EL LIBRO DE LA SELVA de Jon Favreau - 2016 - ("The Jungle Book")
"El libro de la selva" de 2016 está bastante bien, oigan, contra lo que me esperaba (todos tenemos nuestros prejuicios y la verdad es que los live-action del estudio de Walt Disney son de bastante desigual calidad en general).
El ecléctico Jon Favreau, el encargado de dirigirla, construye una película de aventuras divertidísima, tremendamente ágil, con gracia, con su espacio para el humor y para el drama y, sobre todo, con un apartado visual verdaderamente impresionante.
Los personajes, humanos y animales, son una auténtica pasada, así como los escenarios de la esplendorosa selva asiática que retrata. Su nivel de detalle es soberbio, y la riqueza de cada gesto humaniza a cada personaje con gran perfección.
Además, las escenas de acción son una maravilla todas ellas: dinámicas, vertiginosas y con toda el aura del mejor cine aventurero clásico.
Tiene momentos fantásticos ya solamente en lo estético esta "El libro de la selva" de 2016: la primera aparición de Shere Khan, la llegada al templo del Rey Louie y su también primera aparición (impresionante en su enormidad y que hasta da mal rollo), las correrías de Mogwli y Baloo por el bosque o el combate final entre el fuego son totalmente preciosos.
Hay que decir también que las voces del elenco protagonista (mejor verla en versión original para disfrutarla del todo) son las adecuadas y les vienen a los personajes como anillo al dedo. Y además este elenco es fantástico y está lleno de grandes estrellas de todas las generaciones, desde Ben Kingsley o Bill Murray hasta Idris Elba o Scarlett Johansson pasando por Lupita Nyong'o o Christopher Walken.
Jon Favreau, además, actualiza la versión de Walt Disney, que tenía algunos pasajes machistas (como su desenlace) que quedan eliminados, así como su apología del "Sentar la cabeza", muy presente en todas las películas del estudio del creador de Mickey Mouse durante todas sus primeras décadas.
Igualmente, se le da al filme un desenlace atípico que rompe totalmente con las demás versiones de la obra y se le otorgan algunas escenas inesperadas de violencia que le hacen poner un pie en el cine para adultos sin perder su esencia infantil (esencia infantil pero siempre seria).
Le sobran, pienso, las por suerte escasas representaciones musicales con las piezas originales del mencionado filme de 1967: son solamente dos, pero creo que hacen que se pierda algo el ritmo y, además, creo que están fuera de lugar (sobre todo la del Rey Louie, que rompe totalmente el ambiente amenazante original sólo por cumplir de cara a la galería).
Esta nueva versión de la novela de Rudyard Kipling es a pesar de todo dignísima en casi todos sus aspectos, muy divertida, visualmente maravillosa y una película comercial de las buenas. Ojalá todos los live-action de este estudio fuesen de esta calidad.
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