miércoles, 18 de mayo de 2022

1917. UN SOBERBIO ESPECTÁCULO VISUAL Y UNA DELICIA BÉLICA PARA LOS SENTIDOS

1917 de Sam Mendes - 2019 - ("1917")

Sam Mendes es uno de esos directores a los que muchos llaman "todoterreno". Toca todo, y no se priva de intentar nada con un nuevo género si este nuevo género le estimula. Ya hizo un filme bélico en 2005, el excelente "Jarhead", y vuelve a este ruedo con "1917", y además lo hace con una propuesta totalmente diferente.

"Jarhead" era innovadora en su día: retrataba el día a día de la retaguardia de los soldados norteamericanos en la Guerra del Golfo, y esta retaguardia era aburrida y soporífera y desquiciaba literalmente a unos hombres fritos por combatir y por volver a casa como héroes a toda costa.

"1917" es todo lo contrario: es un retrato incesante de un combate. Es antibelicista y denuncia los horrores de la guerra, aunque ciertamente en lo argumental es más convencional. Se ambienta en la Primera Guerra Mundial (que ciertamente ha sido siempre poco retratada en el cine, sobre todo en comparación con la Segunda) y es más bien ya una película histórica.

No obstante, el objetivo de "1917" es desde el principio radicalmente diferente que el de "Jarhead": "1917" es un espectáculo visual, y de eso va desde el primer momento y no da gato por liebre. Es, de alguna manera, tal vez inconsciente, una especie de "respuesta" al "Dunkerque" de Christopher Nolan, una maravilla bélica también reciente y con la que comparte muchas premisas y más.

"1917" está rodada en tomas largas y busca dar el efecto de que todo son dos tomas continuas. Lo consigue. Es un espectáculo visual impresionante y una lección apabullante de buen cine. Imagínense "La soga" de Alfred Hitchcock en las trincheras. Pues eso.

La última película de Sam Mendes es un prodigio para los sentidos, y creo que así es como hay que verla y disfrutarla. Eso no quita que su trama, inspirada en historias que le contaba su abuelo, Alfred Mendes, que luchó en esta guerra, sea mucho más que solvente.

Todo esta cuidadísimo más allá de la pasada que son los movimientos de cámara, los escenarios o el vestuario: las actuaciones son geniales y George MacKay y Dean-Charles Chapman clavan sus papeles (y también el plantel de excelentes secundarios que los rodean) y los diálogos son magníficos y el mencionado retrato de las atrocidades de toda contienda es lúcido.

"1917" es una película bélica de acción diferente, prodigiosa en su factura técnica, imaginativa y arriesgada en sus cabriolas visuales. Otra obra destacada de este director que se adentra en todo que es Sam Mendes.

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