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jueves, 6 de agosto de 2020

CICLO PIRATAS DEL CARIBE IV. EN MAREAS MISTERIOSAS


"Piratas del Caribe. En mareas misteriosas" me gusta más que la segunda y la tercera parte de esta ya extensa saga. Esencialmente, porque tras aquellas dos películas más oscuras, graves y épicas se retorna al concepto aventurero con menos pretensiones de la primera entrega, que es el que creo que define su esencia.

Tenemos una historia nueva, desgajada en gran parte de la trama de aquellas, en la que repiten solamente Jack Sparrow y el capitán Barbossa (y algún secundario más) y que está basada (muy libremente) en la novela "En costas extrañas" de Tim Powers.



Gore Verbinski deja la saga para pasársela a Rob Marshall, un director que puede ser irregular pero que desde luego intenta aportarle un cierto toque de autor al filme.

"Piratas del Caribe. En mareas misteriosas" sigue como he dicho las aventuras de los eternos Jack Sparrow y el capitán Barbossa y nos introduce a nuevos personajes como Angelica (Penélope Cruz), la novieta del primero, y como el capitán Barbanegra (Ian McShane), el nuevo villano de la función (el cual me parece extremadamente carismático y el cual creo que ha quedado bastante olvidado en la saga).


Se echan en falta, eso sí, a muchos de la anterior trilogía: no sólo a los básicos Will y Elizabeth, sino también a algunos secundarios entrañables. Pero bueno, teniendo en cuenta que esta película es casi un spin-off de Sparrow y Barbossa, se le perdona (además, la mayoría volverían para la quinta parte).

La trama, si bien es simple y puede resultar predecible (en muchos sentidos es un refrito de lo que hemos visto en las anteriores tres películas con algunos elementos descaradamente repetidos) está bien llevada y tiene ritmo, aunque es cierto también que a la película le sobran por lo menos veinte minutos de metraje que no aporta nada (el prólogo es largo, larguísimo).


Se echan en falta, eso sí, a muchos de la anterior trilogía: no sólo a los básicos Will y Elizabeth, sino también a algunos secundarios entrañables. Pero bueno, teniendo en cuenta que esta película es casi un spin-off de Sparrow y Barbossa, se le perdona (además, la mayoría volverían para la quinta parte).

La trama, si bien es simple y puede resultar predecible (en muchos sentidos es un refrito de lo que hemos visto en las anteriores tres películas con algunos elementos descaradamente repetidos) está bien llevada y tiene ritmo, aunque es cierto también que a la película le sobran por lo menos veinte minutos de metraje que no aporta nada (el prólogo es largo, larguísimo).


Se nota, como he dicho, que Marshall intenta hacer un producto personal, y esto se ve claramente en la romántica y atormentada subtrama del cura y la sirena, que, sin embargo, no aporta nada al conjunto y se volatiliza de golpe, como las otras subtramas.

También está muy cuidada la ambientación y las escenas de acción, excelentemente coreografiadas por este director experto en musicales, son sobresalientes.

"Piratas del Caribe. En mareas misteriosas" es un retorno acertado al estilo fresco, aventurero y más cómico y menos épico de la primera parte de la franquicia. En general, es, pienso, una entrega muy olvidada que creo que gana con el tiempo a pesar de sus fallos y que pienso también que debe ser revalorizada.


viernes, 5 de junio de 2020

NINE. ACTRICES IMPECABLES, FACTURA IMPECABLE Y PELÍCULA POCO INTERESANTE


Desconozco cómo es el musical original de "Nine" de 1982, así que sólo voy a limitarme a hablar de la película, la tercera del amante de los musicales Rob Marshall.

En su faceta de musical técnicamente hablando podemos decir que esta película es absolutamente impecable; sin embargo, y a pesar de los soberbios números que se marca, a mi por lo menos me parece algo olvidable como conjunto.


Ya he dicho que técnicamente "Nine" es maravillosa, y es todo un lujazo ver a su plantel de actrices luciéndose frente a las cámaras cantando y bailando como lo hacen.

También es estumilante el homenaje en todos los detalles que se hace al director italiano Federico Fellini y a su mítica "Ocho y medio", en la que está basada la obra, así como al cine italiano en general y también a los musicales de Broadway.


Sin embargo, la película funciona... a medias. ¿Por qué? Porque o su historia no es lo suficientemente interesante (hoy ya por lo menos), o porque sus personajes a pesar de sus actuaciones estelares no son más que cartones (no se desarrollan mucho más allá de esa actuación, cosa que no ocurre en la mencionada "Ocho y medio") o porque simplemente lo que la cinta pretende es ser una colección de momentos estelares y nada más (pero esto tiene su problema, claro).

No puedo decir que es un filme fallido porque como colección de postales musicales es precioso y, sobre todo, porque sería injustísimo para un reparto estelar femenino (y también masculino, pero femenino sobre todo) que brilla con luz propia y que se merecía un enorme premio para cada componente.


Marion Cotillard, Penélope Cruz, Nicole Kidman, Judi Dench, Kate Hudson, Stacy Ferguson (Fergie) y Sophia Loren destrozan la pantalla con sus voces y sus números y, por supuesto, las acompaña una banda sonora maravillosa. El siempre magnífico Daniel Day-Lewis hace también lo propio en el lado masculino, por otra parte.

