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martes, 30 de abril de 2024

VAN HELSING. UNA IDEA ATRACTIVA QUE ACABA SIENDO UN BODRIO INFUMABLE

VAN HELSING de Stephen Sommers - 2004 - ("Van Helsing")

En su día, "Van Helsing" podría haber resultado una película interesante: una aventura en solitario del mítico cazador de Drácula en su juventud, dirigida además por Stephen Sommers, el director de esa joya que es "La momia" de 1999 (de las pocas obras cinematográficas que logró resucitar el estilo de Indiana Jones) era a priori atractiva. 

Con un Hugh Jackman recién estrenado en los X-Men y una Kate Beckinsale que ya había más o menos dado el pego como heroina de acción en la primera "Underworld" (que era mala pero también era la menos mala de su interminable y horrible saga). Apetecible todo, ¿no?

Por desgracia, "Van Helsing" fue un bodrio infame: una película de acción con toques de terror con una ambientación que era una mala copia y refrito del rollo de Tim Burton (sin personalidad) y del famoso videojuego "Castlevania" (sin personalidad de nuevo). 

Hubo que sumar personajes baratos, planos y llenos de topicazos, villanos sin maldita la gracia, diálogos pestosos, efectos especiales basados en la acumulación cutre y una trama lamentable en la que van entrando de golpe y porrazo todos los monstruos clásicos, desde el mencionado Drácula a Frankenstein pasando por el Hombre Lobo o el Doctor Jekyll y su alter-ego Mr. Hyde. Todos juntos y revueltos por la cara y sin sentido ninguno. 

Y por supuesto, que nadie se espere una conexión mínimamente coherente con algo siquiera parecido a la novela de Bram Stoker de la que sale Van Helsing. 

En conjunto, "Van Helsing" es absolutamente terrible. Y es una pena, de verdad, que ideas a priori buenas dentro de lo que es el género de aventuras se tiren por la borda de tan mala manera y terminen en engendros que no valen ni para mero entretenimiento. No sé qué le ocurrió a Stephen Sommers para meter semejante patón (tristemente, luego vino la primera "G.I. Joe", en la que repitió resbalón de los gordos).

domingo, 22 de mayo de 2022

MAD MONSTER PARTY. UNA MARAVILLA DEL STOP MOTION TOTALMENTE OLVIDADA

MAD MONSTER PARTY de Jules Bass - 1967 - ("Mad Monster Party")

Poco conocidos en líneas generales, aunque cada vez más revalorizados, Arthur Rankin Jr. y Jules Bass fueron dos grandes maestros y pioneros de la animación moderna. Fundaron en 1960 la empresa Rankin/Bass Productions, que se dedicó a trabajar principalmente en series de televisión y sobre todo en especiales televisivos estacionales (muchos de ellos navideños). 

A pesar de todo, ambos animadores realizaron obras más personales y fantásticas tanto en "stop motion" como en animación tradicional. 

No fueron tan prolíficos en este tipo de creaciones y la necesidad de dirigir más obras puramente comerciales y de encargo les dejó menos espacio para ello. Sin embargo, sí que dejaron maravillas como la comentada y genial "Mad Monster Party", la primera adaptación de "El Hobbit" de J.R.R. Tolkien y la adaptación de el tercer libro de "El Señor de los Anillos", "El retorno del rey"; "El vuelo de los dragones", "El último unicornio" o "El viento en los sauces". 

También trabajaron en series como "The Jackson Five", "The Osmonds", "Thundercats" o "Los Halcones Galácticos". 

Tristemente, el estudio de la pareja artística cerró en 1987. Arthur Rankin Jr. murió en 2014, mientras que Jules Bass se dedica desde finales de los ochenta a escribir libros infantiles y juveniles.

"Mad Monster Party" es una absoluta maravilla de la animación que luce, en el año 1967, una técnica de "stop motion" que nada tiene que envidiar a la de películas que le sacan cerca de treinta años como "Pesadilla antes de Navidad". 

Unida a su riquísima animación, llena de detalles y de escenarios magníficos, viene una historia delirante que homenajea con cariño a los grandes monstruos del terror de todos los tiempos: en una velada especial a la que el Barón Frankenstein invita a todos sus compañeros para anunciar que se retira de la presidencia del "Consorcio de los Monstruos", estalla una lucha de egos y también de conspiraciones para ver quién se queda con todo el poder en este vacío repentino. 

Asuntos como el amor, la marginación del diferente, la condición de freak, la lealtad o la avaricia y la ambición desmedida se dan cita en una obra con diálogos inteligentes y con un toque negro muy divertido y también siniestro que junta en una misma mansión al mencionado Frankenstein y a todas sus creaciones, a Drácula, a la Momia, al Doctor Jekyll y a Mr. Hyde, al Hombre Lobo, a la Criatura del Pantano, al Jorobado de Notre Damme, al Hombre Invisible, a King Kong o a robots y zombies. 

