BATMAN de Tim Burton - 1989 - ("Batman")
Tim Burton era, a finales de los ochenta, un joven cineasta que todavía sólo había dirigido dos comedias familiares: “La gran aventura de Pee Wee” y “Bitelchus” (con la que a pesar de todo había llamado la atención por sus oscuros conceptos visuales).
Cuando, tras el gigantesco éxito de la saga cinematográfica de Superman, se le otorgó la dirección de la primera película de Batman, muchos condenaron automáticamente la cinta. Pero el resultado fue del todo inesperado.
Tim Burton se desligó en su "Batman" del concepto de superhéroe que latía en la mente de los productores del filme: un concepto más infantil que entroncaba directamente con el del Batman de la mítica serie de televisión de Adam West y Burt Ward y con el de su hombre de acero contemporáneo.
En su “Batman” no habría colorido, no habría trajes llamativos, no habría un héroe perfecto y no habría una cara bonita para él. Su superhéroe fue como iban a ser los personajes de su posterior cine: oscuro, casi un freak.
Este Hombre Murciélago iba a ser más creíble y humano que todos los superhéroes que había habido hasta la fecha. El escenario le iba a acompañar: Gotham fue por primera vez verdaderamente gótica en las pantallas. Tim Burton realizó en ella uno de sus mejores trabajos de ambientación.
Su ciudad fue un inolvidable caos ordenado de influencias que se convirtió en un protagonista más de la cinta: sombría, siempre bajo un cielo de plomo o negro, llena de humos (la sombra de “Blade Runner” o del “Satyricon” de Fellini, entre otras, fue alargada), de claroscuros, colosalista, de puntiagudos edificios góticos junto a mugrientas fábricas, de reminiscencias de principios de siglo o de los años cuarenta y cincuenta junto a una tecnología punta glamourosa y de homenajes al cine negro clásico y, especialmente, al expresionismo alemán.
¿Qué decir, por otra parte, del villano del filme? Jack Nicholson bordó al personaje del Joker en el que es uno de sus mejores papeles, un Joker histriónico sin caer en el ridículo, un Joker perverso y oscuro pero que es todo un festival de humor negro.
El envoltorio se completó con la inolvidable banda sonora de Danny Elfman y con unos geniales efectos especiales.
Sin desprestigiar a los "Superman" de Richard Donner, creo que fue Tim Burton quien demostró definitivamente que en el cine la historia de un superhéroe podía ser totalmente adulta.
Y es que el director se acercó mucho a la tendencia de la oscura renovación que imprimieron a Batman grandes autores del cómic mundial como Frank Miller o Alan Moore.
Éste primer "Batman" llegó a ser un gran éxito de taquilla, aunque la crítica lo destrozó. Puede que su guión no sea nada del otro mundo y que sus personajes necesiten algo más de desarrollo (no lo niego), y también es cierto que Jack Nicholson devora al en su día discutido Michael Keaton ante la pantalla, dejando al héroe principal algo eclipsado.
Creo que se le pueden perdonar estos fallos a la obra que confirmó a Tim Burton como la joven promesa de su momento y a la que, les guste o no a muchos, cambió el cine de superhéroes y lo hizo plenamente adulto.
Cuando, tras el gigantesco éxito de la saga cinematográfica de Superman, se le otorgó la dirección de la primera película de Batman, muchos condenaron automáticamente la cinta. Pero el resultado fue del todo inesperado.
Tim Burton se desligó en su "Batman" del concepto de superhéroe que latía en la mente de los productores del filme: un concepto más infantil que entroncaba directamente con el del Batman de la mítica serie de televisión de Adam West y Burt Ward y con el de su hombre de acero contemporáneo.
En su “Batman” no habría colorido, no habría trajes llamativos, no habría un héroe perfecto y no habría una cara bonita para él. Su superhéroe fue como iban a ser los personajes de su posterior cine: oscuro, casi un freak.
Este Hombre Murciélago iba a ser más creíble y humano que todos los superhéroes que había habido hasta la fecha. El escenario le iba a acompañar: Gotham fue por primera vez verdaderamente gótica en las pantallas. Tim Burton realizó en ella uno de sus mejores trabajos de ambientación.
Su ciudad fue un inolvidable caos ordenado de influencias que se convirtió en un protagonista más de la cinta: sombría, siempre bajo un cielo de plomo o negro, llena de humos (la sombra de “Blade Runner” o del “Satyricon” de Fellini, entre otras, fue alargada), de claroscuros, colosalista, de puntiagudos edificios góticos junto a mugrientas fábricas, de reminiscencias de principios de siglo o de los años cuarenta y cincuenta junto a una tecnología punta glamourosa y de homenajes al cine negro clásico y, especialmente, al expresionismo alemán.
¿Qué decir, por otra parte, del villano del filme? Jack Nicholson bordó al personaje del Joker en el que es uno de sus mejores papeles, un Joker histriónico sin caer en el ridículo, un Joker perverso y oscuro pero que es todo un festival de humor negro.
El envoltorio se completó con la inolvidable banda sonora de Danny Elfman y con unos geniales efectos especiales.
Sin desprestigiar a los "Superman" de Richard Donner, creo que fue Tim Burton quien demostró definitivamente que en el cine la historia de un superhéroe podía ser totalmente adulta.
Y es que el director se acercó mucho a la tendencia de la oscura renovación que imprimieron a Batman grandes autores del cómic mundial como Frank Miller o Alan Moore.
Éste primer "Batman" llegó a ser un gran éxito de taquilla, aunque la crítica lo destrozó. Puede que su guión no sea nada del otro mundo y que sus personajes necesiten algo más de desarrollo (no lo niego), y también es cierto que Jack Nicholson devora al en su día discutido Michael Keaton ante la pantalla, dejando al héroe principal algo eclipsado.
Creo que se le pueden perdonar estos fallos a la obra que confirmó a Tim Burton como la joven promesa de su momento y a la que, les guste o no a muchos, cambió el cine de superhéroes y lo hizo plenamente adulto.
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