"Nine" fue un fracaso estrepitoso tanto de taquilla como de crítica. Tal vez si se hubiese llevado a la pantalla en los mismos años ochenta en los que se estrenó en las tablas o incluso en los noventa hubiese funcionado.


lunes, 24 de febrero de 2020

MEMORIAS DE UNA GEISHA. UN PASTICHE DE JAPÓN MADE IN HOLLYWOOD


Después de rodar el musical "Chicago", Rob Marshall realizó esta polémica película basada en el best seller homónimo de Arthur Golden.

Inspirada en las más esplendorosas cintas de los grandes clásicos hollywoodienses, al igual que la mencionada "Chicago" (a Marshall le encanta el homenaje estético a estos clásicos y a los del cine europeo: lo volvió a demostrar en "Nine"), "Memorias de una geisha", para unos buena y para otros horrible, presenta una historia de rasgos intimistas sobre el mundo de las geishas en el Japón de la primera mitad del siglo pasado que comete el error de inventarse un montón de cosas sobre este mundo.


¿El objetivo? Transformar lo que debería haber sido una historia típicamente japonesa en una historia típicamente americana en la que no falta incluso una escenita de corte musical y de cierto aire cabaretero-oriental (muy bonita, por cierto, a pesar de lo descolcoada que está).

Bueno, es ciertamente muy criticable este hecho, del que viene la mencionada polémica, más alimentada por el hecho (valga la redundancia) de que la mayor parte del elenco femenino de la película no es japonés, sino chino, lo que en su día generó hasta disputas entre internautas de ambos países por sentimientos nacionalistas, por confusiones entre las definiciones exactas de geisha y prostituta y por el recuerdo de las masacres japonesas en China durante la Segunda Guerra Mundial.


Polémicas y líos aparte, pienso que es cierto que "Memorias de una Geisha" es también como he dicho un homenaje al cine clásico de Hollywood, como lo era "Chicago", y en el que prima tal vez el aspecto estético, primorosamente llevado y cuidadísimo, con unos escenarios portentosos y evocadores, una fotografía brillante y un vestuario lleno de colorido y detalles. 

No se puede negar que muchas partes del filme son un pastiche con estilo... Pero tampoco tiene prestensiones de ir más allá, y no es perfecto por centrarse más en la forma que en el fondo pero tampoco se trata de una cinta deleznable. 


Está claro que si quiero ver películas de geishas con veracidad me voy a poner a ver, por poner un ejemplo, las de Kenji Mizoguchi, y no una americanada exótica, pero la verdad es que el segundo filme de Marshall no tiene como he dicho muchas pretensiones más allá de su orfebrería visual y, por otra parte, su historia está bien llevada, con ritmo, mientras que sus personajes interesan con solvencia y están muy bien interpretados por un reparto excelente (Zhang Ziyi, Gong Li, Michelle Yeoh, Ken Watanabe... queda todo dicho).

Hay muchas películas que son divertidas y que incluso llegan a ser buenas y que se inventan parcial o completamente su trasfondo histórico o cultural, y aunque "Memorias de una Geisha" no es la octava maravilla tampoco es un filme que de vergüenza, que aburra o que insulte a la cultura japonesa (pienso) a pesar de sus muchas imprecisiones.


lunes, 27 de enero de 2020

CHICAGO. EL BRILLANTE Y DIVERTIDÍSIMO PRIMER GRAN LARGO DE ROB MARSHALL


"Chicago" supuso el debut en la gran pantalla de Rob Marshall, un excelente director plástico y de espectáculos visuales que, sin embargo, ha tenido una filmografía en general irregular.

El musical en el que se basa, creado por el gran Bob Fosse y por Fred Ebb en 1975 y representado constantemente en Broadway, está basado en una obra de teatro de Maurice Dallas Watkins, que a su vez se inspiró para escribirla en un caso real que apareció reseñado en la prensa.


Marshall, tras su también musical "Annie" para la televisión, retoma en esta película el proyecto del prematuramente fallecido Fosse (que pensaba adaptar su propia obra para el mundo del celuloide una vez más) y entrega un musical lleno de encanto que, con una trama tremendamente simple y directa, se erige como una divertidísima sátira de la sociedad estadounidense de finales de los años veinte cargada de ritmo y de geniales números.

La dirección es brillante en todos los aspectos: lleva un pulso excelente desde el primer minuto hasta el último, los mencionados números están cargados de inventiva y la ambientación de la época es riquísima, mientras que su caracterización vodevilesca imprime una entrañable aura de irrealidad y nostalgia al conjunto.


El reparto también se encuentra en total estado de gracia: Renée Zellweger, Catherine Z. Jones y Richard Gere simplemente deslumbran con sus apariciones, mientras que los secundarios (entre los que destacan Queen Latifah, John C. Reilly o Lucy Liu) terminan de redondear la historia con sus también magistrales shows (hay que decir que todos los intérpretes cantaron y bailaron sin ayuda de dobles, lo que es verdaderamente admirable pues casi ninguno tenía gran experiencia en estos campos).

"Chicago", obra tan ligera y fresca como por momentos irónica, tan lúdica como autoral, tan cínica como entrañable, es un magnífico espectáculo lleno de homenajes a grandes clásicos del género (especialmente en su estética y en sus personajes conscientemente estereotipados y caricaturizados). Un entretenimiento artístico de primera.