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lunes, 29 de agosto de 2022

EL DELIRANTE DE BALTIMORE. UNA BIOGRAFÍA IMPRESCINDIBLE DE EDGAR ALLAN POE

EL DELIRANTE DE BALTIMORE de Roberto García-Álvarez - 2019 - ("El delirante de Baltimore")

Edgar Allan Poe fue el padre del cuento de terror moderno, el renovador de este género y, también, un personaje bastante complicado que, en su tiempo, ya tuvo una vida pública llena de problemas, de polémicas, de peleas con otros autores y de mala fama.

Roberto García-Álvarez tiene en su haber una gran biografía, la mejor de H.P. Lovecraft en castellano desde mi punto de vista: "El caminante de Providence" (también editada por El Transbordador y comentada en esta etiqueta). En ella revisaba la figura del maestro del terror cósmico y tiraba abajo algunos tópicos sobre él. Ahora, hace lo mismo con el autor de "El cuervo" o de "La caída de la Casa Usher".

De Poe siempre se ha dicho que fue un artista atormentado, de vida oscura, pobre como una rata y alcohólico hasta lo inimaginable. Hay mucha verdad en esto, pero también mucha media verdad. Los tópicos sobre su vida tienen unos cimientos, pero no todos llegaron a ser de la forma en la que fueron.

García-Álvarez estudia, como hizo en su anterior ensayo biográfico, la corta e intensa vida del escritor del siglo XIX (previa introducción del sentir de esta particular y convulsa centuria) año por año, época por época y obra por obra (y lo que cada una de estas obras significó en los ascensos y caídas constantes que tuvo). El trabajo que ha realizado, como lo fue en "El caminante de Providence", es titánico, admirable. Es una absoluta maravilla tener una biografía como ésta disponible.

Vamos a conocer en estas páginas al Edgar Allan Poe verdadero o, por lo menos, a uno de los más cercanos al que supuestamente fue. El autor del ensayo vuelve a separar quirúrgicamente la leyenda de la verdad para presentarnos a un individuo totalmente creíble y con el que tal vez podamos hasta sentirnos identificados en algunos pasajes (porque, como tantísimos seres humanos, fue una persona de claroscuros totales y constantes).

El caso de Poe es curioso: gozó de gran éxito en vida por su poema "El cuervo" y también por su carrera periodística y por algunos relatos, pero nunca supo, como se diría ahora, "monetizar" todo esto. 

Fue famoso, fue polémico, fue invitado a conferencias y fiestas de todo tipo y hasta su mencionado poema estrella estuvo de moda en el mundo anglosajón y más allá (de moda hasta el grado de que le salieron imitadores: Poe fue una auténtica estrella mediática gracias a dicha composición).

No obstante, siempre anduvo en la pobreza y, en ocasiones, rozando la más pura de las miserias. No pudo mantener a su familia prácticamente nunca, no pudo costear un viaje para impartir una charla, no tuvo dinero muchas veces ni siquiera para un traje nuevo. ¿Por qué? Todavía no queda claro: incluso en momentos del ensayo se menciona. Sí que es cierto que estaba ahí el alcohol, pero tampoco se termina de creer que sólo esto bastase para arruinarle una vez tras otra y durante toda una existencia.

Porque su vida fue bastante desgraciada en parte pero también tuvo golpes de suerte: sus padres eran actores pobres pero fue adoptado por una familia rica y fue un hombre atractivo y culto al que montones de veces familiares y amigos le perdonaron sus faltas y desastres cotidianos.

Por otra parte, fue también un individuo complicado, egoísta, intratable y lleno de las mencionadas zonas oscuras: su relación con su padre adoptivo fue terrible (aunque éste también era una persona bastante despreciable), se enemistó con montones de escritores, críticos o personas del mundo literario de su época (a los que ponía a caldo en sus escritos periodísticos), se peleó con varios amigos que le habían tratado bien o que le habían ofrecido salidas laborales y pretendió de forma patética, interesada y rastrera a varias mujeres a la vez en su último año de vida, cuando ya había enviudado.

Su muerte, con sólo cuarenta años, el 7 de octubre de 1849, sigue siendo un episodio sobre el que estudiosos y críticos de su figura no se aclaran. Se la ha achacado desde siempre a su eterno y recurrente alcoholismo, pero hay mas cosas implicadas al parecer y en estos últimos momentos su salud mental y física estaban destrozadas por la mala vida y la depresión (amén de que faltan capítulos de los días previos en los que no se sabe qué hizo).

"El delirante de Baltimore" es un ensayo biográfico imprescindible para conocer la vida de este creador revolucionario y, sobre todo, para apartar las leyendas que circulan sobre él y descubrir, como he dicho, al Edgar Allan Poe más cercano a lo que se cree, debido a probados datos y testimonios, que realmente fue. 

miércoles, 12 de agosto de 2020

EL CAMINANTE DE PROVIDENCE. LA BIOGRAFÍA DEFINITIVA DE H.P. LOVECRAFT

Nunca me he explicado por qué razón ha tardado en llegar tanto a España la biografía que H.P. Lovecraft se merecía. Porque esa es sin ninguna duda "El caminante de Providence", que ha editado El Transbordador en su Colección Gasmask.

