lunes, 14 de septiembre de 2020

ALIEN: RESURRECCIÓN. LA ENTREGA PIROTÉCNICA QUE SALVÓ EL CICLO DE RIPLEY


 
ALIEN: RESURRECCIÓN de Jean-Pierre Jeunet - 1997 - ("Alien Resurrection")

Cuando todos creían que la saga de "Alien" por fin había terminado con el sacrificio de Ripley para salvar al mundo, aparece un poco por sorpresa una cuarta parte que echa a temblar a más de uno. 

Si la tercera de Fincher no fue todo lo buena que pudo haber sido… ¿Qué podría ser ya una cuarta en la que la teniente aparecía absurdamente resucitada

Jean-Pierre Jeunet, después de debutar en Francia, su país natal, con dos geniales películas fantásticas (“Delicatessen” y “La ciudad de los niños perdidos”) que ahora ya son dos clásicos de su cine, se lanzaba al mercado estadounidense para hacerse cargo de esta cuarta entrega y, al menos en mi opinión (que sé que muchos no comparten en absoluto) sale medianamente bien parado. 

Perteneciente a la generación que surgió tras la estela de Luc Besson, Jean-Pierre Jeunet, que se separa ya para siempre de su compañero Marc Caro en esta película, hace una versión de Alien adaptada al tipo de cine que esta generación suele practicar: un cine siempre comercial pero que busca una personalidad marcada. 

Es lo que es, básicamente, “Alien. Resurrección”: una entrega que vuelve al modelo de la acción de Cameron (como Fincher volvió al del terror de Scott) buscando conectar con un público que busca diversión pero también tratando de conectar con otro que busca un producto de aceptable calidad artística..

Jeunet presenta un espectáculo pirotécnico de efectos especiales y efectismo excesivo, mucho más que el de Cameron, y muy frenético, que no deja parar un minuto al espectador. 

Los aliens vuelven a ser una mayoría, y sus víctimas vuelven a estar armadas hasta los dientes. La ambientación es recargada, barroca, también de luces y sombras, aunque ya es incapaz de aterrorizar lo más mínimo (también porque el mito del Alien está ya muy visto en una cuarta entrega). 

Claro que en ningún momento “Alien. Resurrección” intenta ser una película de terror. Es una película para divertir, y la verdad es que creo que Jeunet, básicamente, lo consigue, aunque no aporte nada nuevo. 

La considero algo superior a la también irregular entrega de David Fincher ya que esta apuntaba muy alto y caía bastante bajo (de hecho, en mi opinión es la peor de ciclo de la teniente Ripley y en su momento se cargó la entonces trilogía).

La gran mayoría de las sagas, al llegar a su cuarta entrega, ya se presentan completamente deterioridas en todos los aspectos. La de Alien cae, como es normal, pero no llega a este grado.

La clonación de Ripley a manos de los militares, si bien en una primera instancia puede parecer de auténtica risa, está realmente bien tratada por Jeunet: no queda tan absurda ni tan delirante como se espera. 

Tampoco está su personaje mal desarrollado: tiene la suficiente dosis de desencanto para resultar coherente con su vida anterior, destrozada por los alienígenas y por los seres humanos y su maldad, que, peores que los propios aliens, esta vez han rizado el rizo en su búsqueda de la grandeza y el poder. 

El resto de sus compañeros resultan atractivos, tan extravagantes como los habituales de Jeunet e interpretados por algunos de sus actores fetiche: Dominique Pinon, Ron Perlman… junto a otros como Winona Rider, que no lo hace mal. 

El desenlace contra el alien-humano está bien resuelto y es coherente, y realmente presenta una aceptable historia que se puede seguir con interés. 

¿Piensan que “Alien. Resurrección” está infravalorada como simple película de acción y diversión? Tras su aventura americana, Jean-Pierre Jeunet volvería a Francia para rodar su película más famosa: su mítica y bonita “Amelie”.


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