De Ferran Varela me sedujo totalmente "La danza del gohut", que podéis encontrar reseñada en esta misma etiqueta, y me ha fascinado su siguiente novela, "El arcano y el jilguero", de la que puedo decir que ha cambiado el panorama de la fantasía en castellano.
Nos movemos ahora a Hann, una tierra en guerra acosada por los delirios de grandeza de un emperador que desea más que nada en el mundo conquistar todos sus reinos.
Esta tierra ya es de por sí un prodigio de la imaginación. Sus pueblos, sus ciudades, sus habitantes, sus criaturas, sus mitos y leyendas, conforman un universo sugestivo, tan hermoso como amenazante, que se mete en el bolsillo al lector desde los primeros capítulos.
Luego, tenemos a sus personajes. En especial, a uno de los más inimitables que he tenido el gusto de conocer en el género: a su protagonista, Mezen el Ariete. No quiero revelar mucho sobre él, porque creo que es mejor descubrirlo de golpe, con toda la sorpresa intacta, pero sí quiero afirmar con rotundidad que es uno de los seres literarios más fascinantes que se han creado en las últimas décadas.
Completo y complejo, aterrador y bello, tan humano como cualquier ser humano, es un claroscuro continuo y perfecto que nos aleja de todo maniqueísmo y simplismo posible. Es un personaje de antología, de los que marcan una época.
Tampoco se quedan atrás los que le rodean. Desde desconsiderados gobernantes a crueles nobles pasando por extraños monjes, guerreras despiadadas, niñas luminosas o misteriosos servidores del emperador.
En la tierra en guerra de Hann todos ellos se van cruzando en la vida de Mezen, que, entre la espada y la pared, ha de lidiar con una situación terrible que, sin embargo, le honra y debe mantener contra viento y marea.
"El arcano y el jilguero" no les va a poner las cosas fáciles: no esperen buenos brillantes y malos perversos. Es una prueba moral para el lector. Y una prueba moral que le pondrá en una tesitura sobre el fin y los medios para conseguirlo, sobre la justicia y la injusticia, que no sorteará con facilidad filosófica.
Mientras, Varela pondrá en la picota otros asuntos como el imperialismo, el paso de la esclavitud a la servidumbre, la guerra, la corrupción, la violencia, la religión, el terrorismo de estado, el machismo o la homofobia.
Porque, como toda la buena fantasía, esta historia es un trasunto de nuestro propio mundo, de nuestros propios miedos, de nuestras fortalezas y debilidades y nuestras partes luminosas y oscuras.
"El arcano y el jilguero" es una de las mejores novelas de su género de los últimos años y confirma a Ferran Varela como el gran autor que es.
No se pierdan tampoco "Historias de Hann", por cierto, un libro de cuentos ambientados en este reino mítico que complementan a esta historia inolvidable, valga la redundancia, que esperamos que tenga continuación en breve.
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