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viernes, 27 de mayo de 2022

PUNISHER MAX DE JASON AARON. EL CIERRE PERFECTO PARA EL FRANK CASTLE REALISTA

PUNISHER MAX de Jason Aaron y Steve Dillon - De 2010 a 2012 - ("Punisher Max")

La primera etapa de "Punisher Max", comentada en este blog y llevada maravillosamente por Garth Ennis y por un surtido fantástico de diversos dibujantes, me parece una de las grandes joyas imprescindibles del cómic de Marvel y del cómic negro a grandes rasgos.

En este sello de la compañía llamado "Max" Ennis y los demás autores, tanto sucesores suyos en el guión como encargados de los lápices, tuvieron plena libertad para operar con personajes de la compañía en un mundo independiente, ajeno a su continuidad y totalmente realista donde no había ningún superhéroe y donde solamente estaban Punisher y Nick Furia (junto a algunos secundarios digamos "menores" de la franquicia).

En esa primera gran saga de "Punisher Max" Ennis elaboró una gigantesca, completísima y despiadada historia donde, además de Frank Castle, la protagonista era la geopolítica pura. 

En un "noir" brutal y sin concesiones (porque además era una serie violenta, violentísima: como no he visto en Marvel prácticamente nunca) encontrábamos retratos críticos de la guerra, del terrorismo, del terrorismo de estado, de la corrupción, de la violencia atávica o de diversas conspiraciones políticas donde se tocaba desde el drama de Vietnam pasando por el de Afganistán o el de Irlanda del Norte (además de otros asuntos ya en los USA como el de la mafia o la policía podrida).

Tras la marcha de Ennis, otros autores se encargaron de nuevas etapas más cortas de esta serie (como Duane Swierczynski y Victor Gischler). Por desgracia, no las he podido leer porque están más difíciles de conseguir y son menos conocidas (aunque me han hablado muy bien de ellas). 

Jason Aaron fue el encargado de efectuarle un cierre al personaje a partir de 2010 en una saga también más corta que la de Ennis pero que mantuvo toda, absolutamente toda la esencia de lo que él creó (y que además vino dibujada por Steve Dillon).

El "Punisher Max" de Jason Aaron es, como el del creador de "Predicador" y "The Boys", otra obra maestra absoluta que nos regala muchos de los mejores momentos del cómic negro de la historia. Así de claro.

Aaron sí deja a un lado una de las marcas de la casa de Ennis: la geopolítica. Su aventura con Frank Castle tiene lugar en su entorno más directamente cercano, el norteamericano, el de su ciudad, para centrarse en una historia de mafias, de poder, de enfrentamientos sangrientos y de lucha por la justicia (por la justicia desde los ojos de Punisher, claro).

El autor de "Scalped" elabora un cierre perfecto del personaje y, acertadamente, pienso, se marca como objetivo la "historia emocional" (y no solamente del protagonista, sino también de sus adversarios y de otros secundarios que le rodean). 

Y esta "historia emocional" es, como esperarán, dura, durísima, e implacable. Frank Castle es un ser tan brutal como los enemigos a los que combate y Aaron, además, le añade una fascinante y acertada vuelta de tuerca a su historia que completa todo lo que Ennis había construido.

A su alrededor pivotan unos nuevos personajes inolvidables que no son otros que clásicos caracteres de Marvel de siempre adaptados al mundo de Max: Kingpin, Bullseye y Elektra. Los tres, pasados por un prisma realista, dan verdadero miedo pero también tienen motivaciones muy creíbles, muy humanas (muy oscuras pero muy humanas). En especial, Kingpin es una maravilla en su desarrollo.

El dibujo claro y expresivo, intransferible, de Steve Dillon, los retrata en toda su monstruosidad y los equipara con su enemigo mortal en un baile demencial de sangre y muerte. Es un dibujo menos oscuro que los de las sagas de Ennis del personaje, pero creo que igualmente le viene como anillo al dedo.

"Punisher Max" de Jason Aaron me parece una obra maestra que completa una de las series de viñetas más espectaculares de los últimos tiempos. Para mí, imprescindible, especialmente si disfrutaste de la mencionada etapa de Garth Ennis.

jueves, 28 de noviembre de 2019

LA HERENCIA DE LA IRA. OTRO VIAJE A LA VIOLENCIA ATÁVICA DE LOS USA DE AARON


"La herencia de la ira" es una fantástica obra corta de Jason Aaron publicada, en sus cinco números, entre octubre de 2014 y febrero de 2015. Una obra corta en la que vuelve a uno de sus escenarios predilectos, la Norteamérica profunda, para narrar una de sus historias predilectas, una historia de violencia atávica.

Emparentada en temática y en estilo con cómics suyos como "Scalped" o "Paletos cabrones", narra la historia de una familia destrozada generación tras generación por la ira que nombra el título (el real y más acertado es sin embargo "Men of Wrath").


