viernes, 10 de febrero de 2023

LA MOMIA. LA TUMBA DEL EMPERADOR DRAGÓN. Y YA NOS CARGAMOS LA TRILOGÍA

LA MOMIA. LA TUMBA DEL EMPERADOR DRAGÓN de Rob Cohen – 2008 – (“The Mummy. Tomb of The Dragon Emperor”)

Seis años después de “El regreso de La Momia” y cinco de “El Rey Escorpión” llegó a las salas con el objetivo de aprovechar el tirón aventurero de “Indiana Jones y El Reino de la Calavera de Cristal” la tercera entrega de la saga de “La Momia”, subtitulada “La Tumba del Emperador Dragón”. 

Cambió el director (Stephen Sommers fue relevado por Rob Cohen), cambiaron las localizaciones (de Egipto se pasó a China) y cambió una parte del reparto (Maria Bello sustituyó a Rachel Weisz como Evelyn y Oded Fehr ya no apareció porque tampoco pintaba demasiado en la nueva historia). 

Y, como era de esperar, esta tercera entrega de las aventuras de los O’Connell fue no sólo la peor entrega de la hasta ahora trilogía de “La Momia”, sino, además, una de las peores películas de su año.

Si “El regreso de La Momia” era ya una cinta bastante estúpida y hasta vergonzante, “La Momia. La Tumba del Emperador Dragón” es un despropósito en toda regla. 

La familia O’Connell ha de viajar a China para enfrentarse a una nueva momia a la que da vida Jet Li, la momia de un emperador que quiso dominar el mundo y que quiere resucitar a su ejército de soldados de terracota. 

La acción está servida, pero acción vulgar y tonta. Rob Cohen rueda sin imaginación y sin inventiva una trama que no sólo es insulsa y predecible, sino que además está plagada de idioteces y de hechos forzados (desde ataques de yetis guardaespaldas a inmortalidades que se pierden y se ganan al tun tun pasando por las transformaciones absurdas e inútiles del Emperador Dragón –el demonio terrestre indefinido de la batalla final se lleva la palma-).

Los personajes, para colmo, han perdido todo el carisma que tenían: Rick y Evelyn se amoldan a todos los tópicos de la familia feliz pero sin aportarles gracia ninguna (la gracia de la que Brendan Fraser hacía gala en “La Momia” se ha perdido por completo y Maria Bello está bastante sosa en líneas generales), Jet Li es totalmente inexpresivo y como villano no aporta sensación de maldad ninguna (y además, siendo todopoderoso, deja que le venzan de mala manera), John Hannah es directamente insufrible como secundario cómico, Luke Ford es insulso como hijo de los O’Connell y lo mismo se puede decir de Michelle Yeoh y de Isabella Leong como “guardianas de las momias” (un trasunto de la función que hacía Oded Fehr en las anteriores entregas). 

Por si fuera poco, la película goza de unos diálogos verdaderamente penosos y de un humor despreciable basado en hacer “chistes” sobre momias constantemente (un ejemplo extraído de la boquita del personaje de Jonathan: “Odio a las momias: nunca juegan limpio”. Sin comentarios). 

“La Momia. La Tumba del Emperador Dragón” es un insulto al cine de aventuras y a sus fans, insulto que ya termina el trabajo que comenzó “El regreso de La Momia”: cargarse vilmente una saga moderna que empezó de manera inmejorable. 

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