"Mad Monster Party" estuvo dirigida solamente por Jules Bass, pero su inseparable compañero Arthur Rankin Jr. estuvo también implicado en el proyecto, uno de los más personales e inolvidables de su estudio conjunto. 

Esta película permanece hoy muy, muy olvidada. Sobra decir que es del todo injusto y que merece ser revalorizada sin cesar. No se la pierdan. Es una joyita del cine de animación de todos los tiempos.

jueves, 22 de abril de 2021

PENNY DREADFUL. BELLÍSIMA Y CON CARISMA, PERO CON UNA TRAMA DESASTROSA

PENNY DREADFUL de John Logan - De 2014 a 2016 - ("Penny Dreadful")

Hoy me toca poner a parir uno de esos productos que, en general, es amado con pasión y que a mí no me gusta nada: "Penny Dreadful" (la primera serie, la original).

Creada por el escritor y guionista californiano John Logan, esta serie es un homenaje a la época victoriana inglesa y a muchos personajes literarios famosos de este momento. Su nombre hace referencia a las publicaciones llamadas de esta forma, que solían ser historias cortas en fascículos que se vendían por un penique (y que solían también ser del género terrorífico o de misterio).

"Penny Dreadful" tuvo un periplo muy accidentado que condicionó, especialmente, su tercera y última temporada. Según he leído, la audiencia nunca llegó a ser del todo buena con ella, a pesar de que la crítica sí. Esto hizo que tuviese que ser cerrada de forma apresurada. No se quedó a la mitad, aunque su desenlace es muy, muy discutible.

A mí no me convenció ya desde la segunda temporada, la cual me parece verdaderamente infumable. Creo que el guión de "Penny Dreadful" es malo. Está mal dispuesto, mal hilado, y en especial sus personajes están muy mal construidos, muy deslabazados y mal aprovechados.

Tenemos a un grupo de caracteres sacados de la literatura muy bien representados e interpretados con carisma por actrices y actores excelentes, tanto los protagonistas como los antagonistas. Tenemos un mundo victoriano mágico donde se relacionan. Sí, se parece todo mucho a "La Liga de los Caballeros Extraordinarios" de Alan Moore: de hecho, fue una de las críticas más sonadas que la serie cosechó en el momento de su salida.

No obstante, la idea es buena (y lo cierto es que hoy en día está ya todo inventado). Y además, visualmente la serie es maravillosa. Desde los escenarios a los vestidos pasando por la ambientación o las escenas de acción. Todo es rico, detallista, bello. Lástima que el guión no acompañe, como he dicho.

"Penny Dreadful" es errática. Muy errática. No sabe a dónde va, y esto ocurre ya casi desde la primera temporada, la más potable. Los personajes se relacionan titubeantes, los villanos tienen motivaciones poco definidas, y los giros de guión suelen ser, muchos, improvisados. 

Por otra parte, a la trama le cuesta avanzar. Y le cuesta una barbaridad. Se detiene y se detiene en momentos que la alargan y que aportan poco y no presta atención a otros que sí que son necesarios.

Este hecho se ve claro en el sinsentido total en el que están sus dos personajes más maltratados: el monstruo Frankenstein y Dorian Gray. Se pasan toda la serie (y cuando digo toda la serie es toda la serie) desgajados de los demás y, lo que es peor, sin avanzar prácticamente nada.

El primero está llorando por las esquinas en todos los capítulos. El segundo, follando con todo el mundo. Y fin. Intervienen poquísimo en la trama general y, lo que es peor, nadie repara en ellos para nada y nadie se da cuenta, ni los buenos ni los malos, de lo que tienen que aportar a ambos bandos (leches, que uno es casi invencible y el otro es directamente inmortal).

Pasan los capítulos y los dos siguen a su bola, y siguen a su bola, y siguen a su bola. Ni siquiera cuando la historia base se centra un poco en ellos entran en acción. No sé si estaba pensado que lo hiciesen y la cancelación de la serie frustró esto, pero, desde luego, su desarrollo va tan a cámara lenta si este es el caso que acaban siendo un pastiche en medio de una trama que ya de por sí tiene lagunas grandes.

Esto lo digo en lo referente a los personajes principales: si ya hablo de secundarios, la cosa es hasta peor. Lo que se hace con caracteres como Van Helsing o el doctor Jekyll directamente es de traca. No he visto concepciones y conclusiones referidas a ellos más lamentables en mucho tiempo: a personajes clásicos de la literatura mundial los tratan de la peor manera y los despachan de forma cutre, pero cutre, cutre. Esto es especialmente terrible.