Roberto García-Álvarez es su autor, y me parece absolutamente fascinante el trabajo que ha realizado para traernos esta maravilla del ensayo. 

Creemos que de Lovecraft se ha dicho ya todo, pero no es cierto. Antes de leer este libro, yo mismo tenía una imagen muy distorsionada de su persona e incluso de su obra.

Del genio de Providence se ha dicho de todo, valga la redundancia, y muchas veces más malo que bueno. Como si todos los artistas hubiesen sido (o tuviesen que ser) perfectos e intachables. Varias de estas cosas son ciertas. Varias, no. 

Es indispensable situarlo en su contexto, además: un hombre que nació en 1890 y no precisamente en un ambiente abierto de miras ni en una sociedad en la que abundase la libertad.

Lovecraft era racista. Sí, lo era. Y mucho. También era clasista, y estaba obsesionado con aparentar y mantener un estatus de señorito que realmente no tenía. Fue toda su vida incapaz de trabajar en algo que no fuesen sus escritos, y eso, entre otras cosas más, destruyó su matrimonio.

También era un extraño experto en autosabotear su propia carrera. Contrariamente a lo que se piensa, cosechó bastante fama con sus relatos, y tuvo admiradores fieles y buenas críticas y editores interesados en publicarle, pero él mismo destruyó inexplicablemente, y varias veces además, sus oportunidades de por lo menos tratar de vivir de la literatura, que era lo que le habría gustado lograr.

Sin embargo, Lovecraft también tenía virtudes. Era un escritor incansable y tocó todos los palos (además de sus novelas y relatos, dejó una cantidad gigantesca de material: poesías, artículos y ensayos, cartas, periódicos fundados por él mismo...).

Tampoco era una persona asocial en absoluto: tenía amigos, y bastantes. Muchos de ellos se comunicaban con él por correo, pero otros tantos eran buenos amigos a los que veía en persona a menudo en su propia ciudad o en otras localidades cada cierto tiempo. 

También tuvo amigas mujeres. Y aunque en algunas de sus obras se ve una clara misoginia porque el papel de la mujer es anecdótico o directamente maligno, lo cierto es que mantuvo amistades con varias de ellas.

Fue, igualmente, un viajero incansable. Murió por desgracia con sólo 46 años de un cáncer fulminante en 1937, una época en la que no existían ni la mitad de los medios que hoy tenemos para combatir esta lacra, pero a lo largo de su vida, y teniendo en cuenta que nunca tuvo demasiado dinero (vivió de la herencia de sus padres, de lo que le daban sus tías y de los pocos trabajos que cobraba), viajó por todos los lugares de su país que pudo y llegó a pisar incluso Canadá (sus planes de visitar Inglaterra y otras zonas de Europa por desgracia se quedaron en planes).

Además, y esto es algo que no se sabe todo lo que tendría que saberse, Lovecraft, que la mayor parte de su vida fue un conservador estricto y por momentos enfermizo, viró en sus últimos años a unas ideas de izquierdas. Muy particulares y pasadas por su filtro, sí, pero de izquierdas. 

Y como falleció antes de llegar siquiera a la mediana edad, no podemos saber cómo habría evolucionado en el futuro, pero este giro está ahí, y probado.

Roberto García-Álvarez desgrana, año por año y obra por obra, su vida y su carrera. Desde su infancia hasta su muerte. Escrito por escrito, viaje por viaje, época por época. Sus crisis de salud, sus visitas a amigos, las fiestas en las que estuvo (sí, fue a fiestas también), su desastroso matrimonio y su etapa de vida en Nueva York. Todo.

Como he dicho, el trabajo que este autor ha llevado a cabo ha tenido que ser abrumador. Un mérito increíble. Por eso este libro es tan fantástico.

Mientras narra lo que fue la vida de Lovecraft, nos regala además lúcidas apreciaciones de su tiempo, de su pensamiento, de los significados que plasmaba en sus relatos, de sus incoherencias ideológicas y políticas, de su desprecio por la religión y su racismo, de su obsesión por todo lo inglés (tenía idealizado al país de sus ancestros) y su odio por la cultura mercantilista norteamericana, de su amor por su Providence natal y por su ya rancio y decadente pasado señorial, de su mundo interior basado en la sensación de sentirse desprotegido en la vida y en el universo que le llevó a crear los monstruos y entes que ya conocemos tan bien.

"El caminante de Providence" se bebe en un vuelo, a pesar de que es un libro grande, extenso, de muchas, muchas páginas (deliciosas todas). 

Me parece la biografía definitiva del creador de Cthulhu y creo que todo amante de su obra debería tenerla (por cierto, viene con un prólogo de S.T. Yoshi, el mayor experto en el autor que existe: un lujazo total).

No solamente esclarece esta mencionada obra las circunstancias en la que fue creado cada uno de sus relatos, sino que esclarece lo que fue realmente la vida de un escritor que, como todos, era hijo de su tiempo, pero que tampoco era tan asocial, tan misántropo y tan inhumano como se lleva pensando décadas que fue.