CASA CAPITULAR DE DUNE de Frank Herbert - 1985 - ("Chapter House Dune")
La última novela de la saga de "Dune" que escribió Frank Herbert fue "Casa Capitular de Dune", que se publicó en 1985. El 11 de febrero del año siguiente, según leo, falleció él a los 65.
Su hijo Brian Patrick Herbert continuó no obstante con su legado y siguió escribiendo, junto al escritor Kevin J. Anderson, novelas en las que el universo de la saga estrella de su padre se fue expandiendo y expandiendo. No he escuchado ni leído cosas buenas de esta parte de la saga: tampoco voy a opinar sobre ella sin conocerla.
Sí que voy a decir que me planto ya tras "Casa Capitular de Dune", que me ha parecido realmente terrible y que me ha dejado sin ganas de seguir con esta epopeya, y menos ya cuando su autor original no escribe el material que viene a partir de aquí.
"Casa Capitular de Dune" es un desastre. Lo era "Herejes de Dune", pero esta entrega es todavía peor. Todo venía cayendo desde "Hijos de Dune", y a pesar de que "Dios Emperador de Dune" tenía ideas y cositas novedosas e interesantes, no fue capaz de levantar el vuelo de una saga que se había tornado repetitiva en temas, en personajes, en escenarios y hasta en diálogos.
La sexta novela de Herbert no era la última: de hecho, era casi una novela de transición. Llegaron después "Cazadores de Dune" y "Gusanos de Arena de Dune", ya escritos por su hijo Brian y por Kevin J. Anderson, aunque basados en anotaciones y material suyo.
"Casa Capitular de Dune" narra cómo las Bene Gesserit se reagrupan en su planeta (que por fin se muestra y se desarrolla) ante la amenaza exterminadora de las Honoradas Matres, el peor peligro al que se ha enfrentado nunca la galaxia conocida.
La madre Odrade, la madre Murbella, Sheeana, el eterno y cansino Dundan Idaho (que ha llegado a ser al final prácticamente el personaje protagonista de la serie) o Miles Teg en un nuevo cuerpo vuelven para hacer frente a las malvadas hermanas que llegaron de la dispersión.
Todo se repite: otra vez la necesidad o no de abandonar la comodidad o no de la humanidad para expandirse, otra vez el libre albedrío, otra vez la eugenesia, otra vez el culto a los mesías, otra vez la ecología (ahora en la metáfora de la propia Casa Capitular, que va a ser transformada en el nuevo Arrakis por las Bene Gesserit). Todo interesante, pero todo... Repetido. Todas estas cuestiones las hemos visto ya tratadas en las anteriores entregas de la saga con más o menos variantes (y son ya muchas entregas).
Por otra parte, los personajes no evolucionan. La mayoría quedan estancados y sólo algunos dan algún paso diferente en el desenlace. La mayoría de ellos no aportan nada además. Y son bastantes.
Tampoco la trama lo hace: más de quinientas páginas de vaivenes entre los mencionados personajes, de diálogos interminables (y pedantes y pretenciosos, marca de la casa, pero ya retorcidos de mala manera, como en los últimos libros), de escenas cotidianas excesivas, de "deja vu" uno tras otro.
No pasa nada en "Casa Capitular de Dune". Que no se me malinterprete: ese "no pasa nada" no es una exigencia de acción, o de más hechos. No. Es un simple y directo "no pasa nada". Eso sí, de repente, en las últimas cien páginas, todo se precipita de golpe y llegan unas batallas despachadas deprisa y corriendo y un desenlace expuesto de golpe y adiós, hasta la siguiente novela.
Tampoco se desarrolla demasiado el universo de "Dune", ya fuera de Arrakis. Del mundo de las Honoradas Madres apenas se dejan apuntes, y eso teniendo en cuenta que ya fueron presentadas en "Herejes de Dune" es bastante imperdonable.
Como he dicho, no seguiré con "Cazadores de Dune" y con "Gusanos de Arena de Dune", las dos siguientes novelas de la saga. Aunque la deje sin terminar (por otra parte, eso de "terminar" es muy relativo cuando hay todavía muchos más libros detrás de estos dos, que tampoco fueron los últimos). La vida es corta y hay muchas cosas nuevas por leer. Veo lógico y justo quedarse con las dos trilogías que dejó Frank Herbert de su propia pluma. Y a otra cosa.
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