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martes, 6 de octubre de 2020

DRÁCULA. INNOVAR SIEMPRE ESTÁ BIEN; INNOVAR HACIENDO UN REFRITO, NO

DRÁCULA de Steven Moffat y Mark Gatiss - 2020 - ("Drácula")

A estas alturas, cualquier adaptación de una obra como "Drácula", que  ha sido llevada tantísimas veces a tantos medios, va a ser, pienso, polémica.

Si calca a la novela de Bram Stoker (aunque realmente no hay muchas que lo hagan), será criticada. Si innova y se pasa, digamos, de la raya, será criticada.

En este sentido, "Drácula", la última serie de Steven Moffat y Mark Gatiss, pertenece al segundo grupo. Se arriesga, y mucho. Lo cual es de agradecer, pienso. Eso sí, al arriesgar también hay que "ganar": no vale cualquier innovación más o menos radical para salvar un producto por ciencia infusa.

El dúo creador ya tiene un sello propio: llevar obras clásicas de la literatura a nuestros días o darles una relectura o una reinterpretación. Lo hizo Moffat en solitario con la excelente "Jekyll" y lo hizo de nuevo con Gatiss en "Sherlock", que hasta su última temporada fue una serie absolutamente magistral.

Su "Drácula" tiene solamente tres capítulos, los tres muy, muy diferentes entre sí, y en cada uno de ellos se trata de dar una vuelta de tuerca al mito (y en cada uno de ellos más desquiciada, de forma consciente).

Hay que decir que el aspecto técnico y ambiental está cuidadísimo en los tres, y que el plantel de actores y actrices es excelente. 

En especial, Claes Bang como Drácula está inmenso y Dolly Wells como la particular Van Helsing de la historia también. Los dos se comen la pantalla y mantienen en todo momento un duelo tenso y brutal, carismático y con garra.

Ahora bien, la trama es un desastre, y su tratamiento también. Y esto tira por el suelo todo el resto del buen hacer de Moffat y Gatiss en estos dos aspectos. 

El problema de este "Drácula" de 2020 no es que innove demasiado o que ponga al espectador ante giros radicales. Eso lo han hecho miles de Dráculas antes: casi desde el inicio de la historia del cine el personaje célebre de Stoker ha sido volteado y vuelto a voltear con resultados de todo tipo.

El problema de este "Drácula" de 2020 es que tiene un guión terrible y ridículo, lleno de personajes que no aportan nada, de momentos patéticos y bochornosos y de huidas hacia adelante que son puras lagunas en el argumento.

Su primer capítulo es el más reconocible si se mira a la novela: la clásica y mil veces repetida visita de Jonathan Harker al apartado y siniestro castillo del conde en Transilvania. 

En este episodio, el más aceptable desde mi punto de vista, ya tenemos elementos que chirrían con respecto a la historia original. Sin embargo, se llevan bien porque hasta ahora no resultan ridículos y porque las mencionadas actuaciones y el mencionado ambiente salvan bastante la papeleta (junto a una agonía de Harker bien llevaba, todo sea dicho).

En el segundo experimentamos un cambio radical más. Ahora estamos de repente ante un thriller psicológico y de asesinatos con homenajes al más puro estilo de la gran Agatha Christie o de Arthur Conan Doyle.

Agradezco esta osadía a la hora de experimentar. Sin embargo, todo se va de las manos. La intriga es tonta y predecible, montones de personajes actúan estúpidamente y son tirados a la basura, muchos hechos son gratuitos y la resolución es absolutamente idiota. La ambientación de nuevo muy bien, pero ya está. Se masca la tragedia.

En el tercero llega el desastre final y mayúsculo. Todo se termina ya de ir al garete en un refrito lamentable de personajes de la novela y de hechos mal desplegados y peor desarrollados donde todo corre que se las pela, donde se olvidan a montones de secundarios y donde se soluciona todo con uno de los desenlaces más vergonzantes que he tenido la desgracia de ver últimamente en una serie.

Insisto: innovar está bien. Y es de agradecer, sí. Pero innovar a toda costa, no, por favor. Una cosa es leer códigos y parámetros y ajustarlos a otro contexto, y otra cosa es hacer un batiburrillo de chorradas y meterlo todo en una batidora y a ver qué sale.

"Drácula" de Moffat y Gatiss es un desastre y un horror. Va de mejor (o de "normal") a peor y de peor a mucho peor. No me cuadra que estos autores hayan podido perpetrar semejante bodrio. No es propio de lo que hasta este momento han hecho.

Algunos buenos detalles (insisto, Claes Bang y Dolly Wells están esplendorosos) no la salvan de la quema. Por lo menos, es corta.

