DUNE de Frank Herbert - 1965 - ("Dune")
Frank Herbert, aunque escribió muchas obras diferentes, ha pasado a la historia esencialmente por su novela "Dune" y por las que le siguieron en su saga, conocida como "Las crónicas de Dune".
Lastrada su fama en parte por unas adaptaciones muy fallidas, tanto en formato de película como de serie para televisión, "Dune" es una de las mayores obras de literatura fantástica, éxito fulminante desde su publicación en 1965, ganadora de prestigiosos premios y cabeza de una serie de secuelas que, según me han comentado (todavía no las he leído), fueron perdiendo calidad e inventiva a pasos agigantados (lo comprobaré o no en los próximos meses).
"Dune" es una de las obras de ciencia ficción que puso de moda el asunto de la ecología en el género, tema central de la novela junto a otros como la política o la religión.
Herbert diseñó en su obra un futuro muy lejano en el que la humanidad había conquistado las estrellas y creó una "space-opera" inimitable, extremadamente original e instransferible, que le servía para hacer una metáfora de su tiempo, la década de los sesenta.
Este futuro espacial se centraba mucho más en la fantasía pura que en la especulación sobre los posibles avances técnicos de la humanidad, muy habitual en otras novelas del género, y delineaba un universo donde las naves estelares y la tecnología punta se daban la mano con un sistema político feudal y a la vez inspirado en parte en el del Imperio Romano donde había una cierta presencia o por lo menos sugerencia de elementos de corte mágico o arcano.
Este mundo era además tan épico como sórdido, tan maravilloso como brutal, y convivían en él aparatos increíbles y tiranos déspotas, un sistema esclavista y unas tribus salvajes libertarias, unos guerreros perfectos con ingenios mortales y unos monstruos delirantes como los gusanos de arena característicos de la saga. En definitiva, este mundo era un mundo necesitado de un salvador, aunque este salvador no fuese perfecto.
"Dune", en palabras de su autor, es un retrato de lo que ocurre cuando se pone el poder en manos de mesías, de "superhéroes". Es una historia claramente épica, con aventuras, pero en la que la figura del héroe clásico es puesta en la picota de una forma muy crítica, que alude a los personalismos que acaban llevando a las civilizaciones a la maldad de la que en un principio pretendían salvarla.
Alrededor del mesías laten los problemas políticos y religiosos (corrupción, injusticia, opresión, barbarie, fanatismo) que han estado presentes en nuestra historia alrededor de esta figura siempre tan ambigua y controvertida.
También se critica la creación de estos héroes mesiánicos y el condicimiento eugenésico: el desarrollo del ser supuestamente perfecto por medio del control de las generaciones que tutelan las Bene Gesserit, y que se desboca ante el fallo más inesperado, creando un caos.
La ecología es el otro asunto central de "Dune", ecología que lo condiciona absolutamente todo, aunque los seres humanos lo ignoren. Arrakis, el planeta en el que se desarrolla principalmente la trama, es un mundo desértico y hostil que, sin embargo, esconde la especia, el recurso que hace funcionar a toda la galaxia.
Esta especia, metáfora del petróleo en su momento, está abierta todavía hoy a mil interpretaciones, en especial en el momento en el que estamos, de lucha contra el Cambio Climático.
Arrakis, un personaje más de la novela a todos los efectos, es un ecosistema que, a pesar de ser brutal y despiadado, guarda vida que los Fremen, sus moradores, han sabido domar de una forma básicamente equilibrada, por medio del reciclado constante y del respeto.
"Dune", con un estilo fluido y sobrio, y con unos personajes del todo inolvidables y llenos de aristas y sorpresas, es una novela enigmática, sin concesiones, violenta y fantástica a la vez, llena de sensibilidad con las grandes causas de su momento.
Merece, y mucho, la pena. Yo la he descubierto ahora, tal vez tarde, pero puedo asegurar que su poder para cautivar está intacto y que muchos de los temas que trata son plenamente actuales.
Frank Herbert la concibió desde un principio como una trilogía: de ahí que su desenlace sea ciertamente precipitado y que se quede totalmente abierto. Llegarían después las secuelas "El mesías de Dune" e "Hijos de Dune", y posteriormente la trilogía se ampliaría con otras tres entregas más que, al parecer, no mantuvieron el nivel (las comentaré todas conforme las vaya leyendo).
El universo de "Dune" siguió además ampliándose con las novelas de Brian Herbert, el hijo de Frank Herbert, las cuales son numerosas y grandes éxitos de ventas pero, según me han comentado también, bastante lejanas en calidad a las de su padre y poco interesantes ya.
