Las leyendas urbanas y las historias conspiranoicas están presentes en numerosos campos. En el mundo de la música las hay a millones, y, por supuesto, los Beatles no se libran.
Una de las más famosas que existen alrededor de ellos es la de la supuesta muerte de Paul McCartney. Con varias teorías y teorías dentro de otras teorías (en Internet se multiplican sin cesar): desde que todo era una broma hasta que durante años hubo un doble suplantándolo.
De esta historia absurda pero divertida sacan un cómic los italianos Paolo Baron (guionista y editor) y Ernesto Carbonetti (dibujante), ambos muy conocidos en su país por sus cómics y libros y cada vez más conocidos fuera de él.
"Paul ha muerto" se inspira como he dicho en la historia delirante de la muerte del mencionado McCartney en un accidente de coche en 1966, durante la grabación de uno de los discos más míticos y revolucionarios de la banda inglesa: "Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band".
El cómic es corto, y su trama es casi una anécdota ampliada. Mezclado realidad y ficción, Baron nos lleva a su propia explicación, con mucho sentido, de lo que pudo haber pasado realmente entre los cuatro músicos durante aquellos días en los que su carrera experimentaba un giro nuevo y básico y en los que ya empezaban a cuajar las luchas de egos que, entre otras cosas, acabarían separándoles años después.
Esta trama, llena de homenajes y de cariño, de sincero amor por los Beatles y su obra pero no exenta de retrato crítico del mundo de la fama, de la banalidad del triunfo y de los mencionados egos de los artistas (en especial de los de John Lennon), está resuelta, a pesar de basarse en un hecho tontamente conspiranoico, con una lucidez fantástica, sin efectismos.
El dibujo, sin embargo, es lo que le da al cómic su gran calidad definitiva. Carbonetti, al que acabo de descubrir, entrega un trabajo absolutamente fascinante.
Este dibujo rememora directamente el estilo que los Beatles estaban empezando a desarrollar en aquellos momentos: no solamente en lo musical, sino también en lo visual.
Parece que estamos otra vez dentro de "Yellow Submarine", o dentro de sus viajes imaginarios (y alucinógenos). Sin embargo, se mantiene también a la vez el toque realista necesario para conservar el interés en la veracidad de lo que se trata de narrar.
El color psicodélico, explosivo y a la vez delicado, termina de configurar un homenaje sin fisuras y multidisciplinar. Cada página es una delicia. El cómic es como he dicho corto, pero se echan ratos fantásticos admirando sus viñetas, su disposición y sus cromatismos preciosos.
Explicado por los propios autores como "un caso sin resolver" del que, sin embargo, se han documentado para cerrar desde su propia inventiva, "Paul ha muerto" me parece muy recomendable en todos los aspectos.
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