Esta vez, el dúo que nos trajo "Sherlock" mete la pata desde el principio. Una lástima. Espero que en su siguiente producción afinen un poco más, porque esta última no hay por dónde cogerla.

lunes, 27 de julio de 2020

SHERLOCK. UNA SERIE MAGISTRAL A PESAR DE SU DESASTROSO ÚLTIMO CAPÍTULO


SHERLOCK de Steven Moffat y Mark Gatiss - De 2010 a 2017 - ("Sherlock")

A pesar de que su última temporada flojea y de que su último capítulo es horroroso, "Sherlock" me parece una de las mejores series de la última década sin paliativos.

Steven Moffat, experto en adaptaciones de personajes clásicos de la Literatura (habitualmente llevados a nuestros días) se unió con el novelista y comediante Mark Gatiss para traer esta versión moderna del detective más famoso del mundo.


"Sherlock", con sus fallos, es una delicia. Es magistral prácticamente toda ella. Y lo es basándose en una fórmula que en prácticamente todos sus capítulos funciona: cada uno adapta una novela o un relato de Arthur Conan Doyle (o partes de varios relatos) y, de repente, la trama da un giro radical que sorprende al fan del personaje para bien y que aporta una visión refrescante de sus historias.

Cada temporada tiene tres capítulos de una hora y veinte minutos de duración: son como tres películas. Y la dirección es frenética pero elegante, y se combinan a la perfección el "noir", el drama y los toques de comedia inteligente.


Son casi todos como he dicho una delicia, una joya. Redondos por norma general. Enganchan desde los primeros minutos, están llenos de sorpresas que nunca terminan, tienen un ritmo cuadrado al milímetro y adaptan perfectamente a Sherlock Holmes y a sus compañeros y villanos a nuestros días.

Benedict Cumberbatch y Martin Freeman están absolutamente inolvidables como el mencionado Holmes y su inseparable Watson. Desde el primer capítulo se meten a los espectadores en el bolsillo.

Alrededor de ellos orbitan otros tantos personajes, buenos y malos, tan carismáticos como ellos. No voy a hacer comentarios sobre los actores y las actrices que los interpretan porque podría fastidiar a quien no la haya visto todavía. Sí voy a decir que están todos geniales. Todos, absolutamente todos.


La serie, que empezó en 2010 y terminó en el reciente año 2017, se fue completando con parones, poco a poco, conforme Cumberbatch y Freeman se iban haciendo cada vez más famosos y tenían que alternarla con otros proyectos suyos para el cine o para la pequeña pantalla.

Tiene dos primeras temporadas perfectas, una tercera con ciertos puntos polémicos pero muy buena y una cuarta que se desinfla y que culmina en un como he señalado horripilante e inexplicable capítulo final. A pesar de ello, esto no lastra la que pienso que es, repito, una de las mejores series de la década.


-PRIMERA TEMPORADA. 2010

La primera temporada de "Sherlock" adapta, en tres capítulos magistrales e inolvidables, la novela "Estudio en escarlata" (en "Estudio en rosa", el primero) y los relatos "Los bailarines" y "Los planos del Bruce-Partington" en el segundo y en el tercero respectivamente (aunque hay elementos de otros y de otras novelas también en ellos).

No puede empezar mejor la serie. El episodio piloto es una obra maestra. Una vuelta de tuerca de alto voltaje, precisa, fiel a la esencia de los relatos de Conan Doyle pero con el punto justo innovador para no adaptarlos como fotocopias.


Sherlock Holmes no es del todo fiel al original. Tampoco su hermano Mycroft. Moffat y Gatiss se centran más en desarrollar a personajes ambiciosos dentro de su reducido mundo que a personajes interesados por hacer justicia. Sin embargo, el cóctel nuevo funciona, y muy, muy bien.

Watson sí es bastante más fiel, y es el contrapunto perfecto (y humano) a este Sherlock casi sociópata.


James Moriarty, el otro principal, pienso, no es del todo acertado, aunque se desarrollará en la segunda temporada. Creo que está demasiado influenciado por el Joker de Christopher Nolan, un tipo de villano que a principios de la década era muy copiado en numerosas películas y series.

Secundarios como el inspector Lestrade o la señora Hudson cumplen de sobra como las comparsas perfectas a una galería inolvidable.


-SEGUNDA TEMPORADA. 2012

El segundo tríptico de capítulos de "Sherlock", si bien como es lógico pierden cierta capacidad de sorprender con respecto al primero, mantienen el nivel no muy alto, sino altísimo.

El primero de ellos, "Escándalo en Belgravia" (basado en el grandioso "Escándalo en Bohemia") presenta a una Irene Adler inolvidable (que creo que tendría que haber aparecido más en la serie, la verdad) y en un caso retorcido, delirante, divertidísimo y que a la vez es un reto para el espectador. Magistral.

