, aún contando con un buen dibujo de Michal Dutkiewicz, muestran una apariencia mil veces menos atractiva (y precisamente esto es, valga la redundancia, lo atractivo que tenían y tienen estos cómics: su aspecto visual).
El color de Adrienne Roy imita en todo momento al colorido enloquecido y cutre de los escenarios, vestidos y ambientaciones de Joel Schumacher. Ya se imaginan lo que hay (y lo estarán viendo en las fotos).
Dennis O'Neil repite al guión, pero claro, tratándose de adaptar "Batman Forever" de la forma más fidedigna posible, no se esperen una gran cosa (de hecho, esperen más bien una porquería de nivel).
Poco más hay que decir de esta tercera adaptación de la colección "Batman: The Movies". Para regocijarse con el dibujo, que es bueno, y para volver a revivir una época, y poco más. Mañana, una todavía peor: la de "Batman & Robin".
Esto se notó también en las dos adaptaciones a las viñetas de sus dos horripilantes películas: "Batman Forever" y "Batman & Robin".
En 1995, se estrena la tercera parte de esta malograda saga y llega este cómic que hoy comento, un producto estrictamente comercial, como los basados en las dos anteriores películas, para ser vendido en la edad dorada del videoclub, una época en la que Internet no estaba en los hogares y en las que los recorridos de los grandes estrenos en los cines eran mucho más largos que ahora.
Esta adaptación de "Batman Forever" pierde muchos enteros frente a sus antecesoras, incluso para los nostálgicos y los coleccionistas.
A nivel de guión, tenemos el horror infame que era la película. Y, a nivel de dibujo, pues tenemos la nueva estética de Schumacher.
El tenebrismo gótico y expresionista de Tim Burton ya saben que se va al carajo y llega una Gotham de circo, de luces de neón y de opereta barata.
Esto se traslada a estas viñetas, que, aún contando con un buen dibujo de Michal Dutkiewicz, muestran una apariencia mil veces menos atractiva (y precisamente esto es, valga la redundancia, lo atractivo que tenían y tienen estos cómics: su aspecto visual).
El color de Adrienne Roy imita en todo momento al colorido enloquecido y cutre de los escenarios, vestidos y ambientaciones de Joel Schumacher. Ya se imaginan lo que hay (y lo estarán viendo en las fotos).
Dennis O'Neil repite al guión, pero claro, tratándose de adaptar "Batman Forever" de la forma más fidedigna posible, no se esperen una gran cosa (de hecho, esperen más bien una porquería de nivel).
Poco más hay que decir de esta tercera adaptación de la colección "Batman: The Movies". Para regocijarse con el dibujo, que es bueno, y para volver a revivir una época, y poco más. Mañana, una todavía peor: la de "Batman & Robin".
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