domingo, 17 de septiembre de 2023

NINJA TURTLES: FUERA DE LAS SOMBRAS. UNA SECUELA AÚN PEOR QUE SU ANTECESORA

NINJA TURTLES: FUERA DE LAS SOMBRAS de Dave Green - 2016 - ("Teenage Mutant Ninja Turtles: Out of the Shadows")

La primera parte era horrenda, pero todo se puede superar y esta primera y última secuela de esta exitosa saga fue todavía peor. Porque "Ninja Turtles: Fuera de las sombras" es uno de los mayores despropósitos de su año y de los adyacentes. 

Tenemos un guión diarreico que une escenas de acción pencas y que tuvo que ser escrito en una tarde por un niño jugando con muñecos. Es su antecesora elevada a la máxima potencia: todo pasa por la cara, los personajes apestan, los diálogos dan vergüenza ajena, el humor es infame, las lagunas de guión abundan y abundan, las escenas absurdas están a la orden del día y el tufazo americanito pro-familia es terrible. Amén de que se pasa el cómic y las series de televisión en los que se basa por el forro. 

Las Tortugas Ninja son insoportables y no se diferencian unas de otras: las cuatro se comportan igual, y ya ni el habitualmente más oscuro Raphael tiene un segundo para hacer o decir algo mínimamente serio o adulto. April es una periodista pero realmente es más ninja que las propias tortugas: se cuela ella sola donde le da la gana, roba ropa en plena calle, baja un rascacielos en tres segundos y espía a una organización terrorista como si jugase al escondite (en parte porque esta organización es de juguete). El Despedazador no hace nada. Pero nada de nada. Por ponerse, ni se pone apenas su particular traje. El cámara Vern es imbécil, directamente. Ah, y el Maestro Splinter tampoco hace nada.

Los nuevos personajes son todavía peor: Krang es un villano sin carisma ninguno. Casey Jones no es Casey Jones: es un policía enrollado que se pone la máscara una vez y que no tiene nada que ver con el original. El Doctor Baxter es un tontaco que nadie se cree que sea científico. Y Karai no sabemos que es ella hasta que vemos los créditos (y es una maestra ninja que es derrotada por dos humanos normales y corrientes que se tiran de bomba contra ella).

Pero sobre todo, Rocksteady y Bebop, los nuevos aliados del Despedazador, son insoportables, todavía mucho más insoportables de lo que eran en la serie de dibujos animados de los ochenta. Aparte de no tener puta la gracia, son lo más irritante que uno se puede echar a la cara. En cada plano que aparecen ponen de los nervios. Pedos por un lado, chascarrillos por otro, frases hechas vergonzosas por otro. En serio: insoportables.

Terminamos el destripe (merecido) con varias escenas fantásticas: Raphael le quita la moto a los malos y mata a la mitad de ellos pero a la otra mitad la deja viva y deja la moto, April se infiltra en las guaridas del Foot Clan y sus ninjas pasan de ella; Rocksteady y Bebop escapan de la cárcel y se van de cervezas a su bar de barrio de toda la vida para que los pillen allí, Krang, que es un cerebro alienígena superdotado, se construye un robot en el que no cabe: las tortugas saltan de un avión a otro en pleno vuelo, la policía es directamente imbécil e inútil... 

En fin, festival de la vergüenza ajena o cómo convertir un excelente cómic underground en un circo de los horrores. 

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