El segundo adapta "El sabueso de los Baskerville" y me parece igualmente fantástico. Traslada el famoso páramo de la novela a un ambiente militar y le mete a la trama original una curva inesperada que resulta del todo satisfactoria y novedosa (sin perder la esencia).


El tercero, "La caída de Reichenbach", adapta libremente "El problema final", y se imaginan a qué dos personajes enfrenta. Me parece un capítulo genial, aunque desde mi punto de vista falla la interpretación de Moffat y Gatiss de Moriarty.

Como he dicho, este Moriarty sí que creo que pierde la esencia original de los escritos de Arthur Conan Doyle. No está mal, pero no es Moriarty, y hace cosas que el verdadero personaje nunca, nunca haría. A pesar de todo, la temporada es redonda.


-TERCERA TEMPORADA. 2014

Como era de esperar, esta tercera temporada arranca con una adaptación de "La casa deshabitada", llamada "El coche fúnebre vacío".

Me sigue pareciendo un capítulo muy brillante, perfectamente articulado, con sorpresas bien explicadas y coherentes dentro de toda la precisión delirante que ha de tener una buena historia de Sherlock Holmes.

Los dos siguientes estarían en esta línea. Tal vez son menos redondos (o menos redondísimos, si puede decirse) que los siete anteriores, pero cumplen, y de sobra.


"El signo de los tres" es un episodio diferente, humorístico casi, y que viene muy bien como un soplo de aire fresco después de todo el dramatismo que tuvieron los anteriores. Adapta libremente, por supuesto, la novela "El signo de los cuatro".

"Su último juramento" tiene elementos muy polémicos, que posiblemente no agradaron en su momento a los fans más ortodoxos de Sherlock Holmes. Sin embargo, a pesar de estos elementos, que trastocan tal vez demasiado la esencia de algunos personajes, el capítulo me parece otra joya y creo que tiene un final memorable.


-ESPECIAL DE NAVIDAD DE 2016

Entre la tercera y la cuarta temporadas, Moffat y Gatiss sacaron un especial de Navidad en el año 2016 que se emitió por vez primera el 1 de enero de dicho año.

Aquí, de forma entrañable, aunque fallida finalmente, viajamos a 1895. Estamos en los tiempos de Conan Doyle, en el Londres de los coches de caballo y de los crímenes sin resolver, del clasismo y del contradictorio optimismo por el siglo que está a punto de entrar.


Este especial, llamado "La novia abominable" e inspirado en "El ritual de los Musgrave", es muy entretenido y muy divertido, aunque es notablemente ya menos brillante que todo lo que hemos visto anteriormente en la serie.

Además, tiene un fallo que desde mi punto de vista es bastante gordo: la explicación final de todo, de por qué estamos de repente en el año 1895. Creo que es una excusa, una huida hacia adelante, impropia de la precisión de bisturí con la que Moffat y Gatiss habían tratado toda la serie hasta este momento. Muy fallido.


-CUARTA TEMPORADA. 2017

En la cuarta temporada sobreviene el desastre. Por desgracia. Por maldita desgracia, porque hasta aquí la serie había sido prácticamente perfecta en prácticamente todos sus episodios.

"Las seis Tatcher", basado en el cuento "Los seis Napoleones", todavía sobrevive a la quema. No tiene la brillantez de otros capítulos, pero es efectivo, es interesante y viene con una sorpresa final que, la verdad, a mi me pilló totalmente desprevenido.


En el segundo, "El detective mentiroso", basado en "El detective moribundo", se mete ya un poco la pata. Aunque Toby Jones, actor que interpreta al personaje central de este capítulo, está del todo esplendoroso, al final la trama cae en lo predecible y en un giro que no gustó nada a los fans de Holmes (y que no revelaré).

"El problema final" es el polémico episodio final, valga la redundancia. Y es, de verdad, del todo surrealista (para mal). Moffat y Gatiss se sacan de la manga un completo absurdo lleno de enigmas demenciales que se resuelven por arte de magia.


Todo es un despropósito aquí. Los personajes nuevos, las referencias a otros capítulos (la mayor parte gratuitas), el caso en si y hasta el escenario donde todo tiene lugar, que abraza el pulp más descabellado (cuando en ningún momento había tenido esta producción este elemento). Un verdadero y decepcionante desastre.

Un capítulo malo y un par regulares no pueden destrozar, sin embargo, a una serie que hasta este momento es del todo impresionante. Lástima que el pespunte final haya sido tan horrendo. Pero que esto no les disuada de verla: "Sherlock" es una obra maestra en el 90 por ciento de su metraje.