ALIEN III de David Fincher - 1993 - ("Alien III")
David Fincher siempre tuvo, sobre todo en su primera etapa, vocación por lo oscuro. Lo demostrarían obras como “Seven” o “El club de la lucha”, y también su irregular debut, “Alien III”, que bajaba el listón que tan alto habían dejado Ridley Scott y James Cameron con las dos primeras e imprescindibles entregas de la saga.
Fincher da al desenlace de la entonces trilogía (trilogía en su momento, pues hubo una inesperada cuarta parte y la saga continuó) un tono que, si bien falla en sus expectativas, es personalísimo y muy propio de su obra: intenta regalar un capítulo que nada tiene que ver con los anteriores ni con el posterior del francés Jean-Pierre Jeunet; intenta recrear un drama psicológico de terror.
Para ello, desarrolla una historia de absoluta desesperanza y la ambienta en un mundo desolador, corrupto y oscuro.
Ripley es, una vez más, la única que sobrevive de la segunda entrega a ésta. Sus amigos han muerto y también su hija adoptiva, por la que tanto luchó, mientras que el androide Bishop es un armatoste destrozado y viejo que no puede hacer nada salvo pedir la eutanasia.
Estos incidentes hacen de ella, aquí rapada, un ser desencantado y amargado con una vida destrozada a las espaldas por sus dos enemigos implacables: una amenaza alienígena y, lo que es más grave, los propios humanos, los directores de la compañía.
La sensación de soledad y malestar de Ripley en el planeta prisión en el que está confinada como la única mujer en una colonia de perturbados y fanáticos está muy conseguida, y es ciertamente deprimente comprobar de qué manera han muerto los supervivientes de “Aliens. El regreso” con los que tanto nos habíamos encariñado (este hecho disgustó a muchos fans de la saga y según he leído también al propio James Cameron).
“Alien III” transmite pesimismo existencial y fatalidad por los cuatro costados, lo mismo que transmite “Seven” y, en menor grado, “El club de la lucha”. Por ello, es una obra tan personal como la de Scott o la de Cameron.
Sin embargo, el conjunto básico de la película se viene abajo por diversos factores, y la sensación que queda tras su visionado es la de una insatisfacción básica que, la verdad, fastidia, sobre todo tras las expectativas creadas y tras la genialidad de sus antecesoras.
David Fincher intenta volver a recuperar el espíritu del primer “Alien”: vuelve a colocar a una sola bestia asesina frente a un grupo de hombres desarmados e indefensos.
El ambiente es ahora de luces y sombras, de pasillos oscuros y de tonalidades sepia, lúgubre y extraño de nuevo.
Sin embargo, el terror no funciona: el mito es ya conocido y no sorprende, y Fincher no sabe explotar la sugerencia como lo hizo Scott.
Tal vez sin proponérselo, acaba realizando una película de acción, por lo menos en su mitad segunda, la referida a la lucha contra el alien. Y el caso es que como película de acción "Alien III" también se plantea insuficiente, sin pulso, llegando por momentos, ante la falta de originalidad, al puro efectismo frenético vacío que ya empezaba a cuajar entre los autores de cine comercial a principios de los años noventa.
A todo esto se le añade una galería de personajes medianamente interesantes en los inicios pero que acaban resultando anodinos, sin mucho carisma y completamente olvidables (los más olvidables de todas las entregas de la saga de Ripley).
No hay comentarios:
Publicar un comentario