Con respecto a las temporadas, la primera me parece la más potable y la segunda la peor con diferencia. La primera es una presentación: todo está fresco, todo interesa, y hay momentos excelentes (como el capítulo del doctor Frankenstein, que es una delicia y que tiene una sorpresa fantástica). 

Tiene fallos, y empieza a alargarse gratuitamente, y tiene algún momento patético (como lo que le hacen a Van Helsing) pero todavía se puede ver con agrado a pesar de todo y se presupone que sus errores son enigmas que van a ser resueltos en otras.

Luego, llega la segunda. Para mí, absolutamente intragable. Todo se detiene. Llegan villanas nuevas prometedoras que se quedan en casi nada. Empiezan tramas de amor que aportan poco. El monstruo Frankenstein sigue llorando por las esquinas y Dorian Gray sigue follando por las esquinas y siguen los dos a su bola y pasando de todo, a pesar de que a su alrededor ocurren cosas raras y chungas más que evidentes y que les implican. 

No avanza la trama. Todo es diálogo insulso, todo es drama alargado y a veces hasta gratuito, todo es "ahora vamos a por las malas, ahora no, y para el siguiente capítulo". Y así, llegamos al final, donde todo se resuelve a toda prisa (aunque por lo menos pasa algo: algo). Aquí, me costó seguir la serie, lo reconozco.

En la tercera sin embargo, que suele ser la más odiada, incluso por los fans, para mí mejora todo. ¿Por qué? Porque a pesar de su cancelación, hay cambios. Nos movemos. Los personajes evolucionan y entran otros nuevos que sirven para algo. Vamos de un escenario a otro y hasta salimos de Inglaterra. Entra por fin el villano que estábamos esperando.

Sí, definitivamente la tercera temporada me parece mucho, mucho más interesante que la segunda en todos los aspectos. Lástima que, como he señalado, es cerrada de golpe y de muy, muy malas maneras.

Todo acaba porque sí, de forma gratuita, y se quedan todas las subtramas abiertas, y casi todos los personajes abiertos, y casi todas las amenazas flotando en el aire. Se nota la cancelación, aunque se haya hecho un esfuerzo para cerrar la cosa de la mejor forma posible.

"Penny Dreadful" me parece una mala serie. Preciosa en lo visual pero desastrosa en lo argumental y hasta en lo narrativo. No sabe a dónde va casi nunca y tiene fallos de guión y de desarrollo de personajes garrafales. También tiene carisma, ojo, y algunos pocos capítulos excelentes. Pero en mi opinión, esto no la salva de la quema.

Mañana reseñaré "Penny Dreadful: City of Angels", una segunda serie que se hizo basada en ésta y que parece mucho, muchísimo mejor (por desgracia, también quedó cancelada, y esta vez tras una primera y única temporada).

martes, 15 de octubre de 2019

FRANKENSTEIN. EL MODERNO PROMETEO SIGUE SIENDO TOTALMENTE MODERNO


La semana pasada comentaba la novela de "Drácula" y, ésta, voy a hacer lo propio con la de "Frankenstein". Los dos monstruos se han convertido por méritos propios y gracias a las mil versiones que han tenido y siguen teniendo en las dos figuras de este panteón mítico más famosas.

La historia del verano de 1816, en el que Mary Shelley y su marido Percy Bysshe Shelley visitaron a Lord Byron en su mansión Villa Diodati, en Suiza, y de la que surgió "El vampiro" de John Polidori, que estaba allí también alojado, es de sobra conocida ya.


En estos días de intercambio de ideas, de lecturas de cuentos de fantasmas y de relaciones que no acabaron del todo bien entre los presentes surgió la idea de "Frankenstein", que fue publicada ya completa en 1818 y tras modificaciones de Percy a una versión primera del año anterior. Posteriormente, en 1831, Mary reescribió la que sería la obra final y definitiva.

En aquel siglo XIX de Revolución Industrial, la autora, basándose en teorías entonces célebres que afirmaban que se podían revivir cuerpos muertos utilizando la electricidad, creó a su famoso ser monstruoso, que cambiaría la literatura gótica para siempre.


En un estilo duro, crudo, tajante, a veces violento, pero siempre poderosamente evocador, "Frankenstein" narró una historia tan sugestiva como polémica. 

Vino acompañada con el subtítulo de "El moderno Prometeo" en alusión al titán de la mitología griega que robó el fuego para dárselo a los mortales y que por ello se enfrentó a los dioses. Esquilo era uno de los autores que Mary Shelley más admiraba.


Este Prometeo del siglo XIX era sin embargo castigado por su propia creación, que aparecía humanizada de una forma estremecedora, como un ser perdido, nacido de golpe, aberrante, condenado a la soledad y al escarnio y a vivir eternamente maldito por algo de lo que no tenía culpa.

