ORGULLO Y PREJUICIO de Jane Austen - 1813 - ("Pride and Prejudice")
"Sentido y sensibilidad" me descubrió a Jane Austen y me encantó (la tenéis comentada en esta misma etiqueta), pero "Orgullo y prejuicio" sencillamente me ha apasionado. En ella, la escritora toma temas similares a los de su anterior novela pero les da vueltas de tuerca nuevas y todavía se muestra más incisiva en su retrato social.
Escrita en 1796 y publicada en 1813 (había sido rechazada antes) por el mismo editor de "Sentido y sensibilidad", "Orgullo y prejuicio" está considerada una de las primeras comedias románticas de la historia y tanto sus personajes como su desarrollo siguen hoy de prácticamente plena actualidad.
El meollo de la acción se mueve alrededor de Elizabeth Bennet, una mujer muy, muy adelantada a su tiempo (no quiere casarse con cualquiera y exige este derecho y se encara además directamente con personas consideradas de mayor posición social) y de Fitzwilliam Darcy, un hombre rico y bondadoso aunque bastante clasista y soberbio. Ambos pasan de la antipatía al respeto y ambos tienen que superar sus propias crisis internas y romper con sus prejuicios para encarar el hecho del amor.
Si bien el dilema central de la novela es el del buen matrimonio, la concepción de este dilema, en su tiempo, está tratada de una forma totalmente novedosa y aguda. Hay ciertos clasismos en Austen, porque es hija de este tiempo, claro (especialmente en la historia secundaria de la hermana Lydia Bennet) pero los avances que promueve con respecto a, de nuevo, su época, destrozan la balanza a su favor.
"Orgullo y prejuicio" clama por la libertad de elección, por la ruptura con el mentado clasismo y por el señalamiento de la soberbia de las clases altas, que no se salen con la suya aunque tengan rango y dinero. Los sentimientos más puros y honestos triunfan, aunque no encuentren un camino de rosas por delante.
Los problemas de los también inolvidables personajes secundarios que rodean a la pareja principal la complementan (volvemos a cotejar su historia de amor con otras historias de amor que muestran caminos diferentes que colaboran en unificar el variado fresco que Austen despliega). Volvemos a tener también una lámina genial de caracteres que desenmascara a una sociedad profundamente hipócrita, falsa, aduladora y postureta.
El estilo es de nuevo el aparentemente sencillo y delicado pero lleno de matices, de dobles sentidos, de la escritora. Aquí Austen entra todavía más rápido en faena para delinear una narración cargada de ironía y a la vez de profunda humanidad. Hay didactismo otra vez, pero es un didactismo natural, sin moralinas, sin sermones. El diálogo es muy abundante, marca de la casa, y describe y desarrolla a los personajes con su mero fluir.
"Orgullo y prejuicio", muy adaptada a otros medios, especialmente al cine, es otro clásico imprescindible de una escritora imprescindible de las letras británicas y universales.