Lastrada su fama en parte por unas adaptaciones muy fallidas, tanto en formato de película como de serie para televisión, "Dune" es una de las mayores obras de literatura fantástica, éxito fulminante desde su publicación en 1965, ganadora de prestigiosos premios y cabeza de una serie de secuelas que, según me han comentado (todavía no las he leído), fueron perdiendo calidad e inventiva a pasos agigantados (lo comprobaré o no en los próximos meses).
"Dune" es una de las obras de ciencia ficción que puso de moda el asunto de la ecología en el género, tema central de la novela junto a otros como la política o la religión.
Herbert diseñó en su obra un futuro muy lejano en el que la humanidad había conquistado las estrellas y creó una "space-opera" inimitable, extremadamente original e instransferible, que le servía para hacer una metáfora de su tiempo, la década de los sesenta.
Este futuro espacial se centraba mucho más en la fantasía pura que en la especulación sobre los posibles avances técnicos de la humanidad, muy habitual en otras novelas del género, y delineaba un universo donde las naves estelares y la tecnología punta se daban la mano con un sistema político feudal y a la vez inspirado en parte en el del Imperio Romano donde había una cierta presencia o por lo menos sugerencia de elementos de corte mágico o arcano.
Este mundo era además tan épico como sórdido, tan maravilloso como brutal, y convivían en él aparatos increíbles y tiranos déspotas, un sistema esclavista y unas tribus salvajes libertarias, unos guerreros perfectos con ingenios mortales y unos monstruos delirantes como los gusanos de arena característicos de la saga. En definitiva, este mundo era un mundo necesitado de un salvador, aunque este salvador no fuese perfecto.
"Dune", en palabras de su autor, es un retrato de lo que ocurre cuando se pone el poder en manos de mesías, de "superhéroes". Es una historia claramente épica, con aventuras, pero en la que la figura del héroe clásico es puesta en la picota de una forma muy crítica, que alude a los personalismos que acaban llevando a las civilizaciones a la maldad de la que en un principio pretendían salvarla.
Alrededor del mesías laten los problemas políticos y religiosos (corrupción, injusticia, opresión, barbarie, fanatismo) que han estado presentes en nuestra historia alrededor de esta figura siempre tan ambigua y controvertida.
También se critica la creación de estos héroes mesiánicos y el condicimiento eugenésico: el desarrollo del ser supuestamente perfecto por medio del control de las generaciones que tutelan las Bene Gesserit, y que se desboca ante el fallo más inesperado, creando un caos.
La ecología es el otro asunto central de "Dune", ecología que lo condiciona absolutamente todo, aunque los seres humanos lo ignoren. Arrakis, el planeta en el que se desarrolla principalmente la trama, es un mundo desértico y hostil que, sin embargo, esconde la especia, el recurso que hace funcionar a toda la galaxia.
Esta especia, metáfora del petróleo en su momento, está abierta todavía hoy a mil interpretaciones, en especial en el momento en el que estamos, de lucha contra el Cambio Climático.
Arrakis, un personaje más de la novela a todos los efectos, es un ecosistema que, a pesar de ser brutal y despiadado, guarda vida que los Fremen, sus moradores, han sabido domar de una forma básicamente equilibrada, por medio del reciclado constante y del respeto.
"Dune", con un estilo fluido y sobrio, y con unos personajes del todo inolvidables y llenos de aristas y sorpresas, es una novela enigmática, sin concesiones, violenta y fantástica a la vez, llena de sensibilidad con las grandes causas de su momento.
Merece, y mucho, la pena. Yo la he descubierto ahora, tal vez tarde, pero puedo asegurar que su poder para cautivar está intacto y que muchos de los temas que trata son plenamente actuales.
Frank Herbert la concibió desde un principio como una trilogía: de ahí que su desenlace sea ciertamente precipitado y que se quede totalmente abierto. Llegarían después las secuelas "El mesías de Dune" e "Hijos de Dune", y posteriormente la trilogía se ampliaría con otras tres entregas más que, al parecer, no mantuvieron el nivel (las comentaré todas conforme las vaya leyendo).
El universo de "Dune" siguió además ampliándose con las novelas de Brian Herbert, el hijo de Frank Herbert, las cuales son numerosas y grandes éxitos de ventas pero, según me han comentado también, bastante lejanas en calidad a las de su padre y poco interesantes ya.
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