lunes, 8 de marzo de 2021

SAW. EL DEBUT DE JAMES WAN QUE SE CONVIRTIÓ EN UN RÁPIDO MITO DEL TERROR

SAW de James Wan - 2004 - ("Saw")  

A pesar de sus fallos y de su trama ciertamente tramposa, siempre he considerado a "Saw" (al primero, al prácticamente único bueno y debut de James Wan) un thriller de terror aceptable y con capacidad para sorprender. 

Su caso es curioso: rodado con cuatro duros, con actores famosillos un poco de capa caída y otros desconocidos y estrenado en circuitos comerciales aunque no de forma masiva, resultó ser un éxito del todo inesperado que traspasó fronteras. 

El boca a boca e Internet lo llevaron a lo más alto y su protagonista y villano, Jigsaw, pasó con bastante rapidez al podio de mitos populares globales del terror moderno junto a los eternos Cara de Cuero, Freddy Krueger, Jason Voorhees, Hannibal Lecter y niñas de "El Exorcista" y de “The Ring” entre tantos. 

La película está dirigida, como he comentado, por el hoy más que apreciable James Wan, que se desvinculó pronto y acertadamente de sus horrendas secuelas en la dirección (aunque en el guión de algunas estuvo presente) para dedicarse a otros proyectos.


“Saw” es, como he dicho, un más que meritorio thriller ambientado en una sala interior y en algunos pocos escenarios más. Dos completos desconocidos han de buscar la manera de salir del pordiosero cuarto de baño en el que están encerrados sin razón aparente superando una serie de malévolas pruebas. Mientras, en el exterior, dos detectives intentan pillar al que los tiene atrapados. Finalmente, una tercera línea de acción queda establecida mediante flashbacks de todos los protagonistas que representan sus vidas pasadas. 

“Saw” es un efectivo popurrí de varias películas de horror famosas: su asesino es sofisticado y hasta cierto grado culto (Hannibal Lecter) y busca redimir de alguna manera a sus víctimas a golpe de moralidad rancia de esa que tanto gusta a los americanos (“Seven”) haciéndoles pasar pruebas de arrojo o inteligencia en las que si fallan pierden la vida (“Cube”). 


La violencia, uno de los puntos que lo hizo famoso en su momento, es sádica hasta límites en su día insospechados en una obra comercial, sucia, morbosa y cruel, alcanzando por momentos el puro gore y llegando a lograr que ciertas escenas “duelan”. 

El guión, aún con lagunas y trampillas y diálogos flojetes, contiene acertadas y sorprendentes vueltas de tuerca y sabe provocar e interesar desde el primer momento. Su desenlace, por otra parte, es verdaderamente impactante y del todo inesperado (y ciertamente le hace ganar muchos enteros a toda la película). 


En su aspecto más negativo podemos citar su feo y reiterativo montaje videoclipero (a James Wan le costó pillarle el tranquillo a un estilo cinematográfico en sus inicios) y la línea argumental que protagoniza Danny Glover, que por momentos pierde el ritmo. 

Es, creo, de todas formas, el debut del director de "Insidious" y de "Expediente Warren" un filme bastante aceptable y que recomiendo ver sin prejuicios. Sus secuelas ya son otra historia. Las comentaré, una por día, a partir de mañana.

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