miércoles, 5 de febrero de 2020

CARS. LA IRREGULAR INAUGURACIÓN DE LA TRILOGÍA MÁS FLOJA DE PIXAR


Cuando tienes a tus espaldas obras maestras como "Toy Story", "Monstruos S.A.", "Buscando a Nemo" o "Los Increíbles", es normal que cuando haces una película "más normalita" (que para colmo sería sucedida en años siguientes por otras obras maestras como "Ratatouille", "Wall-E" o "Up") las comparaciones sean odiosas. 

La trilogía de "Cars" es de lo más flojito que ha hecho hasta ahora la compañía Pixar. No porque sea mala, que no lo es, sino porque inexplicablemente destila más moralina de lo habitual, porque trilla conceptos más vistos ya que las orejas de Mickey Mouse y porque no presenta nada nuevo en líneas generales.


Se dice mucho, y con bastante razón, que compañías como Dreamworks son el "reverso cutre" de Pixar (aunque lo cierto es que desde hace unos cuantos años Dreamworks se ha puesto las pilas y ha logrado salir del humor clónico de la excelente aunque explotada hasta la saciedad "Shrek" y está entregando películas cada vez más adultas).

Pues bien, a "Cars" y a sus secuelas les ocurre lo siguiente: parecen más películas de Dreamworks (del Dreamworks sin personalidad) que de Pixar. Y eso que John Lasseter está directamente detrás de la dirección de las dos primeras.


"Cars" presenta, una vez más, un universo esplendorosamente animado con personajes con personalidad y basado, esta vez, en una sociedad donde todos sus integrantes son coches. 

Los escenarios son preciosos, la animación maravillosa, los detalles fabulosos y cuidados hasta el mimo. Sin embargo, la trama no innova absolutamente nada y volvemos a tener una historia de amistad en la que la humildad gana a la soberbia y que presenta el clásico mensaje de hermanamiento entre todos los seres.


Que sí, que eso pasa en todas las películas de Pixar, de Disney, de Dreamworks y hasta del Estudio Ghibli. Pero aquí la moralina se pasa un poco de rosca (hay lecciones sin parar) y, además, el humor inteligente marca de la casa, aunque está presente (y hay gags buenos, por supuesto), pierde fuelle e inventiva en favor de una historia más simplona en todos los aspectos.

No hay discursos vergonzantes, desde luego, y como película de acción y aventuras "Cars" cumple de sobra (tiene momentos muy conseguidos, como siempre). Sin embargo, para ser de Pixar... Es floja y, desde luego, la más olvidable de toda su filmografía junto a sus dos secuelas y junto a otras obras tan extrañamente irregulares como "El viaje de Arlo".


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