domingo, 2 de junio de 2019

JUEGO DE TRONOS (CON SPOILERS). TEMPORADAS VII Y VIII: LAS PRISAS


Creo que el principal problema de las dos últimas temporadas de "Juego de Tronos" no es el fondo, sino la forma. Por primera vez, y por desgracia, la serie tiene sus primeros grandes bajones, y precisamente cuando no debería tenerlos: en su desenlace.

La séptima temporada tiene siete capítulos en vez de los diez habituales, y la octava, uno menos: solamente seis. ¿Por qué? Imagino que por cuestiones estrictamente monetarias. Pero meten la pata. Todo sucede deprisa, precipitadamente, y sin tiempo para asimilar los cambios de los personajes. Todo evoluciona de forma coherente, pero a trompicones. Y es una lástima.


SÉPTIMA TEMPORADA

Siete capítulos. Todo a la carrera. Esta penúltima temporada se dedica a reorganizar a los personajes y a los bandos de cara a lo que va a llegar en la última. Es lógico. El problema es que lo haga volando, cerrando subtramas en diez minutos y haciendo auténticas barrabasadas con el espacio y el tiempo.

También empeoran los diálogos. Y hay algunas incoherencias, como el hecho de que Gendry se una a Thoros de Myr y a Beric Dondarrion sin apenas discutir que le vendieron a la Bruja Roja. Lo hace casi "de buen rollo". Mal.


La mencionada Bruja Roja se dedica por otra parte a errar por ahí sin ton ni son. Y el reencuentro de Tyrion y Bron está totalmente desdibujado, por otra parte, así como esa historia de amor entre Daenerys y Jon Nieve, que surge de golpe y porrazo, de forma tópica, sin que haya habido nada importante entre ellos que los una (o, si no importante, por lo menos creíble).

El tío de Jon, Benjen Stark, es por otra parte despachado de una forma extremadamente cutre: muere porque tiene que morir, porque sí, porque ya están cerrando personajes y esto es lo que hay. Le dice a Jon que "no hay tiempo", pero sí que lo hay, y hay hasta sitio en el caballo para que puedan escapar los dos holgadamente. Pero no, se sacrifica gratuitamente. En fin.


Lo que hacen con las casas Tyrell y Martel es también de traca: entiendo que todas las casas no sobreviven, pero que no se las quiten de en medio de un plumazo, por favor. Y todavía los Tyrell han tenido un protagonismo destacado a lo largo de toda la serie, pero lo de los Martell es indignante. 

Dorne, un reino mítico, el más sureño y diferente de los siete, inspirado en las culturas árabes de nuestro mundo, apenas es mostrado desde que entra en la acción en la cuarta temporada. Las Serpientes de Arena son el grupo de personajes más maltratado de la serie con diferencia. Tristísimo.


Luego, tenemos el teletransporte. Sí, porque Daenerys, tras tirarse varias temporadas tratando de pasar de Essos a Poniente, aquí simplemente coge sus dragones y, hala, a volar y a ir en cinco minutos a donde le da la gana.

Lo mismo se puede decir del mencionado Gendry, que para salvar a sus compañeros cruza a toda leche medio Norte corriendo. Ni se pierde, ni sufre el frío extremo, ni se encuentra con ningún animal salvaje, ni con ningún Caminante Blanco. Y eso que previamente su grupo se enfrentó a un oso "zombie" que casi los mata.


No todo es malo en la séptima temporada. Las escenas de acción son geniales. La espectacular y frenética lucha de Bron contra el dragón, la aventura en los hielos, el rescate de Daenerys o la muerte de Thoros de Myr son fantásticas, así como la destrucción del trozo de Muro por parte del dragón congelado.

Y no olvido la muerte de Meñique. Ese ser despreciable que es en tantos aspectos el verdadero instigador de tanta muerte, tanta destrucción y tanto enfrentamiento, encuentra por fin su merecido final sangriento a manos de Arya. Genial momento, uno de los mejores junto al retorno de Theon Greyjoy a la valentía para ir a salvar a su hermana.


OCTAVA TEMPORADA

Llegamos al final de la serie, al desenlace criticado, a la decepción para unos y a la gran catársis para otros. Ha pasado con prácticamente todas las que han marcado una época: desde "Twin Peaks" hasta "Expediente X" pasando por "Friends" o por "Perdidos". Todas o casi todas han muerto de éxito de una forma u otra.

Como he dicho antes, creo que el problema de estas dos temporadas no es el fondo, sino la forma. Seis capítulos no dan para un buen desarrollo, aunque algunos de ellos duren más de una hora.


Los tres primeros de esta colección final me parecen totalmente coherentes. Reunión de personajes, escenas emotivas, conversaciones clave (mejoran los diálogos mucho), cierre de subtramas y, finalmente, combate.

Y qué combate: el capítulo tercero me parece una maravilla que quedará para los anales. Aún con sus exageraciones, su sentido épico y sobre todo su aspecto técnico son impecables. Emociona, pone los pelos de punta, entrega un puñado de muertes que duelen de verdad (se nos van personajes que nos han marcado durante toda la serie como Jorah Mormont o Theon Greyjoy) y nos regala un desenlace inolvidable, con Arya haciendo leyenda.


El cuarto capítulo creo que es igualmente destacado: es otro de entreguerras, con nueva reagrupación de personajes, y en el que por fin Jaime y Brienne tienen algo juntos.