Aunque ciertamente inspirado en el Satán de "El paraíso perdido" de John Milton, el monstruo de "Frankenstein" es una creación propia e insustituible de Mary Shelley, que con su imaginación desbordante realizó una alegoría sobre el lado oscuro del poder científico, personificado en su "padre creador", un doctor ambicioso hasta lo delirante que cree que puede dominar a la naturaleza a su antojo.


Esta novela es moralista, y sigue teniendo, a pesar de su malditismo, una poderosa influencia de la moral, valga la redundancia, cristiana (estamos en 1817, no lo olvidemos).

Es también, sin embargo, y yo lo veo claramente, un toque de advertencia muy lúcido en tiempos de la primera Revolución Industrial, la cual traería unos avances impresionantes que cambiarían para siempre a la humanidad pero que también generaría mucho sufrimiento a muchas personas.


El capitalismo de entonces, diferente del actual pero esencialmente inhumano, soberbio y apoyado en una utilización de la ciencia tan optimista como prepotente, es puesto en la picota, así como el uso irresponsable de la mencionada ciencia y también de la tecnología.

El tema central de "Frankenstein" lo seguimos viendo hoy por todas partes. Está en mil creaciones de todo tipo, desde en nuevas versiones de esta historia hasta continuaciones y pastiches pasando por obras como "Watchmen" o "Parque Jurásico", que comparten dicho tema aún siendo totalmente diferentes.


Y actitudes como la de Victor Frankenstein nos recuerdan poderosamente a, por ejemplo, las de esas personas que creen hoy que, en plena lucha contra el Cambio Climático, el ser humano es un dios que está por encima de todas las cosas. Mary Shelley fue una precursora increíble y una maestra de la metáfora y de la alegoría.

Este moderno Prometeo configura uno de los mitos básicos de la literatura. Va más allá de la historia de terror, más allá del drama gótico, para despuntar y erigirse como una advertencia que tiene total vigencia en nuestros días y cuyos parámetros no dejan de ser imitados.


sábado, 16 de febrero de 2019

FRANKENSTEIN POR JUNJI ITO, O EL ETERNO DEBATE DE LA MEJOR ADAPTACIÓN


En los últimos años, y por méritos propios, el japonés Junji Ito se ha hecho con un podio básico en el cómic de terror moderno. Y no es para menos: no solamente sus historias son terriblemente perturbadoras, sino que su dibujo es una auténtica delicia, su recreación ambiental es soberbia y sus diseños de monstruos y seres extraños de toda clase ponen los pelos de punta.

Sólo hay que catar obras como la espléndida "Uzumaki" o la escalofriante "Gyo", amén de sus historias cortas, para comprobarlo.


Hoy, sin embargo, voy a hablar de una de sus publicaciones menos conocidas, tal vez, pero más interesantes a la par que fallidas: la adaptación de "Frankenstein" de Mary Shelley.

Con respecto al mítico monstruo ocurre algo parecido a lo que ocurre con el "Drácula" de Bram Stoker: sus adaptaciones, la mayoría de ellas, y son muchas para muchos medios, no siguen casi ninguna la historia de las novelas con fidelidad.


Es algo de lo que los fans del terror siempre se han quejado. Junji Ito se plantea con su versión del resucitado una adaptación totalmente fiel. Cien por cien. ¿Es éste el Frankenstein que estábamos esperando? Pues desgraciadamente, no.

El autor japonés, a pesar de tener algunos guiones algo deficientes (creo que funciona mucho mejor en la historia corta y como creador de monstruos y conceptos retorcidos y originales), es un genial retratista de ambientes enrarecidos, de atmósferas demenciales, de historias brutales y de imaginativas pesadillas que nos persiguen cuando nos vamos a la cama.


Aquí, falla precisamente al coger letra por letra a la creación de Shelley. Nos hemos pasado décadas esperando un Frankenstein fiel y resulta que, cuando llega, es bastante lineal y deshumanizado.

Porque Ito no tiene margen para experimentar, ni para darle su visión personal al mito. Se limita a calcar, y punto. Y aunque su dibujo es impecable, como siempre, el cuerpo carece de interés para cualquiera que quiera algo más que una fotocopia de un libro en viñetas.


El que posiblemente sea uno de los autores de cómics más originales que ha dado su país, fracasa cuando se encorseta en un intento loable y respetuoso pero que finalmente queda totalmente maldito y empantanado en lo formal. Siendo digno y correcto, éste "Frankenstein" es también decepcionante y descafeinado.

Debate abierto: ¿Cómo deben ser las adaptaciones? ¿Cómo trasplantar algo, nunca mejor dicho en este caso, de un medio a otro manteniendo a la vez la esencia o aportando algo nuevo? ¿Cuál es la adaptación perfecta? ¿Sacrificamos el origen de los mitos para gustar a todos o para sorprender a toda costa? ¿O nos quedamos en la orilla segura sin arriesgar nada cuando trabajamos con la obra de otro autor?