jueves, 26 de septiembre de 2019

TORSO. BENDIS BUCEA EN EL OTRO GRAN CASO DE ELIOT NESS


Últimamente, uno de los autores de cómic más criticados, por lo menos desde mi punto de vista, es Brian Michael Bendis. Se le acusa de haberse "vendido" a las grandes compañías y de dedicarse a lo bestia al superhéroe más comercial.

No creo que esto sea exactamente así, aunque sí que es cierto también que echo de menos al Bendis de sus primeras etapas, del que hoy hablo con la que creo que es una de sus obras más destacadas.


En el año 2000, Image Comics publicaba "Torso. El Descuartizador de Cleveland". Él estaba al mando del guión y, al del dibujo, Marc Andreyko. Y los dos clavaban uno de los mejores thrillers del cómic de las últimas décadas.

"Torso" bucea en una historia que, en general, es poco conocida: la "segunda gran aventura" de Eliot Ness, que, tras haber hecho caer a Al Capone, trató de atrapar al conocido como "Descuartizador de Cleveland" en dicha ciudad.


Este asesino, considerado como el primero en serie de la historia moderna de los Estados Unidos, nunca fue atrapado y destacaba por desmembrar a sus víctimas hasta hacerlas prácticamente irreconocibles en una época en la que los procedimientos detectivescos no eran tan fiables como los de hoy.

Bendis y Andreyko juegan, como Alan Moore y Eddie Campbell en su mítica "From Hell" con Jack "El Destripador", a reconstruir la figura de este mítico criminal basándose en lo que se sabe de su caso y de sus protagonistas pero añadiendo también elementos propios de ficción o especulaciones.


"Torso" es un "noir" meticuloso no sólo en la escenificación de lo que supuestamente ocurrió con los hechos narrados, sino también en el retrato de su época, los años treinta, y de su espacio, la Cleveland de aquella Gran Depresión.

Como suele ocurrir muchas veces, un crimen es la representación de un momento concreto y de una sociedad concreta: la mencionada crisis económica, la más grande del pasado siglo, trae a la gran ciudad de Ohio, que al parecer se recuperaba laboralmente antes que otras como Chicago o Nueva York, a toda clase de desesperados. Entre ellos, el asesino hace su agosto.


Porque "Torso" es una pintura de una serie de asesinatos, sí, pero también del sufrimiento de los pobres en los embates económicos, de la corrupción de los estamentos públicos, de la violencia inherente al sistema y a la cruel vida en la ciudad y de una sociedad sexualmente frustrada, hipócrita y represiva (porque Bendis arremete también contra la homofobia en su cómic).

Los personajes, desde el propio Eliot Ness hasta sus colaboradores, los inolvidables detectives Myrlo y Simon, pasando por policías, políticos, forenses, periodistas o parados, están perfectamente redondeados y los diálogos, uno de los puntos más fuertes de Bendis, son geniales: dinámicos e inteligentes y con un ritmo endiablado apoyado en una disposición de la viñeta cargada de acción e inventiva y muy, muy cinematográfica.


Marc Andreyko despunta con un dibujo que se adecua perfectamente al estilo narrativo de su compañero y que, con trazos simples y potentes y con un uso crudo y fuerte del blanco y negro, recrea esa época tan oscura como apasionante que fueron los años treinta en los USA.

Hace, además, algo genial: alterna dichos trazos con fotografías reales y muchas veces incluso coloca a los personajes o a sus siluetas sobre escenarios de la Cleveland de ese momento.


Sólo hay algo que le echo en cara a "Torso": su desenlace es algo apresurado, y cierra de golpe y sin un epílogo en condiciones a unos personajes que creo que merecían ser redondeados un poco más.

"Torso" es, a pesar de este pequeño fallo, un thriller magistral. Se podrá echar mucho de menos a este Bendis, pero no se puede decir que sea un mal autor. En absoluto. Obras como ésta lo demuestran.


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