Los dos últimos traen ya la polémica. Y yo creo que son perfectamente coherentes con la saga: el problema es que todo va a toda leche. Daenerys me recuerda a ese Anakin Skywalker del "Episodio III" que se arrodilla ante Palpatine en dos segundos. Su evolución hacia la tiranía está clara, pero faltan junturas: que se lance a quemar Desembarco del Rey en dos minutos cuando la ciudad se ha rendido es una torpeza de las grandes, por mucho que hayan decapitado a Missandei. Falta desarrollo.


Lo mismo se puede decir de Cersey: uno de los mejores personajes de la serie apenas hace nada en esta última temporada y muerte a toda prisa con un Jaime que ya llega a cansar y que mata también precipitadamente a Euron Greyjoy, el que creo que es uno de los villanos más tópicos y menos desarrollados de toda la trama.

Lo del Perro y la Montaña también es bastante cutre: el segundo, que llevaba tanto tiempo dominado por el maestre Qyburn (que también tiene una muerte lamentable), de repente se suelta, en tres segundos, y se pone a luchar a muerte con su hermano (mientras Cersey pasa tan tranquila junto al Perro sin que este le haga nada de nada). Fatal.


El último capítulo mejora. Es oscuro, melancólico, triste, pero finalmente alegre desde el realismo. Es totalmente agridulce pero esperanzador, y creo que delimita finales coherentes para todos los personajes.

Samsa en el Norte, Bran en Desembarco del Rey, Arya en busca de otros mundos (¿Un continente aislado al oeste de Poniente de inspiración precolombina? Sería interesante) y Jon de vuelta al norte, con los que verdaderamente son los suyos: los salvajes (y, por fin, liberado de sus obligaciones y listo para tomar de una vez las riendas de su vida).


Sobre el destino de Daenerys, matizo un hecho: desde la segunda temporada, en Qarth, se dan pistas clave de su evolución (recuerden la alucinación que tiene en la torre, con la sala del Trono de Hierro llena de ceniza). Quiere salvar el mundo, pero es una persona soberbia que no acepta que la contradigan.

Crucificar a los viejos amos de Meereen puede estar justificado porque eran unos monstruos (y aquí se abre un debate interesante sobre la justicia que podría dar para horas y horas), pero, por ejemplo, quemar vivos a los Tarly o a Varys, que a pesar de sus contradicciones humanas no tienen nada, pero nada que ver con alguien tan perverso como es un esclavista, es algo muy distinto.


Otra cosa es que el personaje, como he dicho, decida cometer un genocidio en dos segundos. Eso está mal, muy mal desarrollado. Y es una lástima porque lastra la profundad de uno de los caracteres más interesantes de la saga: una heroína que toma el poder tras una vida durísima y que se convierte, trágicamente, en lo que fue su loco padre o en lo que su odioso hermano iba camino de ser.


EL FEMINISMO EN "JUEGO DE TRONOS"

Matizo otro hecho ahora, éste sobre el feminismo de la serie. Me sorprende la indignación que se ha desatado por la caída en el lado oscuro de Daenerys y las acusaciones de machismo debido a ello a "Juego de Tronos", que es, precisamente, una de las sagas que más mujeres empoderadas tiene de toda la historia.


Samsa acaba como reina del Norte, Cersey ha escalado desde la nada para gobernar Poniente, Olenna Tyrell es la que pincha y corta en su reino y más allá, a las Serpientes de Arena no les tose nadie en Dorne, Yara Greyjoy es una mujer lesbiana que es capitana de toda una flota de piratas, Brienne es una mujer caballero que lleva toda la vida siendo marginada pero que le da una paliza de muerte a alguien como el Perro, Lyanna Mormont es una niña que sin llegar siquiera a la adolescencia gobierna un reino sola, Ygritte es una salvaje que vive en plena libertad haciendo lo que quiere y teniendo sexo con quien quiere...


Y queda Arya. Arya, que no quería ser una princesita, que se rebeló contra su hipócrita sociedad, que las ha pasado perras peleando y entrenando en dos contienentes. Arya, que ha salvado al mundo. No hablamos ya de reinos o de batallas humanas: hablamos de que ha salvado al mundo. Sin ella, los Caminantes Blancos habrían tomado el planeta.

¿Y ahora resulta que "Juego de Tronos" es machista porque Daenerys era una tirana? No entiendo esto. De verdad. Todos somos personas, y todos somos capaces de lo mejor y de lo peor. En la serie ha habido muchos tiranos. Desde el Rey Loco, su padre, hasta Cersey pasando por Joffrey o Ramsay. Hombres y mujeres.


Que se convierta en un ídolo y en un icono feminista a una sola mujer cuando hay otras ocho o nueve y que llegue el cabreo si esta sola mujer evoluciona de una forma diferente, quedando ahí las otras ocho o nueve totalmente ignoradas, me parece una pataleta muy pueril. ¡No sólo existe Daenerys! ¡Bienvenidos al mundo real, donde las cosas nunca son blancas y negras!

Volviendo a la resolución de la serie, quedan otros cuantos errores producto del apresuramiento general. Yara Greyjoy no llora a su hermano en ningún momento, y en Dorne, de repente, hay un rey que nadie sabe quién es ni por qué está gobernando.


Faltan también cerrar, o por lo menos mencionar, tramas como las de Meereen o Braavos. En especial, Daario Naharis se esfuma y no tenemos ni idea de cómo va a gobernar los territorios que liberó Daenerys en Essos. Muy mal que no se tomen aunque sea diez minutos para redondear detalles que son básicos para entender todo un universo.

Quitando estos fallos, creo que "Juego de Tronos" termina de forma coherente, lógica y satisfactoria. Una lástima que para ahorrarse dinero hayan hecho dos temporadas con pocos capítulos y poco tiempo para desarrollar sus tramas. Podría haber sido redonda.


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