JAPÓN de Buronson y Kentaro Miura - 1992 - ("Japan")
Hace unos meses, comenté en este blog "Oh-Roh. El Rey Lobo", un manga de un único tomo que realizaron conjuntamente Buronson (al guión) y Kentaro Miura (al dibujo) y que, aunque no era nada del otro mundo, resultaba curioso como obra totalmente menor de ambos autores.
El que hoy reseño, "Japón", es también de ambos y de dos años después, de 1992, y ya no vale ni siquiera como mera curiosidad: es un cómic sin interés ninguno, con trama absurda y mala, y además es una "patriotada" digna de un Michael Bay nipón.
Hay un cierto parecido con "Oh-Roh": un viaje en el tiempo y una reinterpretación de una cultura o culturas históricas. En este caso, un grupo de personajes japoneses viaja a un futuro de corte post-apocalíptico donde vive diversas aventuras.
En este futuro, Japón es una nación que ha perdido su poder económico y mundial y que es comparada, un poco "por la cara", con el antiguo imperio mediterráneo de Cartago, que fue destruido por su rival más feroz, Roma.
Paisajes apocalípticos, de rollo punk, muy en la línea de "El Puño de la Estrella del Norte", una de las obras capitales de Buronson, sirven para desarrollar una descafeinada aventura con valores como el amor y la amistad pero, sobre todo, el patriotismo.
Creíamos que los estadounidenses eran maestros en este tipo de historias maniqueas y tontunas, pero resulta que los japoneses, cuando se ponen a ello, tampoco les van a la zaga.
"Japón" no tiene demasiado interés y resulta aburrida. A una persona que no sea japonesa le importa un pito lo que Buronson le está contando y, para colmo, la trama es simple, lineal y está llena de personajes tópicos y muy pobres.
Lo único salvable de este manga, que por suerte es muy corto y está compilado en un solo tomo, es el dibujo de Kentaro Miura, que ya se deslizaba plenamente en la maestría a la que nos tiene acostumbrados y que cambia aquí sus habituales paisajes y ambientes medievales y oscuros por los post-apocalípticos sin perder un ápice de calidad.
El resto, es poco o nada aprovechable. "Japón" es una colaboración que tal vez podrá interesar a los completistas de sus dos autores, pero nada más (y puede que ni eso). No lo recomiendo en absoluto.
El que hoy reseño, "Japón", es también de ambos y de dos años después, de 1992, y ya no vale ni siquiera como mera curiosidad: es un cómic sin interés ninguno, con trama absurda y mala, y además es una "patriotada" digna de un Michael Bay nipón.
Hay un cierto parecido con "Oh-Roh": un viaje en el tiempo y una reinterpretación de una cultura o culturas históricas. En este caso, un grupo de personajes japoneses viaja a un futuro de corte post-apocalíptico donde vive diversas aventuras.
En este futuro, Japón es una nación que ha perdido su poder económico y mundial y que es comparada, un poco "por la cara", con el antiguo imperio mediterráneo de Cartago, que fue destruido por su rival más feroz, Roma.
Paisajes apocalípticos, de rollo punk, muy en la línea de "El Puño de la Estrella del Norte", una de las obras capitales de Buronson, sirven para desarrollar una descafeinada aventura con valores como el amor y la amistad pero, sobre todo, el patriotismo.
Creíamos que los estadounidenses eran maestros en este tipo de historias maniqueas y tontunas, pero resulta que los japoneses, cuando se ponen a ello, tampoco les van a la zaga.
"Japón" no tiene demasiado interés y resulta aburrida. A una persona que no sea japonesa le importa un pito lo que Buronson le está contando y, para colmo, la trama es simple, lineal y está llena de personajes tópicos y muy pobres.
Lo único salvable de este manga, que por suerte es muy corto y está compilado en un solo tomo, es el dibujo de Kentaro Miura, que ya se deslizaba plenamente en la maestría a la que nos tiene acostumbrados y que cambia aquí sus habituales paisajes y ambientes medievales y oscuros por los post-apocalípticos sin perder un ápice de calidad.
El resto, es poco o nada aprovechable. "Japón" es una colaboración que tal vez podrá interesar a los completistas de sus dos autores, pero nada más (y puede que ni eso). No lo recomiendo en absoluto.
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