viernes, 6 de septiembre de 2019

THE BOYS. CÓMO CAGARSE EN EL CAPITALISMO USANDO A LOS SUPERHÉROES


He hablado de su "Punisher MAX" y me falta hablar de su "Predicador", pero hoy por fin lo voy a hacer de otra de sus grandes creaciones, cuya versión para las pequeñas pantallas en forma de serie está arrasando en estos momentos: "The Boys".

Garth Ennis es un autor que pasa de la corrección política. Lo ha demostrado en la mencionada "Punisher MAX", pero sobre todo en sus obras más cómicas, como ésta y como la también mencionada "Predicador".


Garth Ennis no tiene ninguna vergüenza. Gusta del humor bestia, burro, sin concesiones, que aberra personajes y situaciones. Gusta de los caracteres paródicos y de la sátira más bruta. Y eso es "The Boys", una obra maestra del cómic de los últimos años.

"The Boys" es, a grandes rasgos, una parodia de los superhéroes de Marvel y DC de toda la vida. Y la protagoniza un grupo de humanos normales y corrientes (supuestamente) que se dedica a joderlos. Porque los superhéroes aquí son todo menos bondadosos sirvientes de la ley y del orden.


Los superhéroes de "The Boys" son unos individuos egoístas, desconsiderados, creídos, superficiales, corruptos. Eso en el mejor de los casos: en el peor, son unos supremacistas. 

Ya en las primeras páginas del cómic, en un prólogo que ha pasado a la historia por su brutalidad y su humor negro inmisericorde, queda muy clara la pasta de la que están hechos.

Por supuesto, ellos mueven en el mundo. Especialmente, en lo comercial. Porque "The Boys" es un auténtico mazazo a la cultura norteamericana del capitalismo agresivo.


Garth Ennis utiliza a estos personajes míticos, símbolo de los USA y que inundan sus cómics y también desde hace décadas sus salas de cine, para dar donde más duele.

Aquí, más que nunca, el superhéroe es la alegoría de la sociedad norteamericana y sus incongruencias.

La parodia está servida. Encontraremos en primera fila a "Los Siete", que son un trasunto aberrante de La Liga de la Justicia, unos personajes inolvidables: el Patriota es un Superman pasado de rosca, la Reina Maeve una Wonder Woman acabada, Negro Oscuro una suerte de Batman, el Profundo un Aquaman cutre, A-Tren un Flash, Jack de Júpiter un Detective Marciano...


Este grupo superheróico es el que pincha y corta la parte grande del pastel. Luego, vienen otros cuantos igual de delirantes que parodian a los Vengadores, a los X-Men, a los Jóvenes Titanes e incluso a pandillas de villanos. El cachondeo y las risas están servidas.

Y luego, claro, están los mentados protagonistas que les dan caza: humanos con ciertas y notables particularidades.

Es inolvidable su jefe, el Carnicero, uno de los personajes con más carisma de la historia del cómic, y Hughie, inspirado claramente en el actor y cómico Simon Pegg, un tipo mediocre que acaba con ellos por una cruel coincidencia del destino.


Les completan Leche Materna, la Hembra de la Especie y el Francés: tres individuos también inolvidables y a cada cual más loco. Y quedan otros cuantos personajes fantásticos que les rodean y que tampoco se van fácilmente de la retina.

"The Boys" es en gran parte un thriller, aunque tiene también muchas y geniales escenas de acción. Comienza casi como una comedia bufa y bestial, pero, como "Predicador", guarda más pasajes serios inesperados de los que parece. En eso, Ennis es un maestro: en hacernos reír y después rompernos todos los esquemas.


Porque, como he dicho, "The Boys" es un retrato de la sociedad norteamericana sin concesiones que, además, trata muchos otros asuntos de actualidad.

Junto con su crítica al capitalismo descarnado, motor final de la trama, hay otra a la guerra y a su uso por parte de los estados (uno de los temas habituales de su creador), pero también se habla de asuntos geopolíticos como los restos que dejó la caída de la Unión Soviética o la Guerra de las Malvinas y de otros sociales como la falta de oportunidades de los jóvenes norteamericanos o británicos, la hipocresía sexual, la homofobia, el machismo o hasta la transfobia.


Los personajes son redondos porque están llenos de aristas. Ni siquiera el bueno de Hughie, el protagonista principal, un individuo que parece no haber roto un plato en su vida, se libra de ser un auténtico gilipollas o de tener prejuicios en alguna ocasión.

"The Boys" es una serie larga: sus tres tomos recopilatorios son gigantescos. Tiene una parte central en la que pierde algo el ritmo y creo que se alarga demasiado. Sin embargo, también se recupera pronto y, en general, es un cómic que pienso que es fantástico.


Su crítica política y social es certera, no se corta un pelo a la hora de retratar las cosas como son, le importa un pimiento la corrección política de cualquier clase y, además, tiene varios giros inesperados de guión que nos dejan con la boca abierta y que Ennis utiliza para golpearnos en los morros una y otra vez.

Desde mi punto de vista, estamos ante una obra capital de las viñetas. Recomiendo también su adaptación a serie para la televisión, que creo que capta bien su esencia aunque haya censurado y ablandado algunas de sus escenas y constantes para contentar a todos los públicos (es una lástima, pero es lo que hay).


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