Ésta ira es una de las características de gran parte de lo que ha sido la historia de los Estados Unidos desde incluso antes de su fundación como país conglomerado: es algo que viene de fábrica, de lo que no se puede escapar.

Su protagonista se llama precisamente Ira Rath, y es un matón sin escrúpulos, asesino, sin moral y lleno de odio por todo y por todos, por la vida.

Casi toda la historia la narra él, enfermo de un cáncer de pulmón que en breve tiempo se lo va a llevar a la tumba, lo cual no le impide terminar con una última misión que tiene algo que ver con los restos que han quedado de su vieja familia.


"La herencia de la ira" está basada en vivencias del propio árbol genealógico de Jason Aaron. Al parecer, su abuelo, Ira Aaron, mató a un hombre durante una discusión por unas ovejas. 

No esperen argumentos fáciles ni masticados en este cómic. El creador de "Scalped" nos encara de nuevo ante una fábula tremendista donde todos los personajes son una pura escala de gris. No hay maniqueísmo ninguno y ni una sola concesión a lo simple.


Una vez más, una obra de Jason Aaron resulta incómoda y capaz de poner nuestra moralidad a cien revoluciones por minuto.

La trama, mitad presentación de personajes y mitad violencia brutal y sin concesiones, es directa y ágil, cortante y muy cinematográfica. También está cargada de acción y contiene escenas explosivas para el recuerdo.


Y el dibujo de Ron Garney hace el resto. Dinámico y sobrio, pero lleno de detalles, de realismo y de geniales juegos de claroscuro, es una delicia para los amantes del mejor thriller y, también, del mejor western.

"La herencia de la ira" es un cómic corto, pequeño, de un único tomo, pero es otro trabajo magnífico de Aaron: otro viaje descarnado a una Norteamérica profunda que parece perdida en sus propios demonios pero que es a pesar de todo un lugar lleno de humanidad desbocada, en su parte buena y en su parte mala. Recomendable.


jueves, 14 de marzo de 2019

SCALPED. NADA ES BLANCO, NADA ES NEGRO; TODO CAMBIA, PARA MAL Y PARA BIEN


Dicen muchos que "Scalped" es algo así como la "The Wire" de los cómics. No sé qué diría yo, porque no creo que haya una "serie suprema" ni un "cómic supremo" ni una "obra suprema" de algún campo, que es lo que se da a entender demasiadas veces cuando se habla de la creación de David Simon (la cual adoro, por cierto).

Sí que tienen algunas cosas en común, aparte de su género: el thriller social. Ambas desarrollan un "río de la vida". Ambas retratan a toda clase de personajes en un entorno hostil, y ambas son despiadadas a la hora de dibujar el mundo actual.


"Scalped" es polémica. Graba con un cincel la vida en una reserva india que se pudre en la corrupción. Y pone a parir a los indios que viven en ella. Pero también a los blancos, a los "buenos americanos". Y a los negros. Y a todos.

"Scalped" no es sencilla. Es una escala de grises total y absoluta, como la vida misma. Huyan de ella los que quieren buenos absolutos y malos absolutos o los que piensan que los opresores siempre son los mismos. Huyan, porque Jason Aaron, su creador, no es complaciente con nadie, y ni busca serlo.


Este cómic es tan universal como lo es "The Wire": trata todo tipo de asuntos. La violencia, la corrupción, las adicciones, la droga, la prostitución, la política y sus incongruencias, la pobreza, la redención, la integridad, la venganza, las relaciones familiares, la amistad, la justicia, los extremismos, la homofobia, el machismo, el racismo, el clasismo. Y puedo seguir.

Y, ante todo, es un cómic, pienso, sobre las segundas oportunidades. Sobre el cambio que experimentan las personas: para mal y también, sorprendentemente, para bien.

Porque "Scalped" es oscuro, sórdido, brutal, sin concesiones, pero también es luminoso, esperanzador, precioso, inesperado.


Su historia es una historia que duele, en la que todos estamos reflejados de una forma u otra. Sus personajes, inolvidables todos, somos nosotros o la gente que conocemos: aquí de verdad, sin ninguna duda. "Scalped" es realista y humana cien por cien.

Me he estremecido con esta obra. Se me han saltado las lágrimas, y no es "postureo". Sus seres me han calado, si historia me ha marcado, y su ritmo frenético me ha atrapado.


Escenas para el recuerdo me quedo con miles. Y con personajes, ídem. Caballo Terco, Cuervo Rojo, Gina, Carol, Dino, el agente Caído, "Diesel", Nitz. Y con su trama, subyugante: no pude parar de leer en varios días.

"Scalped" es una obra maestra del cómic norteamericano. Jason Aaron, un gran escritor. Y los diversos dibujantes que le acompañan, también: todos se adecuan al tono sucio, frío, tajante, polvoriento, que demanda. R.M. Guéra y Davide Furno, soberbios.

No se pierdan esta genialidad. Es de diez en todo, en absolutamente todo. Y nos hace pensar, nos hace ser mejores personas.