martes, 6 de junio de 2023

HANNIBAL. UNA DIGNA SECUELA DE EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

HANNIBAL de Ridley Scott - 2001 - ("Hannibal")

A pesar del éxito mundial total de "El silencio de los corderos", su secuela, basada en la siguiente novela de la saga de Thomas Harris, la homónima "Hannibal", tardó una década exacta en llegar a las salas. Lo hizo de la mano de Ridley Scott en la dirección después de que Jonathan Demme rechazase volver por encontrarse al parecer más interesado en otros proyectos. 

Anthony Hopkins repitió papel mítico como el famoso psicópata caníbal pero, sin embargo, Jodie Foster no lo hizo como la detective Clarice tras rechazar volver a la saga; la sustituyó Julianne Moore, que es una enorme actriz en todos los aspectos pero que, desde mi punto de vista, no alcanza a Foster en mimetismo con el personaje. 

La polémica del cambio de intérprete principal se vió azuzada además por el hecho de que el propio personaje de Clarice también cambiaba partes básicas de su actitud vital y su actitud para con el propio Lecter (no voy a hablar de ello para no hacer spoiler), hecho que al parecer también disgustó a la propia Foster y la impulsó a no darle vida de nuevo (aunque se habló igualmente de lo esperable: la actriz pidió una enorme suma de dinero que el estudio no le quiso dar). 

"Hannibal" es una película solvente en todos los aspectos, a pesar de que la química entre Moore y Hopkins no es la química que hubo entre Foster y Hopkins. Además, y esto sí es criticable, el guión incide mucho menos en los diálogos irónicos y ambiguos que sí latían entre ambos personajes en "El silencio de los corderos".

"Hannibal" es mucho menos mordaz y perversa que su antecesora, aunque sea de hecho visualmente más violenta y presente más escenas sangrientas (algunas casi gore). 

Como he dicho, la química entre los dos protagonistas no es la misma y los diálogos tampoco son tan geniales. 

Dicho esto, tampoco se puede decir que sea un mal filme en absoluto: Julianne Moore puede no resistir la comparación con Jodie Foster, pero es más que solvente (y ha demostrado en numerosas ocasiones que es una actriz fantástica); Anthony Hopkins está espléndido, Gary Oldman idem como el "villano" de la función, los secundarios cumplen de sobra, los escenarios son exquisitos y el filme combina bien también, y con ritmo, el drama con el puro thriller. 

Ridley Scott, recién recuperado de una década tambaleante en lo que a calidad artística se refiere con "Gladiator", está de nuevo en forma y como director lleva el filme a buen puerto en todo momento. 

Es cierto que, además, se ha perdido el factor sorpresa que tenía "El silencio de los corderos"; aquí conocemos ya a los personajes de la saga y hay menos espacio para la novedad: es algo que hay que tener en cuenta. Podía haber sido mucho más brillante, desde luego, pero "Hannibal" es una secuela digna y un punto de apoyo para que Scott termine de afianzarse y salir de la irregularidad de una etapa floja.

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